Después de años de traducir los guiones de películas de Hollywood, la moscovita Mila Grekova de repente se quedó sin empleo por la intervención militar rusa en Ucrania.
Cinco gigantes de Hollywood --Disney, Universal, Sony Pictures, Warner Bros y Paramount-- dejaron de exhibir sus cintas en Rusia al inicio del conflicto, dejando a los cines sin acceso a los últimos éxitos de taquilla.
Pero eso no hizo que Grekova cuestione al gobierno del presidente Vladimir Putin. “Hoy es a Occidente al que yo odio, no a Putin, su blanco”, comentó la mujer de 56 años, quien dice no saber lo que hará.
“Bollywood podría sustituir a Hollywood en Rusia, pero es muy tarde para yo aprender hindi”, admitió.
La industria cinematográfica rusa se vio en aprietos por los combates en Ucrania, justo cuando comenzaba a recuperarse de la pandemia. Y como otros sectores rusos golpeados por las sanciones, la industria del cine se aleja de Occidente, mirando hacia producciones locales o asiáticas.
Los rusos son ávidos cinéfilos, con el mayor número de entradas vendidas en Europa el año pasado, 145.7 millones, según el Observatorio Audiovisual Europeo. Muchas de esas visitas fueron para ver cintas de Hollywood, generalmente dobladas al ruso.
Cine de Asia
Antes del retiro de Hollywood, la empresa rusa Mosfilm-Master doblaba unas 10 películas por mes, principalmente del inglés. “Hemos perdido dos tercios de los proyectos”, dijo el director de la empresa, Yevgeny Belin, en su estudio de doblaje de alta tecnología.
“Durante la pandemia teníamos películas, pero los cines estaban cerrados. Hoy tenemos cines, pero no hay películas”, lamentó.
La Asociación Nacional de Dueños de Cine de Rusia señaló en marzo que sus salas se exponen a perder hasta 80% de sus ingresos por el retiro de Hollywood.
Para adaptarse, Mosfilm-Master busca traductores de coreano y chino, aunque Belin duda “que el cine asiático funcione con los rusos” por las diferencias culturales. “Los occidentales son más cercanos a nosotros” dijo el hombre de 70 años quien pasó tres décadas trabajando en doblaje.
Olga Zinyakova, presidenta de la cadena de cines Karo, se mostró confiada en que la industria se pueda recuperar. “La situación es muy difícil pero no catastrófica”, señaló la empresaria de 37 años.
“Desde la llegada de Hollywood a la Rusia postsoviética hace 30 años, hemos atravesado varias crisis: política, económica, la pandemia”, recordó en medio de las butacas rojas vacías de la enorme sala “Oktyabr” de Moscú.
Explorar la identidad rusa
Desde que Rusia envió tropas a Ucrania el 24 de febrero, el número de boletos vendidos en los 35 cines de Karo cayó 70%, indicó Zinyakova.
El gobierno ruso prometió apoyo financiero y exenciones tributarias para las salas y producciones cinematográficas que busquen sustituir las obras de Hollywood con cintas locales.
“Los rusos van a explorarse a sí mismos profundamente”, comentó Zinyakova, citando el éxito de la cinta rusa “Brat” (Hermano) de los años 1990, que se exhibe de nuevo en algunas salas de Moscú.
También busca incluir más filmes de América Latina y Asia en sus proyecciones. “Y cuando Hollywood regrese, el mercado ruso y los espectadores no serán los mismos”, vaticinó.
Pavel Doreuli, un diseñador de sonido de 44 años que trabaja en unas 15 películas rusas por año, dijo que no le sorprende que Hollywood se haya retirado de Rusia.
“El cine mundial ha sido rehén de la política por años”, comentó, al señalar que los grandes festivales como Cannes y Berlín no son más sobre arte, sino sobre la promoción de ciertos valores.
Aun así, Doreuli consideró que sería una pena que Rusia quede cortada del cine mundial, como ocurrió con la exclusión de las delegaciones rusas del Festival de Cine de Cannes de este año. “Si los excluyen de los festivales internacionales, los rusos abandonarán el cine de autor que ofrece una visión diferente del mundo”, lamentó.