El calentamiento global hace que los inviernos sean más cálidos y cortos en muchos lugares, esto altera el hábitat de las plantas y de los animales.
En consecuencia, los osos ya no hibernan, al menos no tanto como antes, cuando comían mucho en otoño y aguantaban así durante seis meses.
Hoy en día los osos siguen buscando comida durante el invierno y solo hibernan cuando no encuentran nada que comer.
A medida que el planeta se calienta tan rápido la hibernación dura menos, los osos no se regeneran y tampoco encuentran comida.