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Los planes estratégicos son importantes para lograr tu visión, pero tampoco se pueden escribir en piedra. La pandemia fue una situación imprevista que tomó por sorpresa a todas las empresas del mundo. En consecuencia, es importante estar listo para virar, cambiar el curso rápidamente y tratar de afectar lo menos posible a toda la organización.
Para tener una empresa ágil debes deshacerte de las estructuras jerárquicas y tener equipos multidisciplinarios y autónomos que puedan operar sin micro administración.  En lugar de dirigir  un grupo de personas, las responsabilidades de gestión deberán distribuirse a lo largo de la organización.  Los grandes equipos no son tan ágiles como una red de equipos pequeños que se pueden distribuir y enfocar en nuevos proyectos. (Foto: iStock)
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1. Agilidad: menos estructuras jerárquicas

Los planes estratégicos son importantes para lograr tu visión, pero tampoco se pueden escribir en piedra. La pandemia fue una situación imprevista que tomó por sorpresa a todas las empresas del mundo. En consecuencia, es importante estar listo para virar, cambiar el curso rápidamente y tratar de afectar lo menos posible a toda la organización. Para tener una empresa ágil debes deshacerte de las estructuras jerárquicas y tener equipos multidisciplinarios y autónomos que puedan operar sin micro administración. En lugar de dirigir un grupo de personas, las responsabilidades de gestión deberán distribuirse a lo largo de la organización. Los grandes equipos no son tan ágiles como una red de equipos pequeños que se pueden distribuir y enfocar en nuevos proyectos. (Foto: iStock)

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Las personas son criaturas intrínsecamente sociales. No debería sorprendernos entonces que anhelemos sentirnos conectados con las personas con las que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. Entonces, ¿cómo podemos nosotros, como líderes empresariales, ayudar a que se produzcan estas conexiones entre los empleados? (Foto: iStock)
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2. Fomentar conexiones humanas fuertes y saludables

Las personas son criaturas intrínsecamente sociales. No debería sorprendernos entonces que anhelemos sentirnos conectados con las personas con las que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. Entonces, ¿cómo podemos nosotros, como líderes empresariales, ayudar a que se produzcan estas conexiones entre los empleados? (Foto: iStock)

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Cuando ves a tu equipo como un “juego de damas”, cada pieza es una pieza uniforme, por lo que ves a todas las piezas de la misma forma. Cuando ves a tu equipo como un juego de ajedrez, reconoces que cada pieza tiene diferentes fortalezas y debilidades por lo que la forma en que elaboras estrategias cambia drásticamente.
Debes liderar a tu team de una manera en la que aumentes sus fortalezas y, al mismo tiempo, fomentes el trabajo en equipo que compense la debilidad de una persona con la fortaleza de otra. La lección más importante de todo esto es que la gente no quiere que su jefe les diga qué hacer, quieren ser reconocidos por sus fortalezas únicas y ser impulsados por un líder que sepa cómo optimizar su rendimiento para que ellos puedan ofrecer mejores resultados. (Foto: iStock)
3. Los mejores líderes juegan ajedrez no damas chinas

Cuando ves a tu equipo como un “juego de damas”, cada pieza es una pieza uniforme, por lo que ves a todas las piezas de la misma forma. Cuando ves a tu equipo como un juego de ajedrez, reconoces que cada pieza tiene diferentes fortalezas y debilidades por lo que la forma en que elaboras estrategias cambia drásticamente. Debes liderar a tu team de una manera en la que aumentes sus fortalezas y, al mismo tiempo, fomentes el trabajo en equipo que compense la debilidad de una persona con la fortaleza de otra. La lección más importante de todo esto es que la gente no quiere que su jefe les diga qué hacer, quieren ser reconocidos por sus fortalezas únicas y ser impulsados por un líder que sepa cómo optimizar su rendimiento para que ellos puedan ofrecer mejores resultados. (Foto: iStock)

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¿Cómo es el estado de ánimo del día a día en la oficina? ¿Es un buen lugar para estar? ¿Tu equipo se trata bien entre sí o hay chismes, quejas y discusiones? ¿Cómo se sienten con su trabajo? ¿Dónde está su atención y enfoque? ¿Todos sienten que están trabajando para lograr algo que valga la pena?
Los lugares de trabajo productivos y felices no surgen por accidente. Son el resultado directo de los esfuerzos del líder por crear una visión que motive a todos,  con metas que motiven y desafíen a su gente. La cultura de tu empresa es parte de tu legado; si permites que se dé de forma “predeterminada”, ni tú ni tus empleados se sentirán muy cómodos con los resultados. (Foto: iStock)
4. Construye una cultura grandiosa y memorable

¿Cómo es el estado de ánimo del día a día en la oficina? ¿Es un buen lugar para estar? ¿Tu equipo se trata bien entre sí o hay chismes, quejas y discusiones? ¿Cómo se sienten con su trabajo? ¿Dónde está su atención y enfoque? ¿Todos sienten que están trabajando para lograr algo que valga la pena? Los lugares de trabajo productivos y felices no surgen por accidente. Son el resultado directo de los esfuerzos del líder por crear una visión que motive a todos, con metas que motiven y desafíen a su gente. La cultura de tu empresa es parte de tu legado; si permites que se dé de forma “predeterminada”, ni tú ni tus empleados se sentirán muy cómodos con los resultados. (Foto: iStock)

Las empresas transformaron en meses lo que debía tomarles años. Con tal de sobrevivir a los últimos 19 meses de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad que hemos vivido, las organizaciones tuvieron que hacer ajustes cruciales en su estructura interna, sus operaciones, sistemas, comunicación, estrategias y en su equipo pero, sobre todo, transformar radicalmente su liderazgo, según el portal .

En meses los líderes tuvieron que cambiar su mentalidad, modificar estructuras tradicionales, tomar decisiones difíciles y adaptarse a las necesidades que exigía una crisis sanitaria: de un momento a otro las empresas tuvieron que cerrar sus operaciones y trasladar su fuerza de trabajo para operar vía remota.

No todas las empresas en el país estaban preparadas para servir a sus clientes de forma remota, tan sólo en 2020 en México cerraron 1,4 millones de empresas, pero aquellas que sí permitieron a sus trabajadores operar desde casa vieron los beneficios que podrían tener. De acuerdo con información de Gallup y Global Workplace Analytics las empresas tuvieron un incremento de entre 35 a 40% en su productividad; se cometieron hasta un 40% menos errores por una mayor atención a los detalles; hubo menor absentismo, lo que trajo hasta un 21% más de rentabilidad para las compañías.

En este nuevo entorno, el liderazgo debe enfocarse más en resultados, responsabilidad y libertad, en lugar de dónde y cómo tu equipo hace tu trabajo. Te comparto algunas de las nuevas habilidades que se necesitan para un liderazgo exitoso:

1. Agilidad: menos estructuras jerárquicas

Los planes estratégicos son importantes para lograr tu visión, pero tampoco se pueden escribir en piedra. La pandemia fue una situación imprevista que tomó por sorpresa a todas las empresas del mundo. En consecuencia, es importante estar listo para virar, cambiar el curso rápidamente y tratar de afectar lo menos posible a toda la organización.

Para tener una empresa ágil debes deshacerte de las estructuras jerárquicas y tener equipos multidisciplinarios y autónomos que puedan operar sin micro administración.  En lugar de dirigir  un grupo de personas, las responsabilidades de gestión deberán distribuirse a lo largo de la organización.  Los grandes equipos no son tan ágiles como una red de equipos pequeños que se pueden distribuir y enfocar en nuevos proyectos.

2. Fomentar conexiones humanas fuertes y saludables

Las personas son criaturas intrínsecamente sociales. No debería sorprendernos entonces que anhelemos sentirnos conectados con las personas con las que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo. Entonces, ¿cómo podemos nosotros, como líderes empresariales, ayudar a que se produzcan estas conexiones entre los empleados?

Gregg Lederman es un autor bestseller enfocado en la interacción entre empleados. Tras una larga investigación descubrió 3 cosas que las personas necesitan en el trabajo para sentirse completamente realizadas:

  • La necesidad de reconocimiento: las personas tienen la necesidad de ser reconocidas por la habilidad y la perspectiva que aportan y por los desafíos que han logrado.
  • La necesidad de respeto: las personas quieren ser respetadas por quiénes son como individuos y profesionales y cómo contribuyen al equipo.
  • La necesidad de relaciones: la gente quiere relaciones satisfactorias con las personas con las que trabajan.

Los líderes de la organización actúan como guías para los empleados. Tu papel es establecer el tono emocional de las relaciones e impulsar la dirección estratégica que seguirá.

3. Los mejores líderes juegan ajedrez no damas chinas

Cuando ves a tu equipo como un “juego de damas”, cada pieza es una pieza uniforme, por lo que ves a todas las piezas de la misma forma. Cuando ves a tu equipo como un juego de ajedrez, reconoces que cada pieza tiene diferentes fortalezas y debilidades por lo que la forma en que elaboras estrategias cambia drásticamente.

Debes liderar a tu team de una manera en la que aumentes sus fortalezas y, al mismo tiempo, fomentes el trabajo en equipo que compense la debilidad de una persona con la fortaleza de otra. La lección más importante de todo esto es que la gente no quiere que su jefe les diga qué hacer, quieren ser reconocidos por sus fortalezas únicas y ser impulsados por un líder que sepa cómo optimizar su rendimiento para que ellos puedan ofrecer mejores resultados.

4. Construye una cultura grandiosa y memorable

¿Cómo es el estado de ánimo del día a día en la oficina? ¿Es un buen lugar para estar? ¿Tu equipo se trata bien entre sí o hay chismes, quejas y discusiones? ¿Cómo se sienten con su trabajo? ¿Dónde está su atención y enfoque? ¿Todos sienten que están trabajando para lograr algo que valga la pena?

Los lugares de trabajo productivos y felices no surgen por accidente. Son el resultado directo de los esfuerzos del líder por crear una visión que motive a todos,  con metas que motiven y desafíen a su gente. La cultura de tu empresa es parte de tu legado; si permites que se dé de forma “predeterminada”, ni tú ni tus empleados se sentirán muy cómodos con los resultados.

Las empresas cambiaron y el liderazgo también debe hacerlo para no quedarse rezagado en un mundo que demanda y fomenta la digitalización. Las estructuras tradicionales con liderazgos fuertemente arraigados arrastran a las compañías y no les permiten operar en las dinámicas de la era tecnológica.