Los países con economías digitales avanzadas y una sólida red de seguridad social serán los que antes se recuperen de la crisis creada por la pandemia, entre ellos los países nórdicos o China, predice un informe del Foro Económico Mundial (WEF) en el que España no está entre las economías mejor situadas.
Finlandia, Suecia, Dinamarca, Países Bajos y China son, por este orden, los cinco países mejor posicionados para recuperarse y adaptarse al mundo que llegará tras la pandemia, según un índice que clasifica a 37 de las principales economías mundiales y donde España ocupa una discreta vigésima posición.
Fuera de la medición
El Foro Económico Mundial, anfitrión de los encuentros anuales de líderes de Davos (Suiza), ha decidido este año no hacer su tradicional clasificación anual de competitividad para todas las economías globales, “debido a los extraordinarios hechos del 2020 y en reconocimiento al esfuerzo global requerido para enfrentar la crisis sanitaria”, según la organización.
Por encima de la economía española se sitúan las de países como Alemania (novena clasificada), Francia (décima), Estados Unidos (duodécima), Japón (decimocuarta) o el Reino Unido (decimoquinta), mientras que España obtiene mejor nota que Portugal (en el puesto 21), Italia (25) o Rusia (27).
De las cuatro economías latinoamericanas incluidas en el índice, la mejor colocada es Chile, en vigesimocuarta posición, mientras que Brasil ocupa el puesto 26, Argentina el 30, y México el penúltimo, sólo por delante de Turquía.
El índice, elaborado mediante encuestas a empresarios de las distintas economías, mide once variables diferentes en cada país y que según el Foro Económico Mundial han sido claves en la lucha contra la pandemia y lo seguirán siendo en la era que llega tras ella, en lo que la organización ha venido a llamar “El Gran Reinicio”.
“La crisis sanitaria y económica ha obligado a repensar las bases del crecimiento y su relación con las personas y el planeta, por lo que se presenta una oportunidad única para aprovechar el momento y crear nuevas economías altamente productivas a la vez que sostenibles para el medio ambiente y prósperas para más gente”, señaló la directora gerente del foro, Saadia Zahidi.
Entre las variables medidas se encuentran aspectos como la confianza de los ciudadanos en sus gobiernos, la adaptación de las economías a la transición energética y la tecnología de la información, el desarrollo de las redes de cuidados sanitarios, la flexibilidad fiscal o la apertura de sus mercados.
Hacia los mercados del mañana
También se mide el futuro que en cada país tienen los llamados “mercados del mañana”, entre los que el Foro Económico Mundial incluye desde la inteligencia artificial a los vehículos eléctricos, la producción farmacéutica, los viajes espaciales o los servicios financieros digitales
España sólo tiene una puntuación destacada en la adaptación a las nuevas tecnologías, donde ocupa la séptima posición, y en la apertura de su mercado a la competitividad nacional e internacional, donde es sexta.
El país es citado en el informe como uno de los que permite un acceso más extendido a los cuidados sanitarios, junto a Países Bajos, Japón o Taiwán, aunque subraya que no todas las economías con esta ventaja “pudieron evitar un contagio masivo del coronavirus”.
En Latinoamérica, Argentina, Brasil y México ocupan los últimos lugares en cuanto a confianza de la ciudadanía en el Gobierno (sólo por delante de Rusia), y la economía argentina es última en incentivos para inversiones a largo plazo.
Estas tres economías también están mal posicionadas en cuanto a su preparación para los “mercados del mañana”: Brasil es penúltima en cuanto a infraestructura educativa para ellos, el mismo puesto que Argentina ocupa en facilidad de creación de empresas en esos sectores y México en inversión para esas actividades.
Ayuda a las pymes fue clave
El informe destaca que en el 2020 países con servicios digitales avanzados, como Estados Unidos, Nueva Zelanda o Suiza, “tuvieron éxito a la hora de mantener sus economías en funcionamiento mientras sus ciudadanos trabajaban desde casa”.
Países con robustas redes de seguridad social como los nórdicos o Austria dieron mejor apoyo a aquellos que no pudieron trabajar, mientras que naciones con sistemas financieros fuertes como Estados Unido, Singapur o Emiratos Árabes Unidos “pudieron dar crédito con facilidad a las pequeñas empresas” para evitar su ruina.
El estudio también analiza cómo la crisis sanitaria ha cambiado el entorno empresarial, y concluye que ha causado un incremento de la concentración en los mercados, con una reducción de la competitividad especialmente en el sector servicios.
En las economías emergentes y en desarrollo, los empresarios sondeados reportaron un incremento de los costes relacionado con la mayor criminalidad, aunque en el lado positivo ha aumentado su capacidad para atraer talentos, en un mercado laboral más digitalizado.