:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/CTCPRB3HPBD4XGEP44DAPKKOYI.jpg)
La economía global, que ya enfrenta dificultades por la guerra en Ucrania y los riesgos de estanflación que está provocando, se está preparando para una mayor disrupción a medida que China se esfuerza por contener su peor brote de covid-19 desde el inicio de la pandemia.
Desde el episodio de Wuhan hace dos años, China ha tenido un éxito relativo en minimizar la disrupción al controlar rápidamente los casos de virus. Ahora, la propagación geográfica de las infecciones y la mayor transmisibilidad de la variante ómicron están desafiando la estricta estrategia del país de realizar un gran número de pruebas y bloquear ciudades o provincias enteras.
Si China no logra contener la propagación de ómicron, más restricciones a la movilidad descarrilarían el comienzo de año prometedor para la economía, debilitando un pilar clave del crecimiento global.
Como fabricante para el mundo, cualquier interrupción de las exportaciones chinas que resulte en escasez también podría aumentar la inflación a nivel internacional, justo cuando los bancos centrales comienzan a subir las tasas de interés, como se espera que lo haga la Reserva Federal el miércoles.
Una encuesta a gestores de fondos publicada el martes por Bank of America Corp. mostró que la confianza en el crecimiento mundial era la más baja desde julio de 2008 y las expectativas de estanflación aumentaron al 62%. La encuesta se realizó durante la semana que finalizó el 10 de marzo.
Mucho depende de lo rápido que China pueda contener el virus. La nación reportó el lunes más de 5.000 nuevas infecciones por primera vez desde el inicio de la pandemia. Si bien es un brote pequeño según los estándares mundiales, está impulsando a los funcionarios a bloquear más ciudades y más de 45 millones de personas se encuentran con restricciones para salir de sus hogares.
Los 17.5 millones de residentes de Shenzhen fueron puestos en confinamiento el domingo durante al menos una semana. La ciudad está ubicada en la provincia de Cantón, potencia manufacturera que tiene un producto bruto interno (PBI) de US$ 1.96 billones, similar al de España y Corea del Sur. La provincia representa el 11% de la economía de China, según Bloomberg Economics.
Las exportaciones de Cantón por un valor de US$ 795,000 millones en el 2021 representaron el 23% de los envíos de China ese año, el mayor monto de todas las provincias.
Bloomberg Economics advierte que las restricciones en Shenzhen podrían infligir el mayor golpe al crecimiento relacionado con el coronavirus desde un bloqueo nacional en el 2020, con la amenaza adicional de que la crisis de suministro se propague por todo el mundo. Morgan Stanley recortó su previsión de crecimiento de China para el año al 5.1%, por debajo del objetivo de alrededor del 5.5%.
Shenzhen —que tiene como objetivo terminar su cierre en una semana, durante la cual hará tres pruebas a toda la población— y el centro de exportación de Dongguan han dicho que las fábricas fuera de los distritos de mayor riesgo pueden continuar operando si mantienen al personal en una burbuja. con pruebas periódicas.
No obstante, los fabricantes ya se estaban quejando del aumento de los costos a raíz de la guerra de Ucrania.
La congestión está empezando a aumentar en algunos puertos chinos, lo que podría hacer subir de nuevo las tarifas de los fletes de contenedores. Las preocupaciones sobre la nueva interrupción de la cadena de suministro surgen justo cuando los puertos de la costa oeste de Estados Unidos están comenzando a procesar parte del retraso de la pandemia, ayudados por una pausa después de las vacaciones del Año Nuevo chino.
Se estima que alrededor del 20% de la carga que ingresa a las puertas de enlace de contenedores más concurridas de EE.UU. proviene de la región de Shenzhen, según un portavoz del Puerto de Los Ángeles.
El impacto global de un cierre relacionado con el covid en China podría ser similar al bloqueo que sacudió las cadenas de suministro cuando un buque portacontenedores bloqueó el Canal de Suez el año pasado, según Stephanie Loomis, vicepresidenta de adquisiciones internacionales del transportista CargoTrans Inc.
