China ha acelerado las importaciones de crudo, propano y gas natural licuado (GNL) desde Estados Unidos a partir de julio, pero las compras totales de productos de energía hasta octubre siguen lejanas a los objetivos para 2020 establecidos en el acuerdo comercial de fase 1 con Washington.
Durante los primeros 10 meses del 2020, las compras chinas de crudo, GNL, propano, butano y otros productos de energía de Estados Unidos alcanzaron los US$ 6,610 millones, cerca del 26% del objetivo de US$ 25,300 millones, según cálculos de Reuters basados en datos de aduanas chinas.
Si bien es poco probable que se cierre la brecha antes de fin de año, funcionarios comerciales de Estados Unidos y China reafirmaron su compromiso con el acuerdo en agosto y las importaciones chinas de productos de energía estadounidenses han aumentado con fuerza en la segunda mitad del año.
Los US$ 6,610 millones acumulados hasta octubre representan un salto de cinco veces respecto a la cifra hasta fines de junio.
Las importaciones de propano, un componente clave del gas licuado de petróleo (GLP) utilizado como combustible para automóviles, calefacción y para producir petroquímicos, crecieron al ritmo más rápido entre los principales productos energéticos desde julio.
La fuerte demanda de productos químicos del revitalizado sector manufacturero de China, junto con las nuevas unidades de procesamiento en las refinerías independientes Zhejiang Petroleum & Chemical y Zhejiang Huahong, han impulsado las importaciones.
También se espera que la demanda de GNL se mantenga firme durante el invierno, ya que Pekín sigue reemplazando al carbón por el gas y el país liberaliza su red de gasoductos.
Los datos de flujos comerciales de Refinitiv muestran que China podría recibir un récord de 1.26 millones de metros cúbicos de GNL estadounidense en noviembre.
Las importaciones de petróleo crudo de China desde Estados Unidos alcanzaron un récord de 12.5 millones de toneladas hasta octubre, por un valor de US$ 3,880 millones, pero se espera que el ritmo de las compras a Estados Unidos se desacelere durante el resto del 2020, ya que Arabia Saudita y Rusia, sus principales proveedores, apuntan a aumentar los flujos hacia el principal importador de petróleo.