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En la fría y oscura Finlandia, en medio de la pandemia, empleados del astillero Meyer Turku trabajaban arduamente instalando una montaña rusa en la cubierta de un crucero, la primera del mundo.
Otros acomodaban amenidades que buscan deslumbrar a los 6,500 pasajeros que podría llegar a albergar, como es el caso de una cervecera que producirá versiones artesanales de la bebida con agua de mar filtrada.
Su trabajo en el astillero está terminado: Mardi Gras, el “Fun Ship” más grande de Carnival Cruise Lines, está listo para zarpar. Por supuesto, pasarán meses antes de que el primer pasajero suba a bordo. Las preguntas abundan sobre cuándo los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) levantarán las restricciones restricciones para navegar y permitirán que los barcos reanuden, o como es el caso para Mardi Gras, que comiencen a operar.
Carnival está planeando su debut en abril con itinerarios de siete días por todo el Caribe. El objetivo pareciera una quimera dado que los CDC requerirán que todos los barcos cuenten con certificaciones, aún no determinadas, y realicen viajes de prueba para demostrar sus medidas de seguridad ante la pandemia.
Habrá que agregar el problema de los frecuentes cierres fronterizos y el hecho de que prácticamente ningún barco que ha salido de puerto ha logrado regresar sin un caso confirmado de COVID-19 a bordo, o por lo menos un buen susto.
Independientemente de cuándo realice su viaje inaugural, y de si Carnival Corp. logra deshacerse de la reputación de haber esparcido el virus al comienzo de la pandemia, con seguridad el Mardi Gras será el buque más novedoso y atractivo para 2021
Además de la montaña rusa en su cubierta superior, el barco de US$ 950 millones y 180,000 toneladas –el más grande la flota actual de Carnival– cuenta con dos teatros, cinco toboganes, una tirolesa y un Fiat de 1972 estratégicamente estacionado en una plazoleta en el interior, el escenario perfecto para las fotografías de Instagram.
El Mardi Gras será también el primer crucero en Norteamérica que funcionará con gas natural licuado, lo que reduciría la contaminación por partículas finas de materia en más de 95% y eliminaría hasta 20% de las emisiones de carbono, en comparación con el diésel marino. Eso le dará el derecho de presumir ser el megabarco “más verde” (las credenciales ecológicas son relativas en este segmento) que navega desde Estados Unidos hacia el Caribe y México.
Para Carnival, que siempre se ha destacado como la línea de cruceros igualitaria con acceso para todas y todos, el barco es un paso hacia una nueva dirección más elegante.
Eliminaron las cortinas plásticas de ducha de todas las cabinas y fueron reemplazadas con canceles de vidrio. Además, para quienes busquen derrochar, pueden hacerlo por una suma semanal de US$ 7,000 por dos personas en alguna de las nuevas Suites Excel que cuentan con su propio jacuzzi al aire libre estilo piscina, además de acceso a una terraza privada con lujosos camastros.
Adicionalmente, la embarcación zarpará de una nueva terminal de US$ 155 millones con paredes de cristal y ubicada en Cabo Cañaveral, a una hora al este de Orlando.
Hasta ahora, los planes de bioseguridad del barco incluyen un centro médico de última generación, el más grande de la flota de Carnival. Pero aquellos huéspedes que busquen información específica sobre precauciones adicionales no encontrarán aún mucha información concreta.
En cambio, la empresa se centra en la parafernalia. Sobre eso sí hay mucha información.