Los negociadores de la Unión Europea (UE) que buscan en Londres un acuerdo para las relaciones posBrexit alcanzaron el límite de su mandato y no se pueden esperar más concesiones, advirtieron diplomáticos europeos, mientras Londres retomó su intención de avanzar con un controvertido proyecto de ley que tiene potencial de arrojar todos los esfuerzos por la borda.
El jefe del equipo negociador de la UE, el francés Michel Barnier, está en la capital británica en un último esfuerzo por alcanzar un acuerdo, en momentos en que las conversaciones -según todas las partes- llegaron a su fase decisiva.
“Estamos en la final de una maratón, posiblemente ya más allá del kilómetro 40, aunque aún hay un poco más para avanzar”, apuntó Stefaan de Rynck, asesor de Barnier, durante un debate público.
Ante este nuevo esfuerzo de Barnier y su equipo de lograr un acuerdo, en varias capitales europeas se levantaron voces de preocupación ante la posibilidad de que el entendimiento termine por ser inaceptable.
Un diplomático europeo dijo que el bloque sigue unido pero que se tornó evidente que Barnier está “a milímetros” de las llamadas ‘líneas rojas’, o límites de negociación, que habían sido adoptadas por los integrantes de la UE.
“Pienso que es claro que en estos momentos, en que hemos llegado tan cerca del límite del mandato [de Barnier], necesitamos un movimiento del lado británico si queremos alcanzar un acuerdo”, dijo el diplomático.
El foso que separa las posiciones de los equipos negociadores aún es “substancial”, añadió, y por eso no veía que un acuerdo sea inmediato.
Persistentes diferencias
En la capital británica, un portavoz del primer ministro Boris Johnson apuntó que los equipos negociadores “seguían trabajando duramente para resolver las diferencias que persisten”.
“Nuestro foco es, y seguirá siendo, tratar de conseguir un acuerdo de libre comercio”, añadió la fuente.
El Reino Unido abandonará el mercado común europeo el 1 de enero, un acuerdo para definir cómo funcionará la relación a partir de esa fecha debería ser aprobado y ratificado, como máximo, el 31 de diciembre.
En esa carrera desesperada contra el reloj, dijo un diplomático, las conversaciones en Londres deberían continuar este jueves “y sin dudas el viernes”, de acuerdo con otro diplomático europeo. “Todo puede cambiar de un momento a otro”, apuntó la fuente diplomática.
A su vez, el ministro irlandés de Relaciones Exteriores, Simon Coveney, dijo en París que un acuerdo aún sería posible.
Las negociaciones en Londres continúan estancadas en tres temas: derechos pesqueros, competencia justa y ayudas estatales, y la gestión legal del futuro acuerdo, en especial el mecanismo de solución de controversias.
Sin embargo, en la jornada el gobierno de Johnson confirmó que en la próxima semana retomará la iniciativa de completar el proceso de aprobación en el Parlamento de una ley sobre mercado interno, que ya generó intenso malestar en las capitales europeas por la quiebra de confianza.
Esa ley viola explícitamente el llamado Acuerdo de Retirada, que rige la salida del Reino Unido de la Unión Europea, en particular normas fronterizas en Irlanda, y por ello las autoridades en Bruselas ya advirtieron que podrían llevar el caso a los tribunales.
Al ser aprobada en la cámara baja del parlamento británico, esa ley perdió los artículos que violan el Acuerdo de Retirada, pero el gobierno ya adelantó en buscará reinsertar las cláusulas en la cámara alta.