El Banco de Desarrollo de América Latina-CAF (antigua Corporación Andina de Fomento) aprobó, durante el año 2021 un total de US$ 13,200 millones para el financiamiento de iniciativas de desarrollo en países de Latinoamérica y el Caribe, informó la institución.
“El impacto de estas aprobaciones se traducen, por ejemplo, en que más 2.5 millones de personas tendrán conexiones nuevas o mejoradas de agua potable y/o alcantarillado; se construirán aproximadamente 500 kilómetros de redes de alcantarillado; y más de un millón de personas se beneficiarán de proyectos de reducción de la vulnerabilidad climática”, explicó.
La CAF detalló que el 29% de las aprobaciones (US$ 3,795 millones) fueron destinadas “a responder a la crisis generada por el COVID-19, incluyendo la atención a la emergencia sanitaria y el apoyo a la consolidación fiscal, un aspecto sensiblemente afectado por la crisis sanitaria”.
Otro 26.9% de los préstamos (US$ 3,555 millones) fue usado para la “reactivación económica”, sobre todo en infraestructuras de energía, transporte y telecomunicaciones.
“Adicionalmente, a través del sector productivo y financiero, se aprobaron US$ 5,856 millones a entidades públicas y privadas, así como inversiones patrimoniales y participaciones en fondos de inversión”, puntualizó la entidad.
Asimismo, aseguró que durante este año, el gestor de fondos de capital privado de deuda para financiar infraestructura “CAF Asset Management” afianzó su presencia en la región con US$ 1,500 millones en activos bajo administración, y para el 2026 proyecta operar en diez países miembros de la CAF.
Además, destacó que su directorio aprobó “la mayor capitalización en la historia de la institución”, por US$ 7,000 millones, lo que le permitirá duplicar su cartera al 2030, apoyar el desarrollo de países accionistas y consolidar al organismo multilateral como el banco verde de América Latina y el Caribe.
Sobre el desempeño del organismo, el presidente ejecutivo de CAF, Sergio Díaz-Granados, puntualizó que seguirán apostando por la reducción de las desigualdades, el mayor protagonismo del sector privado, la integración, la digitalización y el cambio climático.
“La actuación de CAF en este año complejo ha supuesto un importante apoyo para que los países de la región pudieran superar la crisis socioeconómica generada por la pandemia. De cara al futuro, seguiremos apostando por los consensos para enfrentar los temas clave de la región”, señaló Díaz-Granados, según el comunicado de prensa.
En setiembre, Díaz-Granados asumió la presidencia de CAF al finalizar el mandato de Luis Carranza, que dejó el cargo un año antes de lo previsto debido a presiones que recibió por parte del directorio de Argentina, dijo en su carta de renuncia.
De acuerdo con la entidad, la actual directiva busca “convertir a la institución en el banco verde y de la reactivación de América Latina y el Caribe” y “apoyar al sector privado para incrementar el empleo formal, fomentar políticas de equidad de género, inclusión y diversidad”.