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1. Negociaciones salariales con un nuevo empleado. (Foto: iStock)
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Aquí, algunos ejemplos sobre dónde aplicar estas habilidades:

1. Negociaciones salariales con un nuevo empleado. (Foto: iStock)

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2. Pedir unas vacaciones o una excedencia. (Foto: iStock)
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Aquí, algunos ejemplos sobre dónde aplicar estas habilidades:

2. Pedir unas vacaciones o una excedencia. (Foto: iStock)

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3. Negociar el despido de un empleado. (Foto: iStock)
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Aquí, algunos ejemplos sobre dónde aplicar estas habilidades:

3. Negociar el despido de un empleado. (Foto: iStock)

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4. Discutir un cambio en el horario de trabajo de un individuo o equipo. (Foto: iStock)
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Aquí, algunos ejemplos sobre dónde aplicar estas habilidades:

4. Discutir un cambio en el horario de trabajo de un individuo o equipo. (Foto: iStock)

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5. Negociación de contratos para sindicatos, proveedores, autónomos… (Foto: iStock)
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Aquí, algunos ejemplos sobre dónde aplicar estas habilidades:

5. Negociación de contratos para sindicatos, proveedores, autónomos… (Foto: iStock)

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6. Negociar una fecha límite con un cliente. (Foto: iStock)
Getty Images/iStockphoto
Aquí, algunos ejemplos sobre dónde aplicar estas habilidades:

6. Negociar una fecha límite con un cliente. (Foto: iStock)

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7. Resolución de conflictos de equipo. (Foto: iStock)
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Aquí, algunos ejemplos sobre dónde aplicar estas habilidades:

7. Resolución de conflictos de equipo. (Foto: iStock)

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8. Negociaciones de venta con un cliente. (Foto: iStock)
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Aquí, algunos ejemplos sobre dónde aplicar estas habilidades:

8. Negociaciones de venta con un cliente. (Foto: iStock)

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9. Negociaciones de acuerdos legales. (Foto: iStock)
Getty Images/iStockphoto
Aquí, algunos ejemplos sobre dónde aplicar estas habilidades:

9. Negociaciones de acuerdos legales. (Foto: iStock)

Plantearse pedir un aumento de salario, querer pedir una excedencia para dedicar más tiempo a la familia o darse cuenta de que en las reuniones con un determinado cliente tus sugerencias u opiniones no se tienen en cuenta. Estas situaciones tienen que ver con la capacidad de negociación y algunas personas son realmente expertas en este arte. Tanto que llegan a conseguir sus objetivos de forma más rápida, según el portal .

Las habilidades de negociación fuertes son un aspecto clave no solo cuando estás trabajando sino también durante una búsqueda de empleo. Puedes negociar con el reclutador varias cosas antes de conseguir el trabajo: salario, formación, teletrabajo, bonus, desarrollo profesional, beneficios sociales… Además, desarrollar estas habilidades beneficiará tanto al trabajador como a la compañía a largo plazo y ayudará a encontrar mejores soluciones y tomar medidas para lograr objetivos individuales y colectivos.

Si crees que tus habilidades de negociación se pueden mejorar y quieres fortalecerlas y hacer que funcionen en el terreno laboral, en este artículo te contamos cómo hacerlo.

¿Dónde puedo utilizarlas?

Las habilidades de negociación se pueden utilizar en casi todos los aspectos del trabajo: cuando le preguntas a tu jefe si puedes trabajar desde casa varios días a la semana, si hay un máster que te interesa y está relacionado con tu trabajo actual podrías negociar que la empresa te lo pagará, si eres jefa de equipo y le estás pidiendo a tu responsable la luz verde para contratar a un nuevo empleado...

Aquí, algunos ejemplos sobre dónde aplicar estas habilidades:

1. Negociaciones salariales con un nuevo empleado.

2. Pedir unas vacaciones o una excedencia.

3. Negociar el despido de un empleado.

4. Discutir un cambio en el horario de trabajo de un individuo o equipo.

5. Negociación de contratos para sindicatos, proveedores, autónomos…

6. Negociar una fecha límite con un cliente.

7. Resolución de conflictos de equipo.

8. Negociaciones de venta con un cliente.

9. Negociaciones de acuerdos legales.

¿Por qué es importante tener esta capacidad?

Los trabajadores normalmente se sienten intimidados por la negociación y creen, muchas veces, que una negociación significa confrontación. Uno de los consejos que se deben tener en cuenta es que, en lugar de iniciar una negociación con la intención de ganar, hay que concentrarse en encontrar una solución que beneficie a las dos partes.

Por ejemplo, si quieres negociar días de teletrabajo o un modelo híbrido, podrías hacer hincapié en que, aunque esta situación supone que el equipo debe adaptarse a que tú estés fuera de la oficina tres días a la semana, también se gana en flexibilidad horaria para todos y que la gente pueda decidir si ir a la oficina o si prefiere quedarse a trabajar desde casa. Hacerle ver que no es algo que te beneficie solamente a ti sino al conjunto de compañeros de trabajo.

Las habilidades de negociación pueden ayudarte a lograr tus objetivos y hacer el trabajo en un entorno o dentro de un equipo donde las personas tienen diferentes ideas, opiniones y prioridades. Fomentar esta capacidad puede ayudarte a construir mejores relaciones con los responsables y con los compañeros de trabajo, a evitar conflictos y trabajar para conseguir mejores soluciones.

Hay que tener en cuenta también que una negociación es una conversación y puede alargarse en el tiempo. Depende de lo que se pida, quizás no pueda resolverse rápidamente ya que las personas necesitan tomarse un tiempo y decidir sobre la petición o el problema a resolver con calma.

¿Cómo mejoro mi habilidad negociadora?

Céntrate en lo que quieres, no en lo que necesitas

Cuando las personas se involucran en negociaciones, generalmente están impulsadas por la necesidad de algo: conseguir un cliente, conseguir un trabajo, un salario... Y parecer necesitado no es la mejor condición para negociar. Es importante respetar tus límites y no verte obligado a aceptar términos que no son buenos para ti.

La forma de cambiar este estado es pensar en lo que quieres y no en lo que necesitas. Si necesitas algo estás dispuesto a hacer sacrificios solo para obtener un “sí”. Querer es cuando puedes hacer un trato pero no lo aceptas si no es bueno.

Cree en el valor que aportas

Conocer el valor que ofreces a la empresa te dará la confianza suficiente para entrar con otra perspectiva a la reunión con tu jefe o con la persona que quieras negociar. Los empleados que saben cómo agregar valor a su trabajo suelen exigir salarios más altos, proyectos más interesantes y mejores oportunidades laborales.

Piensa en el beneficio colectivo

Muchas personas se sienten inseguras a la hora de negociar porque no quieren que la empresa piense que son exigentes, inconformistas o desagradecidos. Es clave tener en cuenta que las negociaciones no son personales. Cree en tu petición y hazla sin pensar qué pensarán los demás. Las negociaciones son una oportunidad para que todos los involucrados se beneficien.

Aprende y practica

Puedes practicar en situaciones reales. Por ejemplo, cuando un comercial quiere venderte algo por la calle, cuando llaman por teléfono para ofrecerte un cambio de compañía móvil o incluso puedes practicar con tu familia o amigos. Estas situaciones son una buena oportunidad de perder la vergüenza y practicar tus habilidades.

La negociación forma parte inherente de la condición humana. Desde acuerdos en el entorno familiar o de la amistad hasta en el terreno profesional. En este último caso, ser un buen negociador puede ayudarte a conseguir la posición laboral que deseas, mejores condiciones de trabajo o un salario mayor del que en principio te ofrecían. Negociar tiene un punto innato, pero una parte fundamental también se puede aprender.