El Banco Central Europeo podría dejar de comprar bonos a partir de septiembre próximo si la inflación vuelve de manera sostenible a la meta oficial, dijo Robert Holzmann, miembro del Consejo de Gobierno.
Introducido en el 2015, el programa de compra de activos del banco, conocido como APP por sus siglas en inglés, fue diseñado para hacer que el crecimiento de los precios al consumidor volviera al 2%, según Holzmann, quien dirige el banco central de Austria y es considerado uno de los formuladores de política más hawkish de la eurozona.
“Entonces, la eliminación de la condición y, por lo tanto, el final del programa podría suceder, dependiendo de la evolución de la inflación, en septiembre o a final del año”, dijo en un evento el miércoles en Londres.
Los bonos italianos sufrieron pocos cambios en la apertura del jueves después de que Holzmann hablara. Su calendario sugeriría la retirada del estímulo mucho antes de lo previsto por los observadores del BCE, y los economistas encuestados por Bloomberg prevén que la herramienta de compra de bonos permanecerá en funcionamiento al menos hasta fines del 2023.
Los funcionarios del BCE están a cinco semanas de una reunión para trazar su camino político posterior a la pandemia. Si bien la presidenta de la institución, Christine Lagarde, ha señalado que las compras de activos pandémicos terminarán según lo planeado en marzo, no hay consenso sobre lo que sucederá con el plan convencional de compra de bonos del banco, que actualmente cuesta 20,000 millones de euros (US$ 23,100 millones) al mes.
La inflación en la eurozona, moderada en los años posteriores a la crisis financiera mundial, duplica la meta oficial a mediano plazo.
Apuesta de inflación
Holzmann, quien espera que el crecimiento de los precios se mantenga por encima del 2% durante el 2022, dijo que se opone a cualquier cambio en el plan convencional de compra de bonos. También está en contra de otra ronda de operaciones de refinanciamiento a más largo plazo dirigidas a atraer a los bancos para que otorguen préstamos a la economía real.
“Los análisis de datos que tenemos muestran que los efectos de los préstamos adicionales fueron muy bajos”, dijo. “No veo ninguna razón para que esto siga funcionando, el efecto económico es bajo”.
La atención se centra ahora en el camino de la inflación. Goldman Sachs prevé que se situará medio punto porcentual por encima de los niveles prepandémicos. Eso significa que la tasa natural de interés, a la que el crecimiento económico no es estimulado ni restringido, podría recibir un impulso similar en relación con las secuelas del colapso del 2008.
“No apostaría mucho a que la inflación estará por debajo del 2% a fines del 2022″, dijo Holzmann. Sin embargo, agregó que los modelos sugieren que la tasa caerá por debajo de dicho nivel en el 2023 o 2024.
Es probable que la inflación sea del 2.2% en el 2022, según nuevas previsiones de la Comisión Europea que se publicarán más tarde el jueves. El BCE dará a conocer sus propias proyecciones en su reunión del próximo mes.
Si bien los bancos centrales de países como Polonia y la República Checa han sorprendido con aumentos de tasas más pronunciados de lo esperado recientemente, el BCE ha insistido en que los costos de endeudamiento no subirán en el corto plazo.
Los mercados monetarios apuestan a que el BCE aumentará su tasa de depósito en 10 puntos básicos a -0.4% en setiembre del 2022. A fines de octubre, se preparaba para un ajuste de 20 puntos básicos en noviembre del 2022.