Mientras el gobierno del presidente Alberto Fernández se debate entre más populismo o por un rumbo ortodoxo tras la derrota del oficialismo en las elecciones primarias, la inflación en Argentina superó el 50% en los últimos 12 meses.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó el martes que la inflación de agosto fue de 2.5%, lo cual muestra una leve desaceleración respecto a julio (3%). No obstante, los argentinos sufrieron un aumento de 51.4% en el costo de vida de acuerdo a la variación interanual.
Los analistas coinciden que la incapacidad del gobierno de Fernández para contener la inflación que azota los bolsillos de los argentinos desde hace más de una década y que se agravó con la pandemia es una de las causas de la derrota que sufrió el oficialismo en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) el último domingo. Esta elección tuvo por objetivo la definición de las candidaturas para las legislativas generales del 14 de noviembre.
Los votantes también expresaron su malestar en las urnas contra la gestión sanitaria y los escándalos por la vacunación indiscriminada de allegados al gobierno y el festejo del cumpleaños de la primera dama, del cual participó el mandatario, en julio del 2020, cuando en el país regía una estricta cuarentena.
De profundizarse el malestar en las elecciones de noviembre, donde se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, el oficialismo perdería el control de la cámara alta y la mayoría simple en la cámara baja, lo que lo obligaría a negociar su agenda con la oposición.
“Lo que hicimos mal lo corregiremos, lo que no hicimos lo haremos”, dijo el martes el presidente Fernández durante un acto de lanzamiento de obras públicas. “Nosotros valoramos mucho la democracia y por eso escuchamos la voz del pueblo y por eso no voy a esperar ni un día para seguir trabajando”.
Para el analista Alberto Ramos, del banco de inversión Goldman Sachs & Co, “los resultados primarios adversos probablemente debiliten al presidente Alberto Fernández y al ministro de Finanzas Martín Guzmán frente a la vicepresidenta Cristina Kirchner, más heterodoxa en cuanto a políticas” económicas.
“Es probable que el mercado tenga una visión netamente positiva de los resultados de las elecciones primarias, ya que aumentan la probabilidad de un cambio de régimen en (elecciones generales) 2023 y controles y contrapesos más efectivos hasta entonces; esto mitigado por el riesgo de políticas a corto plazo más populistas”, señaló el economista.
Durante su presidencia de ocho años, Fernández de Kirchner profundizó el gasto público durante las campañas electorales. Pero a diferencia de aquel entonces, el margen de maniobra del actual gobierno peronista es más acotado por la gravedad de la crisis económica; las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por el préstamo de US$ 45,000 millones otorgado en el 2018 y los pagos de la deuda con acreedores privados.
La incertidumbre sobre el rumbo que tomará el gobierno empezará a develarse el próximo jueves con el anuncio de nuevas medias económicas para atender “la pérdida de poder adquisitivo”, confirmó el candidato a diputado del oficialismo, Leandro Santoro.