FOTOGALERÍA. La esperanza de vida en el mundo sigue aumentando, como también se incrementa la cantidad de personas que viven con Alzheimer, la forma más común de demencia en personas mayores de 65 años, según el portal infobae.
A nivel global, más de 55 millones de personas (el 8,1% de las mujeres y el 5,4% de los hombres mayores de 65 años) viven con enfermedades mentales, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, se estima que esta cifra aumentará a 78 millones para 2030 y a 139 millones para 2050.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurológico que provoca la atrofia cerebral, genera la muerte progresiva de las neuronas, lo que promueve el deterioro continuo en el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales que afecta la capacidad de una persona para vivir de forma independiente.
“El aumento de la expectativa de vida en los últimos 100 años estuvo de la mano de mejoras en los cuidados médicos (antibióticos, prevención en enfermedades cardiovasculares, detección precoz del cáncer), la nutrición, la educación y la prevención (vacunas, higiene de manos, y de alimentos, etc.), aunque también de un aumento de la aparición de afecciones relacionadas al deterioro cognitivo, entre ellas la demencia. Es bien conocido que no tenemos terapias modificadoras para este tipo de enfermedades, pero hay un creciente énfasis para adoptar hábitos de vida que están asociados a una menor incidencia de la demencia”, explicó a Infobae el doctor Ricardo Maiola, médico neurólogo del Hospital de Clínicas.
“En el caso de la Enfermedad de Alzheimer (EA), es la principal causa de demencia en el mundo (casi 3/4 partes de los pacientes con demencia la tienen) y el porcentaje de muertes por EA aumentó casi un 90% entre el año 2000 y el 2015. Lamentablemente, no existen tratamientos que la prevengan ni tampoco que retrasen su aparición. ¿Cómo podemos actuar para prevenir la aparición de este tipo de enfermedades? Si bien existen factores de riesgo no modificables, como la edad y la genética, es posible actuar sobre los factores de riesgo que sí son modificables”, agregó el experto.
El doctor Ronald Petersen, neurólogo y director del Centro de Investigación para la Enfermedad de Alzheimer en Mayo Clinic, de la Clínica Mayo brindó a Infobae algunos consejos para prevenir la aparición del Alzheimer.
1-Participe en actividades que estimulen el cerebro:
Considere hacer rompecabezas y juegos en la computadora, pero conviértalos en un hábito con el transcurso del tiempo, puesto que los estudios dicen que el valor de las actividades de estimulación cognitiva se va acumulando durante la vida. Eso significa que adquirir una buena educación, trabajar en labores mentalmente estimulantes, tener pasatiempos o hobbies y participar en actividades sociales que requieran enfocar la mente son cosas importantes para reducir el riesgo de desarrollar demencia.
2-Concéntrese en la educación y en aprender nuevas habilidades:
Los estudios demuestran que mientras más años de estudios tenga una persona, menor es el riesgo de demencia. Parece que esto se debe a que las personas que pasan mucho tiempo involucradas en aprender algo tienden a desarrollar en el cerebro redes neuronales más robustas y conexiones entre esas células nerviosas. Esas redes están mejor equipadas para manejar el daño celular producido por un trastorno cerebral que puede llevar a la demencia.
3-Mantenga un estilo de vida saludable:
Similar a lo que ocurre con otros problemas de salud, llevar un estilo de vida saludable es igualmente importante para mantener sano el cerebro. Comer bien, mantener un peso saludable, hacer ejercicio con regularidad y evitar las situaciones que aumentan el riesgo para ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares también reduce el riesgo de demencia.
Se ha comprobado asimismo que encargarse de controlar eficazmente el colesterol y la presión arterial, no fumar y limitar el consumo de alcohol mejora la salud cognitiva más adelante en la vida. La razón es que todas estas medidas afectan la salud de los vasos sanguíneos en el cerebro, el cuello y el corazón. Es también importante dormir bien por la noche y tratar los trastornos del sueño, como la apnea del sueño. No hace falta tomar suplementos para dormir cuando uno ingiere una alimentación balanceada.
4-Mantenga las interacciones sociales:
Los estudios muestran que la interacción social a toda edad aporta beneficios cognitivos. Interactuar regularmente con otros, como familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y miembros de la comunidad, levanta el ánimo, aporta una perspectiva mejor de la vida y ejercita el cerebro. Esa interacción regular afecta de manera positiva sobre las capacidades cognitivas y se ha demostrado que alivia los síntomas de la demencia.
5-Buenos hábitos desde temprano:
En cuanto a sus hijos, en particular, los buenos hábitos empiezan temprano. Mientras antes empiecen a poner en práctica hábitos saludables, más probabilidad tendrán de mantenerlos y eso los beneficiará en los años venideros. Asegúrese también que lleven el estilo de vida más sano posible. Si sus hijos mantienen en buenas condiciones los vasos sanguíneos del cerebro y del corazón durante la juventud y la mediana edad, tendrán más probabilidad de gozar de buena salud a medida que envejezcan.
6-Señales del cerebro:
Cuando la salud de esos vasos sanguíneos se deteriora en la juventud, es difícil remediarlo más adelante y el daño a los vasos sanguíneos del cerebro es un factor para la demencia. Esto no significa que incorporar hábitos sanos en el estilo de vida más adelante no haga ninguna diferencia, puesto que esos cambios todavía afectan de forma positiva sobre la salud cognitiva y física.
7-Estudiar, leer y estar activo:
Estudios demuestran que un alto nivel educativo (personas con escuela secundaria completa o más) se asocia a un bajo riesgo de demencia. Los profesionales suelen usar un término denominado “Reserva Cognitiva”: Existen casos de pacientes fallecidos sin demencia que en el examen de los cerebros post-mortem se encontraron signos de Alzheimer, demostrando una mayor estructura neuronal, o una mejor utilización de las conexiones entre grupos neuronales, que no se tradujo en deterioro cognitivo.
8-Dejar los malos hábitos:
En la edad más avanzada es clave quitar el hábito de fumar, tratar la depresión, el aislamiento social, la inactividad física y la diabetes. A estos factores podemos añadir también el consumo de alcohol, la dieta, varios medicamentos, déficit de vitaminas, las apneas de sueño (detención transitoria de la actividad respiratoria durante el sueño) e incluso una mala higiene dental. En cuanto al consumo de alcohol, Maiola indica que “impacta negativamente en el desarrollo cerebral. El consumo leve a moderado de alcohol se asoció a bajo riesgo de demencia, mientras que el consumo crónico de altas cantidades se asocia a cuadros neurológicos bien establecidos como el síndrome de Korsakoff, que es un trastorno expresado por desorientación, amnesia para hechos recientes. Con respecto a las presuntas propiedades ‘protectoras’ del consumo de alcohol sobre las funciones cognitivas, un seguimiento de 30 años demostró que eso es falso”.
9- No abusar de los medicamentos:
Respecto de los medicamentos, Maiola advierte acerca de los llamados anticolinérgicos, que se usan para el tratamiento de problemas urinarios como la incontinencia urinaria. “Todos estos medicamentos anticolinérgicos traen aparejados un alto riesgo de deterioro cognitivo, alucinaciones, delirio y agitación. Síntomas que son preocupantes, pero transitorios. Mucho más en los pacientes añosos. Los medicamentos anticolinérgicos son un factor de riesgo para el desarrollo de demencia”, puntualiza.
10- Elevar el consumo de vitaminas:
Algunos déficits vitamínicos están asociados al deterioro cognitivo, como la Vitamina B, C, D y E: “Todavía está en discusión cuál es el nivel de Vitamina C normal. Igualmente, el déficit de vitamina D se ha asociado a mayor riesgo de demencia. Con respecto a la Vitamina E, los altos niveles en sangre se asociaron a menor riesgo de EA y si bien tiene propiedades antioxidantes, su administración sólo debería indicarse cuando existe déficit de esa vitamina, y no con criterios preventivos, ya que hay publicaciones en las que se demuestra que altas dosis de Vitamina E se asoció a mayor índice de mortalidad por todas las causas.
Finalmente, los niveles de Homocisteína, que refleja el estado de tres vitaminas del grupo B, y se vio que altos niveles de Homocisteína se asoció a mayor desarrollo de Demencia, lesiones de sustancia blanca del cerebro, atrofia del cerebro y cambios patológicos propios de la EA”, agregó el experto.
¿Y qué sucede con los problemas de higiene dental? “Este tipo de problemas, como las periodontitis, son más prevalentes con la edad y se asocian al deterioro cognitivo. Los gérmenes de la microbiota dental o gingival están más frecuentemente asociados a los pacientes con demencia”.
Cuidados de una persona con Alzheimer en casa
Mientras avanzan en el mundo estudios sobre diversos tratamientos farmacológicos, los enfoques actuales para tratar el Alzheimer se centran en ayudar a las personas a mantener la función mental, tratar el proceso de la enfermedad subyacente y controlar los síntomas conductuales. Y durante este proceso, se hace de gran relevancia la figura de los cuidadores, que pueden ser uno o varios familiares, o bien personas ajenas al círculo íntimo.
Con el paso del tiempo, las personas con este tipo de demencia necesitarán cada vez más ayuda con tareas sencillas y cotidianas, como bañarse, asearse y vestirse. Recibir ayuda para este tipo de actividades puede ser molesto para el paciente. A su vez, para muchas familias, cuidar a una persona con demencia no es el trabajo de una sola persona, sino que es la función de muchos que comparten tareas y responsabilidades.
“Cuidar de una persona con Alzheimer puede tener costos físicos, emocionales y financieros significativos. Las demandas del cuidado diario, los cambios en los roles familiares y las decisiones sobre la ayuda al paciente pueden ser difíciles. Informarse bien sobre la enfermedad y aprender sobre sus diversas etapas, sus desafíos y acerca de cómo lidiar con ciertos comportamientos es de gran utilidad. Buenas habilidades de afrontamiento, una sólida red de apoyo y cuidado de relevo también ayudan a los cuidadores a manejar el estrés de cuidar a un ser querido con Alzheimer”, explica el doctor Simón Fernández Nievas, médico especialista en clínica médica (MN 103576) y Director Médico de En Casa, organización con más de 30 años de experiencia en soluciones de salud en el hogar e internaciones domiciliarias.
Entre los consejos para los cuidadores a cargo, se pueden enumerar:
-Intentar mantener una rutina establecida, como bañarse, vestirse y comer a la misma hora todos los días.
-Ayudar a la persona a hacer listas de las cosas que debe hacer, y anotar las citas y las actividades a las que debe asistir en un cuaderno o calendario.
-Planificar las actividades que la persona disfruta e intentar hacerlas a la misma hora todos los días.
-Considerar el uso de un sistema o de recordatorios que ayuden a la persona si deben tomar medicamentos con regularidad.
-Cuando se esté vistiendo o bañando, permitir que la persona haga todo lo que pueda por sí misma.
-Conseguir ropa holgada y cómoda que le sea fácil de usar, como prendas de vestir con elástico, en la cintura, sujetadores de tela o cierres, evitando cordones, botones o hebillas.
-Ser amable y respetuoso. Informar a la persona qué es lo que va a hacer, paso a paso, mientras le ayuda en una tarea.
-Servir los alimentos en un lugar familiar y constante, y dar a la persona suficiente tiempo para que coma.