Por Andrea Felsted
El mortal coronavirus se ha propagado a los destinos vacacionales europeos, lo cual representa una gran preocupación para una industria de viajes que pronto se preparará para su temporada alta de verano.
Cuando surgió el brote en China, las preocupaciones se centraron en las aerolíneas y los hoteles de esa región, así como en el valioso turismo saliente del país. Pero ahora que la enfermedad apareció en Italia, y especialmente en las Islas Canarias de España, los viajes europeos de corta distancia se suman a la lucha.
Las acciones de TUI AG, el mayor operador de viajes de Europa, han caído aproximadamente un 18% esta semana, mientras que las de las aerolíneas de bajo costo EasyJet Plc y Ryanair Holdings Plc han bajado un 20%.
Ya recuperándose del fenómeno de la “vergüenza de volar”, que ha visto a algunos consumidores con conciencia ambiental evitando los viajes aéreos, y la interrupción de los aviones Boeing 737 Max, un brote viral global tendrá un profundo efecto en la confianza de los pasajeros y veraneantes en todas partes.
La temporada alta de Europa para las reservas anticipadas de vacaciones, que va desde el Boxing Day (el 26 de diciembre) hasta la tercera semana de enero, terminó justo cuando el virus estaba surgiendo. El primer sábado de enero se conoce como “Sunshine Saturday”, cuando los turistas saturan las agencias de viajes o, muy probablemente, compran su vuelo y alojamiento en internet.
Sin embargo, incluso los viajes reservados corren el riesgo de ser cancelados mientras los europeos asimilan lo que está sucediendo en la isla vacacional española de Tenerife, donde 700 personas han estado encerradas en un hotel tras descubrirse que varios huéspedes estaban contagiados por el virus. Lo más preocupante para la industria de viajes es que la mayoría de sus ganancias no provienen de los clientes que compran por anticipado, sino de las personas que compran sus vacaciones desde ahora.
El brote en el norte de Italia es igualmente difícil para las aerolíneas (representa una gran parte del negocio de Ryanair) y las compañías de viajes, pero ese país tiende a ofrecer más destinos de lujo. Las Islas Canarias y la España continental —donde también se han identificado algunos casos— están firmemente en los mercados medio y masivo, por lo que el impacto allí podría ser mayor. La cadena hotelera RIU de TUI AG mantiene una fuerte presencia en España y las Islas Canarias.
Los cruceros, obviamente, se han visto sumamente afectados por el brote, debido a las imágenes que se transmiten por todo el mundo de los pasajeros en cuarentena en los barcos. Esta es otra gran preocupación para TUI, que ha estado construyendo su negocio de embarcaciones. Los analistas de Morgan Stanley estiman que el volumen de reservas ha caído en dos dígitos en todo el mercado de cruceros en Estados Unidos y Europa en las últimas semanas.
Si el brote se contiene relativamente pronto, el efecto en los operadores turísticos podría ser de corta duración. Los turistas que hayan dejado de reservar deben volver al mercado. Pero si las infecciones se prolongan después de mayo, como parece cada vez más probable, los problemas de la industria se intensificarán.
En este punto, los grupos de viaje generalmente elevan la capacidad de la aerolínea para los meses de temporada alta del verano. A medida que obtienen todas sus ganancias durante este período, un brote prolongado ahora sería doblemente perjudicial. Una mala temporada de verano en el 2018, debido a una ola de calor europea, impulsó el desplome del gigante británico de viajes Thomas Cook. Dicha compañía, además, sufrió una deuda de más de 1,000 millones de libras (US$ 1,300 millones), pero su destino destaca cuán dependiente es la industria de los viajes de la tradicional escapada a la playa.
Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.