Brasil registró en agosto 33,116 alertas de incendio, el mayor número para el mes en los últimos 12 años, según informó el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE).
El número de focos de calor medido por los satélites del INPE entre el 1 y el 31 de agosto superó en un 16.7 % el del mismo período del año pasado y cerca de un 25.9 % mayor que el promedio registrado por el instituto desde 1998 (26,299).
Las alertas, igualmente, no eran tan elevadas para este mes desde 2010, cuando fueron contabilizados 45,018 incendios forestales en la parte brasileña de la mayor selva tropical del planeta.
Las alertas de agosto también superan las del mismo mes de 2019 (30,900), cuando las imágenes de los incendios en la Amazonía dieron la vuelta al mundo y generaron una fuerte presión internacional contra el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, candidato a la reelección.
La organización ambientalista Greenpeace, que hizo un sobrevuelo por la Amazonía brasileña y que desde hace una década realiza el seguimiento de los incendios en la selva, se mostró sorprendida.
“Nunca había visto una deforestación tan grande y tampoco tanto humo”, aseguró Rómulo batista, portavoz de la ONG en la Amazonía, citado en un comunicado.
Los ecologistas culpan de la devastación de la Amazonía al líder de la ultraderecha brasileña, quien ha flexibilizado los controles ambientales y promovido la explotación económica de la Amazonía, así como el fin de la demarcación de nuevas reservas indígenas.
La cuestión medioambiental ha entrado en la agenda de los candidatos de cara a las elecciones presidenciales del 2 de octubre, en la que se medirán Bolsonaro y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para vencer los comicios.
Lula, quien aventaja 12 puntos porcentuales a Bolsonaro, visitó la víspera Manaos, capital del estado de Amazonas, y este jueves se desplazó hasta el también estado amazónico de Pará.