Mientras los países ricos avanzan en sus campañas a ritmo dispar comprando la vacuna directamente a los productores, Ghana había recibido el miércoles las primeras dosis financiadas por COVAX. (Foto: REUTERS/Francis Kokoroko).
Mientras los países ricos avanzan en sus campañas a ritmo dispar comprando la vacuna directamente a los productores, Ghana había recibido el miércoles las primeras dosis financiadas por COVAX. (Foto: REUTERS/Francis Kokoroko).

El presidente de Ghana se convirtió en el primer mediante dosis financiada por el dispositivo COVAX para países de bajos ingresos, en momentos en que arrecia en la Organización Mundial del Comercio (OMC) la batalla por liberar las patentes de las vacunas y aumentar su producción.

Las campañas de vacunación en todo el mundo se intensifican ante la pandemia de coronavirus que se cobró más de 2.53 millones de vidas, según datos de AFP del lunes a las 11h00 GMT.

Mientras los países ricos avanzan en sus campañas a ritmo dispar comprando la vacuna directamente a los productores, Ghana había recibido el miércoles las primeras dosis financiadas por COVAX.

El presidente de Ghana, Nana Akufo-Addo, de 76 años, recibió el lunes su primera inyección de la vacuna Oxford-AstraZeneca. “Es importante que predique con el ejemplo, demostrando que esta vacuna es segura al ser la primera persona en recibirla”, dijo.

El sistema COVAX pretende proporcionar este año vacunas contra el COVID-19 al 20% de la población de casi 200 países y territorios participantes e incluye además un mecanismo de financiación que permite a 92 economías de ingresos bajos y medios acceder a las dosis.

COVAX, fundado por la OMS, la Alianza para las Vacunas (Gavi) y la Coalición para la Innovación en la Preparación ante las Epidemias (Cepi), se creó en un intento de evitar que los países ricos acaparen las dosis que se siguen produciendo en cantidades demasiado pequeñas para satisfacer la demanda mundial.

La pandemia ha agravado la brecha entre países ricos y pobres, y varias asociaciones británicas de ayuda internacional advirtieron el lunes que existe el riesgo de que aumente la hambruna y la crisis humanitaria en países frágiles como Yemen debido a la enfermedad.

Al mismo tiempo, muchas voces piden que la OMC levante las protecciones de las patentes de las vacunas contra el COVID-19 para aumentar su producción, una demanda denunciada por los laboratorios.

Esta propuesta, lejos de alcanzar el consenso, se debatirá en el Consejo General de la OMC el lunes y el martes.

244 millones de dosis

Hasta ahora, se han administrado más de 244 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 en al menos 123 países o territorios, según un recuento de la AFP el lunes a partir de fuentes oficiales.

Y la adhesión del público a la vacuna contra el COVID-19 está aumentando en varios países como el Reino Unido, Estados Unidos y Francia, según un estudio internacional publicado el lunes por el gabinete Kekst CNC.

Cuatro millones de dosis de la vacuna de Johnson & Johnson, aprobada por las autoridades sanitarias estadounidenses, se distribuirán el martes en Estados Unidos, el país más afectado tanto en términos de muertes como de casos, con 513,092 muertes por 28′605,953 casos registrados.

En la Unión Europea, se espera que la vacuna sea aprobada por la Agencia Europea de Medicamentos a principios de marzo y se distribuya a partir de finales de marzo o principios de abril.

En India, donde el primer ministro Narendra Modi se vacunó el lunes, el gobierno se fijó el ambicioso objetivo de vacunar a 300 millones de personas para finales de junio, pero hasta ahora solo ha inmunizado a 14 millones, principalmente personal sanitario y de seguridad.

Al mismo tiempo, crece la preocupación por la propagación de nuevas variantes.

En el Reino Unido, el gobierno lanzó el lunes un llamamiento para encontrar a una persona que importó al país la cepa de coronavirus originada en Brasil, ante la preocupación de los expertos por la posible resistencia de esta variante a las actuales vacunas.

La pandemia ha causado casi 123,000 muertes en el Reino Unido y el gobierno quiere proteger los beneficios de la campaña masiva que ha permitido vacunar a más de 20 millones de personas con una primera dosis, así como los sacrificios realizados por los británicos, que viven su tercera contención desde principios de enero.