El nuevo sastre: un terno en cuatro pasos y a partir de US$ 1,000

Redacción Gestión

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RAÚL E. CASTRO PEREYRA rcastrop@diariogestion.com.pe

Adolf Finset no es diseñador, tampoco un sastre. Se trata de un asesor de imagen de la alta gerencia, además de ser arquitecto y dueño de una empresa de ladrillos artesanales, a quien la moda lo atrapó.

"No me siento diseñador, soy un asesor de imagen", agrega.

Desde hace dos años, junto con un equipo (un sastre y un camisero) visita todos los días a ejecutivos de bancos, mineras, aseguradoras , estudios de abogados y un largo etcétera, para tomar medidas en la búsqueda del traje perfecto.

El proceso El terno perfecto toma su tiempo, tiene su propio proceso. Se hace en la oficina de quien se atreva a vestirlo. "Hay una primera visita en la que vemos diseños, revistas", añade Adolf.

En este proceso ha comprobado que los ejecutivos, sobre todo los más jóvenes, conocen cada vez más de moda y tienen más claro qué prendas buscan lucir. "Hay gente que saca su iPad y me enseña diseños de (la revista) GQ".

En una segunda visita llevo los moldes e iniciamos las pruebas, y en una tercera se produce la prueba con el saco y el pantalón más o menos armado. Y en la cuarta visita se afinan los últimos detalles y es la entrega. Y si queremos correr, el traje puede estar en una semana.

Al mes, Adolf atiende a 20 ejecutivos. La gente pide entre uno o dos ternos. ¿Y el valor? El precio base es de US$ 1,000, por un traje de tres partes. ¿Tres partes? Sí, Adolf apuesta por el chaleco interior. "Es una moda que se debe imponer", señala. Cada sesión les toma 15 minutos, todo es en su oficina "y luego todos siguen trabajando", añade Adolf.

Asesoramos Adolf afirma que asesora la imagen de sus clientes. A muchos de ellos los visita y revisa su clóset, a fin de saber qué colores y texturas usan. "Incluso, muchos de los ternos que tienen también puedo modificarlos", añade el diseñador.

LOS DATOSDetalles. Adolf Finset propone colores más claros o texturas con rayas. "Si tienes un traje muy sólido es aburrido", añade.

Rigidez. El cuello de la camisa debe ser duro. La idea es que no quede muy abierto si se piensa usar sin corbata. Se proponen botones para mantener esa rigidez.

Sello personal. Se sugiere que las camisas sean personalizadas, es decir con distintos tipos de cuellos y hasta con los nombres grabados.

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