Los eclipses solares son uno de los fenómenos astronómicos más cautivadores tanto para científicos como para aficionados a los cuerpos celestes. Este evento natural, que oscurece el planeta en pleno día, atrae la atención de diversas regiones del mundo. Según diversas fuentes especializadas, este evento ocurre desde un mismo lugar en la Tierra aproximadamente cada 300 años, lo que significa que solo se puede presenciar una vez en la vida.
Para suerte de esta generación, este lunes 8 de abril se podrá ver en algunos países del mundo como México, Estados Unidos y Canadá. Eso sí, existen ciudades donde se podrá observar con mayor claridad este fenómeno astronómico.
Pero eso no es todo, puesto que el eclipse solar no vendrá en absoluta soledad, pues también seremos testigos de otros tres fenómenos que no son tan conocidos. Eso sí, debido al venidero eclipse solar, la curiosidad de los más aficionados ha ido despertándose y muchos de ellos se preguntan de qué se tratan estos sucesos naturales.
¿De cuáles estamos hablando? Pues, del Anillo de Diamantes y otros dos más que seguro te dejarán sorprendido.
De acuerdo a National Geographic, uno de los momentos más esperados durante el eclipse solar es la aparición del Anillo de Diamantes, un fenómeno que sucede justo antes de la penumbra total.
Antes de que el eclipse solar oscurezca la corteza, la Luna se moverá de tal manera que cubrirá por completo el disco solar, provocando un destello luminoso en el cielo un brillo similar al de un Anillo de Diamantes.
Este intrigante fenómeno se fundamenta en la refracción de la luz solar a través de las características geográficas y topográficas de la Luna. A medida que la Luna se aproxima a su posición central de totalidad, los últimos rayos de luz solar se filtran y parecen curvarse al atravesar los valles, montañas y los cráteres que subyacen en nuestro satélite natural.
El resultado final es la apariencia de un anillo luminoso alrededor de la silueta de la Luna, generalmente destacado por un punto de luz central conocido como el “diamante” del Anillo de Diamantes. Este brillo intenso es el producto de la luz solar concentrada y refractada a través de un punto singular.
Las manchas solares, también conocidas como “manchas solares”, son otro de los fenómenos visibles durante el eclipse y ofrecen una ventana a la dinámica interna del Sol y a los acontecimientos que ocurren en su superficie.
En astronomía, se denomina manchas solares a las regiones temporales de la fotosfera, que es la zona de la atmósfera de una estrella de donde proviene la radiación solar, y que se observan como áreas oscuras en la superficie del Sol. Estas manchas son el resultado de intensas actividades magnéticas y señalan áreas donde el campo magnético solar es extremadamente fuerte.
Si bien este fenómeno suele ser visto en condiciones normales durante un eclipse solar cuando la Luna bloquea la luz directa del Sol, estas manchas se vuelven mucho más evidentes, presentando un contraste significativo. Tal suceso logra permitir que sean reconocibles fácilmente y puedan ser observadas utilizando telescopios y filtros solares convencionales.
Usualmente, esta situación brinda una oportunidad excepcional para que cualquier persona interesada pueda contemplar el Sol en todo su esplendor sin requerir herramientas especializadas o acceso a telescopios costosos.
En pleno desarrollo del eclipse solar total, se podrá observar un fenómeno muy peculiar justo antes y después del momento de la totalidad, conocido como las Perlas de Baily. Pero ¿Qué son precisamente?
Pues bien, de acuerdo a la fuente citada en esta nota, se tratan de diminutas “perlas” o “gotas de luz” que se forman alrededor del contorno irregular de la Luna a medida que el disco solar se va ocultando o reapareciendo en el panorama.
El nombre de este suceso se hizo en honor a Francis Baily, uno de los científicos y observadores más cautelosos del siglo XIX que descubrió el fenómeno.
En suma, las llamadas Perlas de Baily vienen a ser el resultado de la luz solar que se filtra a través de los valles y montañas de la Luna, generando puntos resplandecientes que se asemejan a perlas luminosas alrededor del borde oscuro.
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