Las autoridades de la ultraconservadora Arabia Saudita han dado un nuevo paso en el proceso de apertura del país habilitando por primera vez la concesión de visados de turismo, una opción que de momento cubre a 49 países y que incluso contempla cierta flexibilidad con el atuendo de las turistas.
La página web de la autoridad de migraciones de Arabia Saudita explica que los nuevos visados electrónicos pueden ser solicitados por los ciudadanos de Estados Unidos, del espacio Shengen de la Unión Europea, de Australia, Japón, Corea del Sur, Sudáfrica, Brunéi, Malasia, Singapur y Taiwán. Ningún país latinoamericano figura en el listado publicado hoy.
“Históricamente Arabia Saudita ha sido uno de los países más difíciles de visitar”, señala el sitio web, en el que se destaca que “la nueva visa electrónica marca el principio de un nuevo capítulo para el país, abriendo el turismo (...) en la cuna del islam”.
Sin embargo, aún la página no permite realizar la solicitud electrónica, que según el presidente del Consejo de directores de la Comisión Saudí de Turismo, Ahmad Al Khatib, está ya aprobada y tardará siete minutos en cumplimentarse.
Al Khatib anunció públicamente la decisión del reino en una declaración en la que explicó que los visados tendrán una duración anual y permitirán entradas y salidas múltiples con un máximo de 90 días de estancia en el país y un costo de 440 riales (US$ 117), que incluye el seguro médico, tasas y impuestos.
En un país con un código muy conservador de vestimenta para las mujeres, que suelen ir completamente cubiertas, Al Jatib señaló que las extranjeras no deberán llevar la abaya o túnica islámica, aunque deberán vestir de manera “discreta”.
El Gobierno saudí espera alcanzar las 64 millones de visitas para el 2022 y 100 millones para el 2030.
Los solicitantes no tendrán necesidad de indicar su religión, pero los no musulmanes no podrán visitar las ciudades sagradas de La Meca y Medina.
El funcionario señaló que se establecerá un fondo de desarrollo del turismo para hacer frente a las nuevas demandas a las que aspira el reino dentro de la Visión 2030, un proyecto de desarrollo integral del país lanzado por el Gobierno saudí.
Las medidas anunciadas por las autoridades saudíes en relación con el turismo acompañan a otras tomadas en los últimos meses para permitir el ingreso de extranjeros que quieran residir e invertir en el país.
En setiembre del año pasado, se anunció la concesión de visados especiales por primera vez a aquellos turistas extranjeros que quisieran acudir a un evento deportivo o espectáculos en el reino, con el fin de diversificar su economía.
Arabia Saudí acogió el año pasado un gran premio de Fórmula E y por sus dunas se correrá el próximo París-Dakar. Además, artistas como Enrique Iglesias, David Guetta o The Black Eyed Peas han actuado en conciertos multitudinarios en los últimos meses.
También en mayo pasado el Consejo de Ministros aprobó un nuevo programa de “residencia especial” para los extranjeros en el reino, que sustituiría al sistema de patrocinio que exige tener a un empleador saudí para la entrada y salida del país de los expatriados y al que todavía están sujetos.
Todos estos proyectos se engloban dentro de Visión 2030, un proyecto lanzado por el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, para tratar de diversificar una economía monodependiente de la venta de hidrocarburos.
Ese plan prevé, entre otras cosas, ampliar los renglones de desarrollo económico y proyectos como la creación de la futurista ciudad Neom, que será construida en el mar Rojo, así como inversiones en proyectos de desarrollo.
Estas y otras medidas, como el permiso de conducción a las mujeres desde el año pasado, no han supuesto sin embargo una relajación de los controles y la persecución de la disidencia interna.
Además de la paradoja de encarcelar a activistas defensoras de los derechos de las mujeres que abogaban por que a estas se les permitiera conducir, como finalmente sucedió, aún hay decenas de activistas que se encuentran en prisión, incluidos los ganadores del Premio Nobel Alternativo 2018, los activistas Abdulá al Hamid, Mohamed Fahad al Qahtani y Waleed Abu al Jair.
La medida anunciada también se produce a pocos días para que se cumpla el aniversario del asesinato en el consulado saudí en Turquía del periodista Jamal Khashoggi, del que un comité de la ONU considera responsable a Bin Salman.