La renuncia silenciosa proviene de la expresión “quiet quitting” y se basa en el concepto de que existen cada vez más colaboradores que no renuncian a su trabajo, pero deciden hacer el menor trabajo posible. En esta edición de 20 en empleabilidad, Alessandra Huamán, Consultora Asociada de LHH DBM Perú, nos brinda cinco recomendaciones para evitarla en nuestra empresa.
Agregó que este término es cuestionado ya que las personas que “renuncian silenciosamente” siguen trabajando en las empresas y cumpliendo con sus funciones, pero durante sus horas de trabajo hacen lo que el contrato especifica y deciden no dar esa “milla extra” esperada por la organización, siendo ésta una actitud perniciosa para la productividad y logro de los objetivos de la empresa y también para las carreras profesionales y la marca personal de los mismos colaboradores.
La definición de responsabilidades claras y carga de trabajo balanceado, definir un plan remunerativo de acorde al mercado y a las responsabilidades de la posición, desarrollar políticas de cultura organizacional orientadas a las personas, como por ejemplo apostar por el desarrollo de sus capacidades, otorgar flexibilidad en la jornada de trabajo, entre otros, son las recomendaciones que brinda la especialista.