La ministra de Relaciones Exteriores de Chile, Antonia Urrejola, y el ministro de Relaciones del Estado Plurinacional de Bolivia, Rogelio Mayta, acordaron este jueves “reactivar” la Hoja de Ruta acordada en La Paz en el 2021 e impulsar una agenda de “confianza mutua”.
En un comunicado conjunto publicado por ambas cancillerías, los gobiernos explicaron que su decisión responde a la “necesidad de iniciar una nueva etapa en la relación bilateral”, que incluye potenciar el “comercio y las inversiones para el desarrollo económico y social de ambos pueblos” avanzando en materias de “Complementación Económica”.
La conversación y anuncio tuvo lugar en la ciudad de Asunción, Paraguay, en el marco de la Cumbre de Jefes de Estado del Mercado Común del Sur (Mercosur) a la que asistieron ambos representantes.
Por su parte, tanto el presidente de Chile, Gabriel Boric, como el mandatario boliviano, Luis Arce, han tenido gestos de buena fe para trabajar en conjunto, asistiendo este último a la investidura del jefe de Estado chileno en marzo pasado.
Durante los últimos meses del gobierno de Sebastián Piñera, Chile y Bolivia anunciaron un esfuerzo para recomponer su compleja relación bilateral -Hoja de Ruta 2021- sin incluir la cuestión marítima, punto que el presidente Luis Arce destacó, no obstante, como “irrenunciable”.
En el 2018, luego de una demanda presentada por el otrora mandatario boliviano Evo Morales en el 2013, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya falló en contra de Bolivia y determinó que Chile no tiene obligación de negociar una salida soberana al Pacífico, aunque dejó abierta la posibilidad de diálogo.
A nivel diplomático, la relación entre ambos países permaneció suspendida desde 1962, con un breve paréntesis entre 1975 y 1978, a causa de la histórica controversia por el reclamo marítimo boliviano.
En abril de este año, un nuevo hito marcó la relación entre los países vecinos: el fin de los alegatos en la CIJ por la soberanía del Silala, proceso que inició tras una demanda chilena presentada en el 2016 ante el organismo.
El Silala es un río pequeño, pero su ubicación en el árido desierto de Atacama lo convierte en un recurso hídrico clave para el desarrollo de Antofagasta, la región minera por excelencia en un país que es el mayor productor de cobre del mundo.
Chile busca que La Haya declare que el Silala es un río internacional y que, por lo tanto, ha tenido y tiene derecho al uso “razonable y equitativo” de sus aguas.
Se trata del último de una larga lista de roces, la mayoría de los cuales se remonta a la Guerra del Pacífico (1879-1884), cuando Bolivia perdió su salida al mar y cedió a Chile parte del desierto de Atacama, lo que le supuso la pérdida de 400 kilómetros de costa.