Soumya Swaminathan, científica jefe de la Organización Mundial de la Salud, declaró que, aunque la nueva variante ómicron del coronavirus COVID-19 parecía ser muy transmisible, la respuesta correcta era estar preparados, ser cautos y no entrar en pánico.
La OMS ha instado a los países a aumentar la capacidad de atención sanitaria y a vacunar a su población para luchar contra el alza de los casos de COVID-19 provocado por la variante ómicron, y ha afirmado que las restricciones a los viajes podrían ganar tiempo, pero que por sí solas no son la respuesta.
“¿Hasta qué punto debemos estar preocupados? Debemos estar preparados y ser cautelosos, no entrar en pánico, porque estamos en una situación diferente a la de hace un año”, dijo Swaminathan.
Aunque la aparición de la nueva variante no es bienvenida, señaló que el mundo estaba mucho mejor preparado dado el desarrollo de vacunas desde el comienzo de la pandemia de COVID-19.
Todavía se desconoce mucho sobre ómicron, que se detectó por primera vez en el sur de África el mes pasado y se ha visto en al menos dos docenas de países. Algunas partes de Europa ya estaban lidiando con una ola de infecciones de la variante delta antes de que ésta apareciera.
“Tenemos que esperar, esperemos que sea más leve, pero es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre la variante en su conjunto”, indicó Swaminathan sobre lo que se sabía de ómicron.
“Delta representa el 99% de las infecciones en todo el mundo. Esta variante tendría que ser más transmisible para superar y convertirse en dominante en todo el mundo. Es posible, pero no es posible predecirlo”. agregó.
Dijo que la variante ómicron parecía estar causando tres veces más infecciones que las experimentadas anteriormente en Sudáfrica, lo que significa que “parece ser capaz de superar parte de la inmunidad natural de la infección anterior”.
Las vacunas parecen tener algún efecto. “El hecho de que no estén enfermando significa que las vacunas siguen proporcionando protección y esperamos que sigan haciéndolo”, comentó Swaminathan.
Consultada por la necesidad de refuerzos anuales de la vacuna, dijo que “la OMS se está preparando para todos los escenarios”, que podrían incluir una dosis adicional, especialmente entre algunos grupos de edad o sectores vulnerables de la población, o una vacuna modificada.
Consideró que la infección natural actúa como un refuerzo y, aunque la nueva variante podría haberse originado en un país donde no hay una gran cantidad de secuencias del genoma, no se conocía su origen. “Puede que nunca lo sepamos”, reconoció.