Algunos aliados de Estados Unidos se aprestan a seguir la práctica de Washington de prohibir los bienes elaborados mediante trabajo forzado en la región china de Sinkiang, dijo una alta funcionaria del gobierno y advirtió que las empresas no podían seguir adelante en las cadenas de suministro con “una deliberada ignorancia”.
La ley de prevención del trabajo forzado a uigures (UFLPA) de Estados Unidos entró en vigencia el mes pasado, por lo que en efecto reducirá las importaciones estadounidenses de productos de Sinkiang, donde Washington acusa a China de cometer genocidio contra el grupo étnico y otras comunidades musulmanes, llevándolos a campamentos de trabajo.
China niega que esté cometiendo abusos en Sinkiang, pero dice que ha creado “centros de formación profesional” para frenar el terrorismo, el separatismo y el radicalismo religioso.
Thea Lee, subsecretaria adjunta de asuntos internacionales del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, declaró que se había comprometido con sus contrapartes, incluso con la Unión Europea (UE) y Canadá, sobre cómo implementar las restricciones a bienes fabricados con trabajo forzado.
“Tengo la impresión de que esto progresa. Avanza en Canadá. Se está moviendo en la Unión Europea, realmente en todo el mundo, por lo que mi mensaje a las empresas fue: ‘Deben comenzar a tomar este asunto con seriedad’”, dijo Lee, cuya agencia es parte del equipo del gobierno que dirige la implementación de UFLPA.
“En este momento las empresas asumen lo que yo llamaría una deliberada ignorancia. No tienen que saber, por lo que no saben”, indicó, al referirse a las cadenas de suministro, y afirmó que este punto cambiará a medida que las normas de Estados Unidos empiecen a esparcirse a otras naciones.
El enfoque de la UE en el desarrollo de un estándar obligatorio de diligencia fue un buen punto de partida, señaló Lee, y agregó que Canadá y México estaban avanzando hacia lo que idealmente se convertiría en “una práctica común en Norteamérica” que prohibiría los bienes elaborados a partir de trabajo forzoso como parte de sus compromisos comerciales.
El secretario de Estado, Antony Blinken, manifestó en junio que Washington se reuniría con sus aliados para discutir formas de afrontar el trabajo forzoso, a fin de implementar la nueva ley.