El heredero y líder de facto del grupo Samsung recibió el viernes un indulto presidencial, ejemplo de la larga tradición de Corea del Sur de liberar a los líderes empresariales condenados por corrupción por motivos económicos.
El multimillonario Lee Jae-yong, condenado por soborno y malversación de fondos en enero del 2021, será “reintegrado” para darle la oportunidad de “contribuir a superar la crisis económica de Corea del Sur”, dijo el ministro de Justicia, Han Dong-hoon.
Lee, en el puesto 278 de la lista de personas más ricas del mundo, según Forbes, con un patrimonio neto de US$ 7,900 millones, salió en libertad condicional en agosto del 2021, después de cumplir 18 meses de cárcel, poco más de la mitad de su sentencia original.
El indulto anunciado este viernes le permitirá regresar completamente al trabajo al levantar una restricción laboral impuesta tras su salida de prisión con una vigencia de cinco años.
“Debido a la crisis económica mundial, el dinamismo y la vitalidad de la economía nacional se han deteriorado y se teme una prolongación de la recesión económica”, dijo el Ministerio de Justicia en un comunicado.
El indulto de Lee y el de otros ejecutivos igualmente perdonados busca que “lideren el motor de crecimiento continuo del país a través de la inversión activa en tecnología y la creación de empleo”, agregó.
El magnate de 54 años recibió su indulto junto con otros tres empresarios, entre ellos el presidente del Grupo Lotte, Shin Dong-bin, quien fue sentenciado a una pena de prisión suspendida de dos años y medio en un caso de soborno en el 2018.
En total, el ministerio anunció 1,693 indultos en ocasión del aniversario el lunes del Día de la Liberación, que recuerda la rendición de Japón en 1945 que puso fin a décadas de poder colonial en Corea.
Se esperaba también el perdón para el expresidente Lee Myung-bak (2008-2013), encarcelado por corrupción, pero el ministro de Justicia dijo que excluyeron a políticos porque la economía es “lo más urgente e importante”.
Sensación de impunidad
En un comunicado, el dirigente de Samsung aseguró que deseaba “contribuir a la economía a través de una inversión continua y la creación de empleo para los jóvenes”.
Lee Jae-yong es vicepresidente de Samsung Electronics, el fabricante de teléfonos inteligentes más grande del mundo y cuya facturación equivale a una quinta parte del Producto Interno Bruto de Corea del Sur.
Fue encarcelado por delitos relacionados con un escándalo de corrupción masiva que derrocó a la expresidenta Park Geun-hye.
Corea del Sur tiene una larga historia de importantes magnates acusados de soborno, malversación de fondos, evasión de impuestos y otros delitos, aunque muchos terminan con indultos, sentencias suspendidas o reducidas.
El presidente surcoreano Yoon Suk-yeol dijo que espera que “este indulto especial servirá como una oportunidad para todos los surcoreanos para trabajar juntos en superar la crisis económica”.
Pero analistas como Vladimir Tikhonov, profesor de estudios coreanos en la Universidad de Oslo, indica que esto permite a los empresarios sentir que “no están restringidos por ninguna ley”.
Lee todavía tiene pendiente otro juicio por presunto fraude contable durante la fusión de dos firmas del conglomerado en el 2015.
Estos problemas legales y la prisión de Lee no han frenado el rendimiento de Samsung, que anunció un aumento del 70% de los beneficios en el segundo trimestre gracias al mercado de los chips, impulsado por la pandemia y el auge del teletrabajo.
“Samsung ha operado perfectamente bien sin ningún indulto”, dijo Tikhonov. “El indulto debilita el Estado de derecho lo que, potencialmente, es más perjudicial que ventajoso para la operativa en cualquier economía de mercado”.