FOTOGALERÍA. No siempre es necesario montar una gran empresa para generar impacto. Estas seis historias de emprendedores lo demuestran, según el portal emprendedores.
Ayúdame3D es una startup de impacto social que fabrica trésdesis para personas en riesgo de exclusión. Gracias a la curiosidad de Guillermo M Gauna-Vivas, un viaje a Kenia y a una impresora 3D, este ingeniero creó la startup Ayúdame3D ha logrado fabricar trésdesis -brazos impresos en 3D – para personas en distintas partes del mundo.
En Ayúdame3D diseñan, fabrican y entregan dispositivos 3D, sin coste para el beneficiario, mejorando su calidad de vida y la de su entorno nados trésdesis, de manera gratuita a personas con discapacidad. Reducen así la desigualdad a la que se enfrentan muchas personas mejorando su calidad de vida y proporcionando mejores oportunidades de empleabilidad y escolarización.
Ayúdame3D ha crecido hasta convertirse en una entidad social con un ecosistema propio que incluye una plataforma de más de 100 expertos en 3D, los Helpers3D. Martínez Gauna-Vivas y su equipo no dejan de acumular premios, entre ellos el Premio Fundación Princesa de Girona, entre muchos otros.
En SileNole han desarrollado un método basado en evidencias científicas que actúa sobre aspectos clave que mejoran la convivencia. Fundada por el Juan Múzquiz Herrero, psicólogo experto en psicoterapia con niños y adolescentes, profesor-tutor de la UNED y con una tesis en la temática del bullying, el método trabaja con todas las partes implicadas para dificultar la aparición del bullying: profesores, alumnos, personal no docente y familias.
Proporcionan herramientas digitales, contenidos y metodologías científicamente probadas para la prevención, intervención y seguimiento efectivo del bullying en las escuelas.
Bizipoz es una cooperativa que fomenta el empoderamiento de las personas mayores a través del diseño y desarrollo de programas de envejecimiento activo que responden a la realidad actual: la esperanza de vida aumenta y las personas quieren vivir bien y ser parte activa de la sociedad.
La idea corresponde a la joven emprendedora Eider Etxebarria Bergaretxe, fundadora de la cooperativa junto a su socia Beatriz Santamaría. Tras empezar con el proyecto mientras cursaban el Grado LEINN en Mondragón, lanzaron definitivamente el proyecto al mercado en 2017.
Bizipoz forma parte de la asociación Ekingune, que trabaja la cooperación y promoción entre personas emprendedoras. Nace para dar respuesta y apoyo a las necesidades de las empresas de reciente creación de Euskadi.
Isaac Bousnane es un peluquero de 35 años y origen marroquí que, siempre que puede, aprovecha sus ratos libres para cortar el pelo y arreglar la barba a los ‘sintecho’ que habitan en la ciudad de Málaga.
Lo hace en la calle, donde él mismo se desplaza con sus tijeras, tus toallas y todo el equipamiento de peluquería para devolver a estas personas algo de dignidad. “En realidad no necesitan un corte de pelo, lo que más agradecen es desahogarse y que haya alguien que les escuche”, declaraba Bousnane en Diario Sur.
Juan Blas Barbed Isusi es un innovador social convencido del poder del autoconocimiento y la empatía como motor de cambio. Licenciado en Empresariales, tras trabajar en Kiva y dedicar 7 años de su carrera profesional a financiar y asesorar empresas sociales en más de 20 países, decidió volver a su Bilbao natal para iniciar el proyecto que bautizó como Rooral.
Rooral (https://www.rooral.co/) es una solución que permite a urbanitas teletrabajar temporalmente desde pueblos, ayudándoles a mejorar su bienestar y contribuyendo a la reactivación rural. Quiere cambiar la narrativa existente de que para ser alguien debes dejar el pueblo, y demostrar que para ser tú, quizás debes volver. Ofrecen a los usuarios distintas experiencias, desde vivir una semana en comunidad hasta pasar una temporada más larga en un espacio de coworking y coliving.
Gerard Bofill Vaquè quería ser futbolista profesional y todo apuntaba a que podía conseguirlo de no ser porque a la edad de los 22 años le diagnosticaron un osteosarcoma. Tras pasar por quirófano varias veces, Gerard Bofill decidió reinventarse y trasladar su residencia a un entorno rural.
Tras restaurar una masía cochambrosa ubicada en el el Valle de Llémena, en la comarca de La Garrocha (Girona), abrió el 8 de julio de 2020 por primera vez sus puertas a los turistas Can Buch La Garrotxa, un bonito ecohotel 100% ecológico y autosostenible con el que Gerard Bofill ofrece a la sociedad lo mismo que encontró él en este paraje: “una vida llena de amor y paz”.