FOTOGALERÍA. El arte de hablar en público, también conocido como public speaking u oratoria, es cada vez más importante en el mundo laboral. Según la BBC, la ‘comunicación oral’ y las ‘habilidades de presentación’ son, respectivamente, las competencias número uno y cuatro entre las más buscadas por los empleadores. Al mismo tiempo, informa la compañía inglesa, de las personas que usaron la oratoria en su trabajo, el 70% dijo que fue “crítica para su éxito”, según el portal Universia.
¿Qué es la oratoria?
Los antiguos griegos aprovechaban la oratoria principalmente para alabar o persuadir a otros en un debate público. Los romanos adoptaron el mismo método y los maestros de retórica y oratoria se convirtieron en piezas clave para la formación de las clases altas. Hoy se utiliza un estilo menos formal y basado en la empatía con el público. Además, se aprovechan muchas herramientas electrónicas para mejorar las presentaciones. De hecho, la BBC estima que cada día se crean 30 millones de presentaciones con PowerPoint en todo el mundo.
Sin embargo, las cosas no han cambiado tanto como parece. La habilidad para hablar en público todavía se considera imprescindible en un curriculum. En un análisis de LinkedIn, la ‘persuasión’ resulta ser una de las principales habilidades que más merece la pena aprender. “Fortalecer esta soft skill es una de las mejores inversiones que puedes hacer en tu carrera, ya que nunca pasa de moda”, afirma el estudio. Y para persuadir la oratoria es la herramienta más adecuada. No obstante, el 25,3% de la población admite que le aterroriza hablar en público, según The Washington Post.
¿Por qué es tan importante la oratoria?
Expresarse correctamente es una necesidad cada vez más frecuente para la mayoría de los profesionales en este complejo y articulado mundo. Saber hablar en público sirve para exponer y presentar de manera efectiva un pensamiento, punto de vista o idea. Pero también un producto o a uno mismo. Dominar la oratoria significa despuntar entre la competencia, logrando captar la atención y el interés de los oyentes, que pueden ser clientes, empleados, superiores, reclutadores de personal o profesores.
Una buena habilidad oratoria puede tener un gran impacto en una carrera profesional porque demuestra conocimiento y es una excelente herramienta para crear nuevas conexiones sociales, así como una palanca indispensable para construir un perfil de liderazgo. Dar un discurso de alto nivel es una forma eficaz para postularse para una promoción. Además, una de las consecuencias inesperadas del hablar en público es el crecimiento de la autoestima.
En la gestión del día a día, la oratoria es una habilidad necesaria durante las reuniones y encuentros profesionales, tanto presenciales como a distancia. Saber comunicar con destreza es también fundamental para motivar al personal, brindándole toda la información necesaria para una óptima organización y gestión del trabajo.
Incluso en marketing, la oratoria es indispensable para captar nuevos clientes, ofrecer una imagen positiva y eficaz de la organización, vender servicios y productos presentándolos en todo su potencial. En el sector de la formación, trabajando como profesor, saber comunicar es una característica necesaria para hacerse entender por los alumnos, captar su atención y motivarlos.
Cómo mejorar las habilidades de comunicación
La oratoria es una soft skill que tiene mucho en común con una hard skill, ya que es el resultado de un conjunto de técnicas precisas y un entrenamiento constante. Aunque nos consideremos expertos, siempre hay formas de mejorar. Por supuesto, es útil tomar clases o apuntarse a un workshop, pero también se pueden refrescar las habilidades oratorias con estos simples consejos.
1. Entrenar y practicar:
una vez preparada una presentación o un discurso con un hilo lógico, hay que hacerlo más entretenido. Agregar ejemplos, historias y contenido atractivo. Ensayar hablando frente al espejo o frente a otras personas de confianza hasta adquirir seguridad. También puede ser útil para grabarse en vídeo y tomar notas.
2. Inspirarse en otros oradores:
puede ser una buena idea observar vídeos de oradores establecidos o de aquellos que se admiran para inspirarse. Aunque es bueno desarrollar un estilo propio, para sentirse lo más natural y cómodo posible.
3. Mantener la atención de la audiencia:
hay que asegurarse de que el mensaje sea recibido de principio a fin e identificarse con el oyente. Para ello un buen orador también debe estar dotado de una empatía bien estructurada.
4. Vencer la ansiedad:
la tensión provocada por la incomodidad de hablar en público afecta al resultado final. Por tanto, es necesario aprender a gestionar las propias emociones y transmitir tranquilidad y seguridad al público.
5. Prestar atención a los feedback del público:
en particular, hay que vigilar la comunicación no verbal (por ejemplo, indicios de asentimiento/disenso, dirección de la mirada, aburrimiento), que puede decir mucho sobre la eficacia del mensaje que se transmite. Al mismo tiempo, se debe dominar la propia comunicación no verbal. por ejemplo, controlando los gestos con las manos.
6. Terminar con una llamada a la acción:
ya sea para vender un servicio, obtener el comentario de un colega o un aplauso, es importante dirigir al interlocutor hacia una acción específica a realizar.
Los seres humanos son animales sociales que han basado gran parte del éxito de su especie en su capacidad para comunicarse. Por eso, a pesar de los cambios tecnológicos, saber transmitir oralmente las ideas de forma correcta y eficaz es y será siempre una habilidad clave para el éxito.