Una parte desconocida del sistema inmunológico parece proteger contra cuadros graves de COVID provocados por la variante ómicron incluso si los anticuerpos disminuyen, lo que ayuda a explicar por qué una ola récord de contagios no ha desbordado los hospitales hasta ahora.
La vacunación potenció las células T –el arma que tiene el cuerpo contra las células infectadas por virus– lo suficiente como para que defendiera contra la variante ómicron en estudios independientes de la Universidad Erasmus, en los Países Bajos, y la Universidad de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.
Los hallazgos podrían ayudar a explicar por qué la ola de casos de ómicron no ha provocado hasta ahora un aumento en la mortalidad desde Sudáfrica hasta Estados Unidos y el Reino Unido. A diferencia de los anticuerpos, las células T pueden apuntar a la totalidad de la proteína espiga del virus, que sigue siendo muy similar incluso en la variante ómicron, que tiene un alto nivel de mutación.
Investigadores holandeses analizaron a 60 trabajadores de la salud vacunados y concluyeron que, si bien la respuesta de sus anticuerpos a la variante ómicron era más baja o inexistente en comparación con las variantes beta y delta, la respuesta de las células T se mantuvo prácticamente inalterada, “lo que podría equilibrar la falta de anticuerpos neutralizantes en la prevención o control de cuadros graves de COVID-19″.
El estudio del Instituto de Enfermedades Infecciosas y Medicina Molecular de la Universidad de Ciudad del Cabo analizó a pacientes que se habían recuperado de COVID o habían recibido vacunas de Pfizer Inc. y su socio BioNTech SE o de Johnson & Johnson. Los científicos descubrieron que entre el 70% y el 80% de las respuestas de las células T que evaluaron resistió frente a la variante ómicron.
Las últimas semanas han aportado evidencia de que la nueva variante puede reducir la protección que brindan las vacunas, lo que ha llevado a los gobiernos a impulsar la entrega de dosis de refuerzo para elevar el nivel de anticuerpos que puede combatir la variante.
Pero la protección inmunológica tiene varias capas. Mientras que los anticuerpos bloquean la infección, las células T matan las células infectadas, evitando que el virus se propague y provoque cuadros más graves de la enfermedad, escribió Wendy Burgens, una de las autoras del estudio de la Universidad de Ciudad del Cabo, en su cuenta de Twitter Virus Monologues. “No pueden evitar que alguien se contagie, pero pueden minimizar el daño que viene después”, dijo.
Las células T son glóbulos blancos que pueden recordar enfermedades pasadas, matar células infectadas por virus y activar los anticuerpos para preparar las defensas. Se descubrió que personas contagiadas con otro coronavirus que fue responsable del brote de SARS en el 2003, por ejemplo, todavía tenían una respuesta de células T a la enfermedad 17 años después.