La duración de las cuarentenas para los viajeros que llegan a China desde el extranjero se redujo a la mitad, pasando de 21 días en hotel a siete, más tres días de observación a domicilio, anunció la Comisión nacional de salud.
China cerró sus fronteras internacionales en el momento de la propagación del coronavirus y el número de vuelos que llega al país sigue siendo limitado para reducir los casos importados.
Desde hace dos años, los viajeros procedentes del extranjero debían someterse a una costosa cuarentena en un hotel o un centro especializado.
Según la nueva política de control y prevención del COVID, esta cuarentena, llamada “centralizada”, se reduce a siete días.
Desde abril, un creciente número de ciudades piloto --entre ellas Pekín desde mayo-- ya han reducido a diez días la cuarentena para las llegadas del extranjero.
Sin embargo, los escasos vuelos internacionales suelen ser objeto de cancelaciones, ya que Pekín aplica un sistema de “disyuntor” en el que las rutas se cancelan temporalmente sen función de la cantidad de pasajeros positivos.
Según las últimas directrices, el nuevo requisito de cuarentena también se aplica a las personas identificadas como contactos cercanos dentro de China, donde se impone una cuarentena estricta a las comunidades con casos positivos.
Relajación de medidas sanitarias
China es la última economía importante que mantiene una estrategia de “cero COVID” para eliminar la propagación mediante pruebas masivas, confinamientos selectivos y largas cuarentenas.
A principios de junio suavizó un poco las restricciones de visado para los extranjeros residentes, así como para los miembros de su familia que deseen visitarlos.
El viernes, la aviación civil indicó estar en conversaciones con varios países para aumentar gradualmente el número de vuelos a China.
En las últimas semanas, los estudiantes internacionales de varios países, entre ellos India y Pakistán, fueron autorizados a regresar a China por primera vez desde la pandemia.
Sin embargo, la mayoría de los analistas estiman que la recuperación del turismo está aún lejos.
A finales de año se celebrará el 20º Congreso del Partido Comunista Chino (PCC), durante el cual el presidente Xi Jinping debería obtener un tercer mandato.
Ante la proximidad de este acontecimiento -considerado sensible para el poder-, las autoridades quieren evitar cualquier brote epidémico.
China también restringió considerablemente las salidas al extranjero de sus ciudadanos. Desde finales del 2021, los chinos ya no pueden realizar viajes “no urgentes e innecesarios” y la mayoría de las renovaciones de pasaportes fueron suspendidas.
Mientras que en los últimos meses hubo voces a favor de una relajación de las restricciones sanitarias, el presidente Xi llamó en mayo a continuar con la política “cero COVID” y combatir decididamente todo lo que cuestione esta estrategia”.