Cuando se trata de la comunicación, todos tendemos a pensar que somos bastante buenos en ella. La verdad es que incluso aquellos de nosotros que somos buenos comunicadores no somos tan buenos como creemos. Esta sobreestimación de nuestra capacidad de comunicación se magnifica cuando interactuamos con las personas con las que pasamos más tiempo.
Según el World Economic Forum, los investigadores de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago pusieron esta teoría a prueba y lo que descubrieron es sorprendente. En el estudio, los investigadores emparejaron a los sujetos con personas que conocían bien y luego otra vez con personas que nunca habían conocido. Los investigadores descubrieron que las personas que se conocían bien no se entendían mejor que las que acababan de conocer. Peor aún, los participantes frecuentemente sobrestimaban su capacidad de comunicación, y esto era más pronunciado con las personas que conocían bien.
“Nuestro problema para comunicarnos con los amigos es que tenemos una ilusión de perspicacia”, dijo el coautor del estudio Nicholas Epley. “Acercarse a alguien parece crear la ilusión de comprensión más que la comprensión real”.
Cuando nos comunicamos con gente que conocemos bien, hacemos presunciones sobre lo que entienden, presunciones que no nos atrevemos a hacer con extraños. Esta tendencia a sobrestimar lo bien que nos comunicamos (y lo bien que nos entienden) es tan prevalente que los psicólogos incluso tienen un nombre para ello: sesgo de cercanía-comunicación.
“La comprensión, ‘Lo que yo sé es diferente de lo que tú sabes’ es esencial para una comunicación efectiva”, dijo el líder del estudio Kenneth Savitsky, “pero esa comprensión puede ser esquiva. Algunas personas pueden estar en la misma longitud de onda, pero tal vez no tanto como creen. Uno se apresura y se preocupa, y deja de tomar la perspectiva de la otra persona”.
Qué medidas tomar
La comunicación es el verdadero trabajo del liderazgo; simplemente no puedes convertirte en un gran líder hasta que seas un gran comunicador. Los grandes comunicadores inspiran a la gente. Crean una conexión que es real, emocional y personal. Y los grandes comunicadores forjan esta conexión a través de la comprensión de la gente y la habilidad de hablar directamente a sus necesidades de una manera que están listos para escuchar.
Las ocho estrategias que siguen le ayudarán a superar el sesgo de comunicación que tiende a frenarnos con todos los que nos encontramos, especialmente con los que conocemos bien. Aplique estas estrategias y vea cómo sus habilidades de comunicación alcanzan nuevas alturas.
Habla a los grupos como individuos. Como líder, a menudo tienes que hablar a grupos de personas. Ya sea en una pequeña reunión de equipo o en una reunión de toda la empresa, necesita desarrollar un nivel de intimidad en su enfoque que haga que cada individuo en la sala sienta que está hablando directamente con él o ella. El truco es eliminar la distracción de la multitud para que puedas entregar tu mensaje como si estuvieras hablando con una sola persona. Quieres ser emocionalmente genuino y exudar los mismos sentimientos, energía y atención que tendrías si estuvieras solo (a diferencia de la ansiedad que viene con el hecho de estar frente a la gente). La capacidad de lograr esto es el sello distintivo de una gran comunicación de liderazgo.
Habla para que la gente te escuche. Los grandes comunicadores leen a su audiencia (grupos e individuos) cuidadosamente para asegurarse de que no están desperdiciando su aliento en un mensaje que la gente no está lista para escuchar. Hablar para que la gente escuche significa que ajustas tu mensaje sobre la marcha para que permanezca con tu audiencia (lo que están listos para escuchar y cómo están listos para escucharlo). Hablar para asegurarse de que has dicho lo que querías decir no tiene el mismo efecto en la gente que comprometerlos en un diálogo significativo en el que haya un intercambio de ideas. Resiste la urgencia de llevar tu punto a casa a toda costa. Cuando tu conversación lleva a la gente a hacer buenas preguntas, sabes que vas por el buen camino.
Escuche para que la gente hable. Una de las tentaciones más desastrosas para un líder es tratar la comunicación como una calle de un solo sentido. Cuando te comunicas, debes dar a la gente amplia oportunidad de decir lo que piensan. Si se da cuenta de que a menudo tiene la última palabra en las conversaciones, entonces es probable que esto sea algo en lo que tenga que trabajar.
Conectate emocionalmente. Maya Angelou lo dijo mejor: “La gente olvidará lo que dijiste e hiciste, pero nunca olvidarán cómo los hiciste sentir”. Como líder, tu comunicación es impotente si la gente no se conecta con ella a nivel emocional. Esto es difícil de lograr para muchos líderes porque sienten que necesitan proyectar una cierta persona. Deje eso. Para conectar con tu gente emocionalmente, necesitas ser transparente. Ser humano. Muéstrales lo que te impulsa, lo que te importa, lo que te hace salir de la cama por la mañana. Expresa estos sentimientos abiertamente, y forjarás una conexión emocional con tu gente.
Lee el lenguaje corporal. Tu autoridad hace que sea difícil para la gente decir lo que realmente está en sus mentes. No importa cuán buena sea tu relación con tus subordinados, te engañas a ti mismo si crees que son tan abiertos contigo como con sus compañeros. Por lo tanto, usted debe convertirse en un experto en la comprensión de los mensajes no hablados. La mayor riqueza de información se encuentra en el lenguaje corporal de las personas. El cuerpo se comunica sin parar y es una fuente abundante de información, así que vigila el lenguaje corporal a propósito durante las reuniones y las conversaciones informales. Una vez que sintonices con el lenguaje corporal, los mensajes se harán fuertes y claros. Presta tanta atención a lo que no se dice como a lo que se dice, y descubrirás hechos y opiniones que la gente no está dispuesta a expresar directamente.
Prepara tu intención. Un poco de preparación ayuda mucho a decir lo que se quiere decir y a que una conversación tenga el impacto deseado. No prepares un discurso; desarrolla un entendimiento de cuál debe ser el enfoque de una conversación (para que la gente escuche el mensaje) y cómo lo lograrás. Tu comunicación será más persuasiva y puntual cuando prepares tu intención con antelación.
Sáltate la jerga. El mundo de los negocios está lleno de jerga y metáforas que son inofensivas cuando la gente puede relacionarse con ellas. El problema es que la mayoría de los líderes usan demasiado la jerga y alienan a sus subordinados y clientes con su “lenguaje de negocios”. Úsalo con moderación si quieres conectar con tu gente. De lo contrario, se encontrará con una falta de sinceridad.
Practique la escucha activa. La escucha activa es una técnica simple que asegura que las personas se sientan escuchadas, un componente esencial de la buena comunicación.