Los delegados de la Organización Mundial del Comercio (OMC) están más cerca de llegar a un consenso sobre la exención de la protección de propiedad intelectual para las vacunas contra el COVID-19 como una forma de abordar la escasez de vacunas, dijo el portavoz Keith Rockwell.
“Parece haber algunos cambios sutiles en la dirección del compromiso de ambas partes”, dijo Rockwell en una sesión informativa en Ginebra tras la reunión del consejo general del organismo el miércoles. “Diría que las discusiones de hoy fueron constructivas y ciertamente animan a creer que el consenso es posible”.
David Walker, embajador de Nueva Zelanda ante la OMC, es el facilitador responsable de dirigir a los miembros de la OMC para negociar una solución al problema del comercio y la salud. Walker ha indicado que cualquier tipo de resultado de la OMC sobre el asunto probablemente sería una “declaración política, no un documento legal que altere los derechos y las obligaciones”, dijo Rockwell.
Los fabricantes de medicamentos se han opuesto a la exención, ya que afirman que el plan es ineficaz. Argumentan que pocos países tienen la capacidad de producir más vacunas aunque conozcan las fórmulas. Además, el suministro mundial de materiales es limitado, y la construcción de nuevas fábricas con la tecnología necesaria para producir las vacunas podría llevar años, dicen.
La Comisión Europea, que se opone a una exención, ha propuesto una serie de medidas que, según afirma, crearán una mayor seguridad jurídica para que las naciones aprovechen las herramientas comerciales existentes con el fin de ampliar sus capacidades de producción.
El Reino Unido, Japón, Suiza, Brasil y Noruega también se han resistido a la propuesta. La OMC es una organización basada en el consenso, lo que significa que una objeción de cualquier miembro puede detener la medida. Pero los partidarios de la exención argumentan que el liderazgo de Estados Unidos en el tema podría ayudar a convencer a otros que se resisten.
Estados Unidos, por su parte, ha quedado relegado a un segundo plano en el proceso y el entusiasmo por el compromiso de Washington en este asunto ha comenzado a decaer en los cinco meses desde que la representante de Comercio, Katherine Tai, anunció el apoyo estadounidense a una exención.