Brasil realizará la próxima semana una subasta de derechos para explotar reservas petroleras que cuentan con unos 12,000 millones de barriles de crudo, que equivalen a las actuales reservas probadas del país, y cuya extracción puede convertirlo en el quinto mayor productor de petróleo del mundo.
Los vencedores de la subasta del 17 de diciembre próximo, para la que están inscritas diez grandes multinacionales, tendrán que realizar inversiones por 204,000 millones de reales (unos US$ 36,624.8 millones) para desarrollar la producción en esas áreas.
Las cifras fueron divulgadas el jueves por el ministro brasileño de Minas y Energía, Bento Albuquerque, en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros en Brasil.
“Esta subasta elevará nuestras reservas de petróleo en cerca de un 12%, lo que no es poco para un país que ya es el séptimo mayor productor de crudo del mundo, y eso nos permitirá entrar entre los cinco mayores productores mundiales en el 2030″, afirmó el ministro.
De acuerdo con Albuquerque, los 12,000 millones de barriles de petróleo que se calcula que contienen las campos de Sepia y Atapú equivalen a las actuales reservas probadas de Brasil (12,714 millones de barriles) y a la octava parte de las reservas probables del país (100,000 millones de barriles).
En la subasta serán ofrecidos derechos para explotar los volúmenes excedentes que la brasileña Petrobras descubrió en Sepia y Atapú, dos áreas en la cuenca marina de Santos con hidrocarburos probados en el presal, el horizonte con gigantescas reservas que Brasil atesora en aguas muy profundas del océano Atlántico por debajo de una capa de sal de dos kilómetros de espesor.
El contrato por el que Petrobras se adjudicó los derechos para explotar las dos áreas prevé que la estatal tendrá que ceder a otras empresas, aunque podrá permanecer como operadora con un 30% de participación, lo que exceda de 5,000 millones de barriles.
Los enormes excedentes atrajeron el interés de gigantes como Shell, Chevron, Total, ExxonMovil y hasta la colombiana Ecopetrol, que están inscritas para disputar la llamada Segunda Ronda de Licitaciones de los Volúmenes Excedentes de la Cesión Onerosa.
Las dos reservas fueron ofrecidas en una primera subasta en noviembre del 2019 pero ninguna empresa se interesó, lo que obligó al Gobierno a modificar las reglas de la licitación para elevar el atractivo de los activos.
“Tras las lecciones aprendidas en la primera subasta, perfeccionamos la licitación en los dos últimos años y conseguimos retirar todas las incertidumbres que ahuyentaron a las empresas, principalmente con respecto a la compensación que las vencedoras tendrán que pagarle a Petrobras por lo ya invertido”, dijo el ministro.
El alto funcionario agregó que el Gobierno también redujo el valor que los vencedores tendrán que pagar por las licencias, así como los volúmenes de petróleo que tendrán que entregarle al Estado, con el que firmarán un acuerdo de asociación.
Según las nuevas reglas, el vencedor de la subasta por los derechos para explotar los volúmenes excedentes de Sepia tendrá que pagar 7,130 millones de reales (unos US$ 1,280 millones) por la licencia y entregarle al Estado al menos el 15.02% de su producción.
La empresa que se adjudique los derechos sobre Atapú tendrá que pagar por la licencia 4,000 millones de reales (unos US$ 718 millones) y entregarle al Estado al menos el 5.89% de su producción.
Es decir que el precio de las licencias fue reducido en cerca de un 70% con respecto a la subasta del 2019 y la participación del Estado en la producción en casi en una tercera parte.
Según el ministro, las nuevas reglas fueron definidas tras conversaciones con varios de los interesados y finalmente once empresas se inscribieron para la subasta, aunque una anunció su retirada esta semana.
“Estas diez empresas con seguridad van a garantizar una buena competición en la subasta del 17 de diciembre y se adjudicarán las dos áreas ofrecidas”, dijo.