Las fuerzas rusas se están retirando de los alrededores de Kiev y del norte de Ucrania, pero los analistas creen que Moscú necesita una victoria y aspira a obtener varios logros militares y políticos en los próximos meses.
Aunque los objetivos iniciales del presidente ruso Vladimir Putin iban más allá de la situación actual en el frente, Rusia puede salir reforzada militarmente de ese primer asalto, inclusive en caso de cese del fuego rápido.
Estos son cinco posibles objetivos para Moscú.
Necesidad de símbolos
El 9 de mayo se celebra en Rusia el aniversario de la capitulación en 1945 de Alemania nazi frente a las tropas aliadas, especialmente soviéticas. El Kremlin tendrá que presentar a su opinión pública un balance positivo.
“Putin está obsesionado por las fechas simbólicas y la historia. Por lo tanto, tiene desesperadamente necesidad de una victoria antes del 9 de mayo”, considera Alexander Grinberg, analista del Instituto para Seguridad y Estrategia de Jerusalén (JISS).
“Rusia no puede permitirse perder”, consideraba el sábado Serguei Karaganov, presidente honorario del Consejo para la política exterior y de defensa rusa, cercana a Putin. “Lo que está en juego para la élite rusa es muy alto, para ellos se trata de una guerra existencial”, agregaba al sitio New Statesman.
Tomar Mariúpol
Los rusos “quieren lograr la toma completa de Mariúpol”, afirma Alexander Grinberg, al mismo tiempo que otros expertos. Esta ciudad del sureste del país, situada en el mar de Azov, está gravemente afectada por los incesantes bombardeos de Rusia desde hace semanas y no tardará en caer.
“Es una posición que fija un número importante de fuerzas de asalto”, analiza Pierre Razoux, director académico de la Fundación mediterránea de estudios estratégicos (FMES).
Controlar Mariúpol garantizará una continuidad territorial de Crimea hasta las dos repúblicas separatistas prorrusas del Donbás, Donetsk y Lugansk. Eso facilitará a los rusos “avanzar para tomar lo que resta de Donbás y fijar un espacio continuo en el sur de Ucrania y el litoral del mar de Azov”, precisó Pierre Razoux.
Ganar territorio
Rusia quiere precisamente garantizar la seguridad de las conquistas registradas en las últimas semanas y el control incuestionable de las ciudades y regiones de Lugansk y Donetsk.
Su objetivo es “establecer a largo plazo regímenes de ocupación” en el Donbás, asegura Iván Klyszcz, investigador estoniano para el grupo de reflexión Riddle.
La hipótesis de un cese del fuego está sobre la mesa. Y fijaría momentáneamente el frente.
“La guerra está lejos de terminar y podría virar a la ventaja de los rusos en caso de operación exitosa en el Este de Ucrania”, considera el Instituto estadounidense del estudio de la guerra (ISW).
Si un cese del fuego ocurre “sobre el principio de +conserva lo que tienes+, Rusia podría conservar varias partes de Ucrania”, confirmó Klyszcz. “Eso crearía fronteras de facto en el lugar donde se sitúa la línea de frente”.
Ganar tiempo
“El ejército ruso perdió más tropas en las dos primeras semanas de la guerra en Ucrania que los estadounidenses en 20 años en Afganistán”, subraya el grupo de reflexión Soufan Center de Nueva York (Estados Unidos).
Frente a la resistencia de Ucrania, el Estado mayor ruso tuvo que revisar sus objetivos, pero no necesariamente a largo plazo. Pierre Razoux menciona inclusive la posibilidad de “partir Ucrania en dos”, teniendo en cuenta el río Dniéper. “Pero esto no ocurrirá en esta secuencia”, considera.
Rusia debe reconstituir sus fuerzas, llamar a nuevos reclutas, reemplazar el material destruido. Un cese de los combates le posibilitaría reconstituir sus fuerzas “para volver al asalto y jugar el segundo round de aquí a seis meses o un año”. Pero la pausa beneficiaría también a Ucrania.
“Más allá de la batalla actual por el Donbás, si esto se convierte finalmente en una guerra de desgaste, Ucrania estaría en una posición más favorable”, comenta en Twitter Michael Kofman, experto de Rusia en el Centro de análisis navales (CNA) en Washington.
Dividir al adversario
Rusia ha constatado el frente unido de los Occidentales, pero éste parece frágil.
Cuando el presidente estadounidense Joe Biden sembró preocupación al mencionar la necesidad de que Putin dejara el poder, el presidente francés Emmanuel Macron tomó distancia.
Además, los dirigentes británico, estadounidense, francés, alemán e italiano recientemente consideraron útil advertir sobre cualquier “relajamiento en lo que respecta a la determinación occidental” frente a la invasión rusa.
Rusia puede tratar de lograr que los occidentales tengan divergencias, por ejemplo, sobre el uso del gas ruso.
“El objetivo del juego es también dividir las opiniones públicas: los europeos entre ellos, una parte de los europeos frente a los ucranianos, los europeos y los estadounidenses”, subraya Pierre Razoux.