China seguirá presionando a Estados Unidos mientras continúe imponiendo aranceles comerciales, pero su contraataque será lo más preciso que se pueda para evitar dañar a las empresas con operaciones en el país asiático, ya sean locales o extranjeras, dijo el ministro de Finanzas, Liu Kun.
Por ahora, el impacto de la guerra comercial entre Pekín y Washington sobre la economía china ha sido pequeño, pero preocupan las posibles pérdidas de empleos y de medios de subsistencia, dijo a Reuters Liu en una entrevista en el Ministerio de Finanzas, la primera que concede a los medios desde que asumió el cargo en marzo.
El ministro de 61 años destacó que el gobierno chino aumentará el gasto para apoyar a los trabajadores y personas desempleadas que se vean perjudicados por el conflicto comercial, el cual se intensificó el jueves cuando entraron en vigor nuevos aranceles sobre los bienes de las dos principales economías del mundo.
Desde principios de julio, ambos países se han impuesto aranceles mutuos sobre bienes valorados en conjunto en 100,000 millones de dólares.
"China no desea entablar una guerra comercial, pero responderemos resueltamente a las medidas irracionales tomadas por Estados Unidos", dijo Liu. "Si Estados Unidos persiste con estas medidas, tomaremos las medidas correspondientes para proteger nuestros intereses".
Hasta ahora, China ha impuesto o propuesto aranceles sobre productos estadounidenses valorados en 110,000 millones de dólares, que representan la mayoría de sus importaciones de bienes desde el país norteamericano. El petróleo y los aviones de gran tamaño son productos clave de Estados Unidos que aún no son objeto de sanciones.
Las conversaciones comerciales entre funcionarios de rango medio de Estados Unidos y China finalizaron el jueves sin ningún signo de progresos importantes.
Cuando se le preguntó si China consideraría aumentar los aranceles a los productos estadounidenses que ya enfrentan mayores impuestos, Liu dijo que su país responderá con precisión.
"Estamos respondiendo de manera precisa. Por supuesto, el valor de las importaciones estadounidenses de productos chinos no es el mismo que el valor de las importaciones chinas de productos estadounidenses. Tomaremos medidas arancelarias de acuerdo con esta situación", sostuvo Li sin dar más detalles.
Sin embargo, el ministro dijo que China es consciente de que la gente común y corriente puede verse envuelta por la disputa comercial.
"Cuando tomamos medidas, hacemos todo lo posible para no dañar los intereses de las empresas extranjeras en China. Por eso, nuestras medidas arancelarias están destinadas a evitar afectarlas tanto como podamos", aseguró.
Algunas empresas estadounidenses y organizaciones locales de la industria, entre ellas la Cámara de Comercio, criticaron la imposición de aranceles por parte del presidente Donald Trump sobre algunos productos chinos, diciendo que las represalias de Pekín perjudicarán a las firmas que ya enfrentan una mayor competencia de rivales locales en China.
Las cadenas de comida rápida, bebidas y cafés de Estados Unidos son omnipresentes en las ciudades chinas, donde también son muy populares la fórmula infantil, el vestuario, los automóviles y los teléfonos celulares de marcas estadounidenses.