De acuerdo con los resultados del Índice de Competitividad Regional (Incore), elaborado por el IPE, Madre de Dios se ubicó en el puesto 11 (de 25 departamentos) en cuanto a desarrollo económico y social. Si analizamos los pilares del índice.
A nivel de pilares, se encuentra entre los últimos lugares del pilar de Instituciones, seguido por Educación y Salud. A pesar de que aumentó tres posiciones en el pilar instituciones dado por un descenso en la percepción de inseguridad, aún se encuentra en la cola.
Asimismo, según cifras del INEI, en el 2020, la población de Madre de Dios en situación de pobreza es de un 11.3%, que lo posiciona como el segundo departamento menos pobre del Perú; en contraste, el 56.7% es considerado pobre multidimensionalmente; es decir, que no contaban con al menos un servicio básico que garantice una calidad de vida mínima.
Si hablamos de salud, el porcentaje de menores de cinco años con desnutrición crónica es de 8.5%, ubicándose por debajo del promedio nacional (12.1%). Sin embargo, el número de médicos por cada 10,000 habitantes es de 12.7, por debajo del promedio nacional (26.4).
En lo que respecta a educación, el porcentaje de asistencia escolar en inicial, primaria y secundaria en la edad correspondiente fue de 84.8%, inferior al promedio nacional (87.5%). Además, el 25.6% de colegios privados y públicos cuenta con acceso a electricidad, agua y desagüe, cuando el promedio nacional es de 41.1%.
La principal actividad económica de Madre de Dios en la última década ha sido la agricultura, ganadería, caza y silvicultura. Entre el 2008 y 2019, esta creció a una tasa promedio anual de 4.4%, al pasar de S/ 961 millones a S/ 1,544 millones. Cabe mencionar que, a pesar de la pandemia, en el 2020, el sector evidenció un incremento de 10.7%.
En cuanto al desempeño de sus exportaciones, estas crecieron a una tasa promedio anual de 11.4%, en el periodo 2001-2019, liderado por la exportación de oro. Además, en el 2020, las exportaciones de este departamento amazónico registraron un total de US$ 63 millones, un 27% más respecto del 2019.
Entre los principales destinos de las exportaciones del departamento, figuran Estados Unidos, India, Emiratos Árabes, China y Corea del Sur, siendo los principales productos de exportaciones el oro, nueces de Brasil y madera.
En lo que se refiere a las micro y pequeñas empresas del departamento, en el 2020, el 91% de estas unidades de negocios fue informal; sus ventas registraron una caída de 59.5% en ese mismo año; y el Índice de Capacidad Formal de estas no supera el 0.27, ubicándola en el puesto 8 respecto a los demás departamentos a nivel nacional.
Adicionalmente, un sector por mencionar es el de alojamiento y restaurantes, ligado fuertemente al turismo. Este alcanzó un crecimiento promedio anual de 5.4% en el periodo 2010-2019, pasando de S/ 47 millones a S/ 76 millones. En el 2020, como consecuencia del COVID-19 y las acciones tomadas para frenar el brote de esta, registró una caída de 55.7%.
Madre de Dios, al igual que la gran mayoría de departamentos del país, adolece de una administración pública que no viene traduciendo sus recursos en bienes y servicios públicos de calidad.
De acuerdo con cifras del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el presupuesto público por habitante de Madre de Dios ha crecido un 61% en la última década, al pasar de S/ 4,464 a S/ 7,201; mientras que el promedio nacional lo hizo en 68%.
En el periodo 2011-2020, la ejecución de la inversión pública de los gobiernos locales de Madre de Dios presenta una tendencia a la baja. Al tercer trimestre del 2021, apenas alcanza un 44% de ejecución; mientras que el gobierno regional, mantuvo una ejecución de 59%.
Cabe mencionar que, al tercer trimestre del 2021, la Municipalidad Provincial de Tambopata, es la que recibe mayor presupuesto para inversión pública, y registra un avance de 60%.
El departamento registra avances en el plano económico, especialmente, en cuanto a las exportaciones. Pese a que es uno de los departamentos menos pobres del país, aún queda una tarea pendiente asociada a mejorar la ejecución del presupuesto de inversión pública en los gobiernos locales.