FOTOS | Se dice, a nivel general, que Argentina se dirige hacia un incumplimiento tras haber acumulado más de US$ 100,000 millones en deuda. Algunos opinan que solo faltan meses; otros piensan que en realidad ya ocurrió en una pequeña porción de bonos.
Incluso para el espectador casual, todo tiene una cierta sensación de deja vu. El país suramericano es una máquina de incumplimiento con pocos pares en el mundo.
El primer episodio se produjo en 1827, apenas 11 años después de la independencia. El más reciente fue en 2014. En el medio, hubo otros seis de diferente envergadura y forma, según Carmen Reinhart, economista de la Universidad de Harvard.
Casi todos fueron precedidos por períodos de auge como, quizás el más famoso, cuando los inmigrantes europeos transformaron a Argentina en una potencia agrícola y en uno de los países más ricos del mundo a fines del siglo XIX. Invariablemente, el gasto derrochador, combinado con el fácil acceso al capital provisto por acreedores extranjeros excesivamente entusiastas, generó el derrumbe de la nación.
"La gran narrativa de siempre es que no hay disciplina fiscal", dice Benjamin Gedan, director del Proyecto Argentina en Wilson Center en Washington. "Quieren importar productos que requieren dólares, gastan en exceso y se endeudan en dólares, y no generan dólares porque tienen una economía cerrada. Así, es un ciclo interminable. Todas las veces es la misma historia".
A continuación presentamos un breve resumen de cada uno de los ocho incumplimientos y un vistazo de lo que se viene a continuación.
1. 1827
Después de declarar su independencia de España en 1816, la economía argentina se abrió rápidamente al comercio exterior. Algunos historiadores más tarde se referirían a los principios de la década de 1820 como la "experiencia feliz" de la nación, un período de paz, prosperidad y fascinación con la aristocracia europea. Eso pronto cambió.
Argentina había vendido bonos en Londres para ayudar a financiar su soberanía. Esta deuda quedó bajo presión cuando el Banco de Inglaterra aumentó las tasas de interés en 1825. Argentina incumplió dos años más tarde. El país tardó otros 30 años en reanudar los pagos de la deuda.
2. 1890
A finales del siglo XIX, Argentina comenzó a tomar préstamos para construir trenes y transformar a Buenos Aires en la capital cosmopolita de hoy en día. London’s Barings Bank invirtió agresivamente en ferrocarriles y otros proyectos de servicios públicos.
El sur de Argentina también tuvo un auge con la cría de ovejas a lo largo de las praderas patagónicas, y exploradores de oro llegaron ansiosos a Tierra del Fuego. La euforia se desvaneció cuando estalló la burbuja de las materias primas. La nación detuvo el pago de la deuda, lo que provocó inestabilidad en los bancos argentinos y la renuncia del presidente Miguel Juárez Celman. Ese noviembre, Barings llegó cerca a la insolvencia. Argentina salió del incumplimiento cuatro años después, impulsada por capital fresco del Reino Unido.
3. 1951
Una afluencia de inmigrantes y capital extranjero impulsó a Argentina y convirtió al país en uno de los más prósperos del mundo a principios de 1900. Pero la Primera Guerra Mundial golpeó duramente la economía del país, al igual que la Gran Depresión que siguió una década después. El desempleo y el malestar social se dispararon. En 1930, un golpe de Estado llevó a los militares al poder, lo que dio inicio a un período de inestabilidad política -ocho presidentes en dos décadas- y una política de sustitución de importaciones que cerró la economía y ayudó a desencadenar un incumplimiento.
4. 1956
El populista Juan Perón subió al poder en 1946 y procedió a nacionalizar empresas, redistribuir la riqueza y afirmar un mayor control gubernamental sobre la economía. Las políticas que él y su esposa, Evita, llevaron a cabo se convertirían en el principio rector dominante de Argentina durante aproximadamente la mitad de las próximas siete décadas.
Inicialmente, estimularon el crecimiento y expandieron la clase media. Sin embargo, en 1955, Perón fue derrocado en un golpe de Estado. La economía quedó inestable y el país luchaba para mantenerse al día con los pagos de la deuda. El siguiente año, la junta militar llegó a un acuerdo con el Club de París de las naciones acreedoras para evitar un mayor incumplimiento.
5. 1982
Durante la guerra sucia de Argentina, la dictadura militar tomó préstamos, principalmente de bancos estadounidenses y británicos, para financiar proyectos de infraestructura e industrias estatales. La deuda externa de la nación se infló a US$ 46,000 millones, desde US$ 8,000 millones.
Luego, los precios de las materias primas colapsaron nuevamente cuando la Fed, bajo el liderazgo de Paul Volcker, elevó las tasas de interés estadounidenses hasta 20% para controlar la inflación, provocando una crisis de endeudamiento en América Latina y el resto del mundo en desarrollo. Argentina se convirtió en uno de los 27 países -de los cuales 16 eran de América Latina- que reprogramó su deuda.
6. 1989
Una serie de fracasos acumulados a finales de la década de 1980 para frenar la inflación, que ascendió a más de 3,000%, desencadenó otro incumplimiento en 1989 y llevó al poder al líder peronista Carlos Menem. Su gobierno redujo la inflación, privatizó empresas estatales y atrajo inversión extranjera directa.
El país salió de la recesión y pasó a tener un crecimiento de dos dígitos a finales de su segundo año en el cargo. Sin embargo, la deuda externa de Argentina aumentó a más de US$ 100,000 millones, dado que Menem no logró frenar el gasto. Al final de su mandato, la nación había caído en recesión una vez más en medio de un creciente desempleo, exportaciones limitadas y un peso sobrevaluado.
7. 2001
A medida que la brutal recesión entraba en su cuarto año, tras haber eliminado cerca de dos tercios del producto interno bruto del país, los argentinos se amotinaron. El país tuvo cinco presidentes en dos semanas y se declaró en ese momento el incumplimiento más grande de un país en la historia. Se detuvieron los pagos de US$ 95,000 millones en bonos.
Eso llevó a acuerdos de reestructuración con acreedores en el 2005 y 2010 bajo Néstor Kirchner y su esposa, Cristina Fernández. La mayoría de los titulares de bonos acordaron tomar los 30 centavos por dólar que se ofrecía, pero un contingente liderado por el multimillonario de fondos de cobertura Paul Singer resistió y exigió el pago total.
8. 2014
Atormentada por el drama legal con Singer y otros acreedores, Argentina entró en incumplimiento una vez más, aunque a menor escala. El gobierno de Fernández incumplió un pago de intereses después de que un juez de EE.UU. dictaminara que Argentina no podía distribuir los fondos a menos que Elliott Management Corp., de Singer, y otros de los llamados "fondos buitre" recibieran pago por su deuda en mora. Esta disputa finalmente se resolvió en 2016, cuando el nuevo presidente, Mauricio Macri, pagó a los titulares que se habían resistido para que Argentina pudiera así recuperar el acceso a los mercados internacionales de deuda.
Imagen superior: Cristina Fernández de Kirchner y Paul Singer.
9. Crisis actual
Hoy, Fernández parece estar a punto de suplantar a Macri en la Casa Rosada, esta vez como vicepresidenta de Alberto Fernández, quien fue su primer jefe de Gabinete. Su aplastante victoria en las primarias del mes pasado provocó un colapso del peso, las acciones y los bonos, lo que finalmente obligó a Macri a imponer controles al comercio de divisas -que había levantado con orgullo apenas unos días después de posesionarse en el 2015- y a exigir un reperfilamiento de la deuda.
La falla de Macri en el control de la inflación y el impulso del crecimiento fue la causa inmediata de la crisis, pero en realidad la base se estableció hace una década, cuando Fernández consumió los ingresos extraordinarios proporcionados por el repunte de los precios de los productos básicos, estranguló la economía con una amplia red de controles gubernamentales y manipuló datos. Los operadores pronostican que un incumplimiento será la inevitable conclusión una vez llegue el nuevo gobierno en diciembre. Actualmente, se pueden comprar los bonos extranjeros del país por apenas 40 centavos por dólar.