El Banco Central de Rusia (BCR) auguró una recesión menos pronunciada en el 2022 de lo que había previsto en abril, cuando predijo un desplome de la economía rusa de entre un 8% y 10% debido al impacto de las sanciones occidentales, tras observar una caída menos fuerte del Producto Bruto Interno (PBI) en el segundo trimestre.
Tras una reunión ordinaria, en la que la junta de directores decidió recortar en 150 puntos básicos el tipo de interés, hasta el 9.5%, la entidad monetaria rusa indicó que “el entorno externo de la economía rusa sigue siendo desafiante y limita significativamente la actividad económica” del país.
“En general, la disminución real de la actividad económica en el segundo trimestre es menos pronunciada de lo que supuso el Banco de Rusia en su escenario de referencia de abril”, señaló en un comunicado.
“Dado lo anterior, el Banco de Rusia estima que la caída del PBI del 2022 podría ser menor a la prevista en abril”, afirmó, sin hacer predicciones concretas.
El 29 de abril el BCR predijo que la economía rusa se desplomaría este año entre un 8% y 10% por el impacto de las sanciones que los países occidentales han impuesto a Rusia por su campaña militar en Ucrania, lo que supondría la peor recesión desde 1994 y el peor registro desde que el presidente Vladímir Putin está en el poder.
El gobierno ruso augura una contracción del 7.8% este ejercicio.
A falta de conocer el dato de mayo, el PBI ruso se contrajo un 3% en abril en términos interanuales tras aumentar un 1.3% en marzo, según afirmó el pasado día uno el Ministerio de Desarrollo Económico.
La institución dirigida por Elvira Nabiúlina, explica que los indicadores de alta frecuencia apuntan a un freno en la caída de la actividad empresarial en mayo, después del brusco desplome en abril.
Indica no obstante que las tendencias en los diferentes sectores fueron mixtas y la disminución en la actividad económica se debe a factores tanto de la demanda como de la oferta.
El BCR afirma que las empresas rusas aún tienen dificultades para ajustar la producción y la logística por las sanciones, “a pesar de la incipiente diversificación en los proveedores de productos terminados, materias primas y componentes, así como en los mercados de ventas”.
Según el presidente del Tribunal de Cuentas y exministro de Finanzas, Alexéi Kudrin, la reestructuración de la economía rusa para adaptarse a las sanciones tomará entre 1.5 y dos años.
A la vez, la actividad del consumidor se está reduciendo, ya que “los hogares muestran una alta propensión a ahorrar y los ingresos reales se reducen”, señala la entidad reguladora rusa.
Por su parte, la contracción de las importaciones debido a las sanciones comerciales y financieras “supera considerablemente la caída de las exportaciones”, explica el BCR.
En cuanto a la inflación, el BCR sostuvo hoy que ésta se está ralentizando más rápido, ya que las tasas de crecimiento de los precios en mayo y principios de junio “han sido bajas”.
A principios de mes la inflación anual se había reducido al 17% frente al 17.8% de abril. Según las previsiones del Banco de Rusia la inflación anual ascenderá a entre el 14% y 17% en el 2022.