El presidente de Chile, Gabriel Boric, cumpló este lunes un mes en el palacio de La Moneda, un periodo que él mismo ha calificado de “turbulento” y que ha estado marcado por varios errores de su jefa de gabinete, la ministra del Interior Izkia Siches, y por una oposición que apenas le ha dado tregua.
“Este primer mes se ha asimilado a un despegue de avión: estamos ante un paisaje muy hermoso que es Chile y despegamos con turbulencias que evidentemente generan zozobras e incertidumbres, creo que la vamos a superar y que estamos comenzando”, afirmó el domingo el mandatario tras reunirse con su gabinete para hacer balance de los primeros 30 días en el cargo.
“Es bueno que nosotros mismos nos lo digamos y conversemos de manera muy explícita. Y esa costumbre que algunas veces se tiene en política de echar la culpa al empedrado y no reconocer las dificultades propias, no tiene que ser nuestra línea”, agregó.
Tropiezos en la poderosa cartera de Interior, una crisis de seguridad agudizada en la zona sur y una oposición que, aunque desarticulada, no ha cesado los ataques al inicio de un Gobierno, que también ha impulsado ayudas económicas por US$ 3,700 millones para amortiguar los efectos de una histórica inflación que golpea el bolsillo de las familias chilenas.
Refuerzo en Interior
“Evidentemente ha cometido errores, ella lo ha asumido públicamente, y eso implica reforzamiento de equipo, cuidarnos más”, señaló la víspera la portavoz, Camilla Vallejo.
La determinación de reforzar el equipo en el Ministerio de Interior se da luego de que la otrora presidenta del Colegio Médico se viera envuelta el pasado jueves en una polémica por acusar al anterior Gobierno de irregularidades en la deportación de migrantes y posteriormente pedir disculpas por ello, al tratarse de información incorrecta.
Lo anterior se suma a su frustrada visita a la zona del conflicto mapuche en el sur de Chile que culminó con un repliegue de emergencia tras escucharse disparos al aire mientras pasaba la comitiva ministerial por caminos rurales, un hecho que tiene como telón de fondo el aumento de ataques incendiarios contra maquinaria forestal durante las últimas semanas.
Con todo, Boric dio por superados estos obstáculos y entregó “toda su confianza” a su actual jefa de gabinete, la primera mujer en la historia del país en ocupar el puesto y a cargo de impulsar soluciones para dos de los problemas más graves que aquejan al país: la crisis humanitaria derivada de la migración irregular en el norte y en recrudecimiento del conflicto indígena en al sur.
Coalición heterogénea
Para el coordinador académico Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, Rodrigo Espinoza, al flanco comunicacional abierto con los errores de Interior se suma la dificultad de lidiar con una “coalición heterogénea”, integrada por el Frente Amplio y el Partido Comunista, y “tensiones particularmente sobre las prioridades del propio programa” a un mes de llegados a la Presidencia.
“Hay tensión respecto a qué se legisla, por ejemplo, en el hecho de que el Gobierno ha dicho por todos lados que un nuevo retiro de fondos de pensiones es una política que no patrocinan, pero los congresistas de su coalición han señalado sus dudas o estar derechamente a favor”, afirmó el académico.
“Al igual que el Gobierno anterior han ocurrido errores no forzados y Boric tiene que salir de su estilo habitual de ceder poder y protagonismo, y él como autoridad electa, creo que tiene que salir y ponerse en la primera línea”, agregó.
Oposición dura pero desarticulada
A juicio de Espinoza, la oposición de derechas quedó “completamente destruida” tras la contundente derrota electoral de diciembre pasado y no se ve “capacidad de renovación”, aunque la crisis interna no ha impedido cuestionamientos a Boric y su equipo.
“Se anunció como un Gobierno de transformaciones y creo que, hasta ahora, claramente hemos visto mucha improvisación, mucha juventud que políticamente habla muy bonito, pero aquí hay una falta de planificación clara”, señaló el senador derechista de Renovación Nacional, Manuel José Ossandón, en conversación con CNN.
“Por otro lado, yo he visto que la mayoría de los Gobiernos en sus primeros días, 15 días o un mes, tienen una batería de proyectos y propuestas para el futuro, pero aquí no hay ningún proyecto presentado en el Parlamento. No hay una planificación clara de un programa bien hecho con medidas concretas y prácticas”, agregó.
“La ofensiva legislativa del Gobierno tiene que empezar pronto”, resaltó Espinoza, cuando aún queda capital político inicial pese a que algunos sondeos muestran una caída en la aprobación presidencial.