Pese a ser voluntarias, las propinas pueden resultar un problema tanto para clientes como para los propios colaboradores (Foto: Freepik)
Pese a ser voluntarias, las propinas pueden resultar un problema tanto para clientes como para los propios colaboradores (Foto: Freepik)

Tienes un tiempo libre y decides ir a tomar un café, brindar, almorzar o solo pasar un momento ameno compartiendo con amigos. Luego de disfrutar de tu pedida llega el momento de pagar y hasta allí todo bien. Sin embargo, para una gran cantidad de encuestados en , aquí empieza un momento incómodo, pues elegir la cantidad apropiada de propina es una decisión complicada y que hasta los pone en un dilema.

Pero, vamos por partes, es importante conocer dos preguntas claves antes de iniciar: la primera es qué es una propina, y la respuesta es simple, se trata de una recompensa económica que se otorga como agradecimiento por un buen servicio y por el producto consumido, tiene como causa principal la apreciación y recompensa ante un colaborador por su trabajo.

A esta pregunta se le suma otra aún más importante: ¿Es obligatorio? En sencillo, no. Y es que no existe una regulación que exija, bajo ley, que un consumidor entregue un pago adicional por el servicio, aunque algunos establecimientos se suele destinar un porcentaje menor basado en los gastos de consumo.

Los trabajadores de atención al público suelen recibir reconocimiento económico por parte de los clientes, conocido como propinas (Foto: Freepik)
Los trabajadores de atención al público suelen recibir reconocimiento económico por parte de los clientes, conocido como propinas (Foto: Freepik)

“TIPFLATION”, UN FENÓMENO QUE AFECTA A LAS PROPINAS EN ESTADOS UNIDOS

Con estas dos dudas resueltas, es necesario observar la investigación realizada por Talker Research, que incluyó encuestas a 2 mil personas y que concluyó los pagos promedio mensual y anual en propinas por servicio.

Según el mencionado estudio, los ciudadanos en Estados Unidos aporta un promedio de 37,80 dólares al mes en propinas. Es decir, una suma de 453,60 dólares anuales, aunque a menudo preferirían no hacerlo o, en todo caso, este monto es más una obligación que un aporte voluntario.

Esa cifra equivale a 453,60 dólares al año en propinas inducidas por la culpa, y más de una cuarta parte (26%) siente que siempre o con frecuencia se ven obligados a dar más propinas de las que les gustaría”, señala el estudio.

Este fenómeno, apunta el estudio, se denomina “tipflation” o inflación de las propinas, y se da cuando los clientes deciden dejar más propinas en un establecimiento, no porque estén satisfechos con el servicio, sino por agentes externos que los impulsan a reconsiderar su aporte.

Van Darden, representante de Talker Research, conversó con e indicó que el sistema de propinas automáticas se consolidó durante la pandemia de coronavirus y se ha mantenido incluso tras superarse la emergencia sanitaria.

Es decir, desde 2020 hasta el momento, las propinas han pasado de ser una opción a casi ser una obligación pasiva para los clientes en el país.

En muchas ocasiones, las propinas llegan a significar mayores ingresos para los colaboradores que su remuneración habitual (Foto: Freepik)
En muchas ocasiones, las propinas llegan a significar mayores ingresos para los colaboradores que su remuneración habitual (Foto: Freepik)

LAS PROPINAS, UNA PRESIÓN RECONOCIDA

En el mencionado estudio, el 56% de los participantes siente una constante presión para dejar más propina de lo que normalmente entregarían y esto se debe a factores sutiles como una mirada expectante de un barista, la opción visible para agregar un bono adicional en un dispositivo móvil o cuando recibe la consulta del colaborador cuando paga con efectivo o tarjetas.

Más atrás está el 24% de los encuestados, que reconoció esta presión, pero puede lidiar fácilmente con estas al momento de dar propinas, por lo que no las niega, pero le resta importancia en la toma de decisiones.

Del mismo modo, la mayor parte de los encuestados ha notado que existe un aumento en la tendencia de incluir la solicitud de propinas a través de dispositivos móviles, una tendencia que podría causar mayor impresión en generaciones mayores.

Finalmente, la encuesta deja en claro que existen marcadas diferencias entre las generaciones respecto a las propinas, pues las generaciones más jóvenes parecen más expuestas a la presión.

De la lista, un 33% de los encuestados pertenece a los Millennials (1981-1993) y Generación Z (1994-2010), los cuales admitieron sentirse presionados para dejar más propinas en establecimientos, una problemática que, sin embargo, disminuye a 23% de la generación X (1969-1980) y al 13% de los baby boomers (1949-1968).

SOBRE EL AUTOR

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación, actualmente se desempeña como redactor del núcleo de audiencias. Interesado en deportes, lucha libre y entretenimiento.

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