FOTOGRAFÍA. A la hora de confeccionar tu currículum puede que te surjan mil dudas. La mayor parte de ellas estarán relacionadas con qué incluir, qué obviar y cómo enfocar el documento para que sea a la vez conciso, pero completo; que interese al reclutador y que sea diferenciador, según Universia.
Existen muchas estrategias para redactar un buen CV, y recientemente te contamos las claves para hacer un currículum perfecto, que incluían además 10 consejos para bordarlo. En el artículo de hoy vamos a abordar los diferentes tipos de CV que existen, en qué ocasiones están más indicados unos que otros, y te daremos algún consejo extra.
Piensa que en el currículum vas a plasmar de manera ordenada todo lo que va a servir para desempeñar el puesto al que te estás postulando. Es decir, puede que en determinado contexto no sea necesario, ni recomendable, hacer un repaso completo desde el principio de los tiempos que refleje todos tus conocimientos, sino que sea más recomendable hacer un filtro previo.
En otros contextos, por el contrario, puede ser beneficioso para ti ser lo más exhaustivo posible y seguir una estructura más tradicional en la elaboración de tu CV. Incluso, puede que un CV original, rompedor y atrevido te abra las puertas de una oportunidad inesperada.
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Podemos decir que los principales tipos de CV son el cronológico y sus variaciones; el funcional; el CV combinado; y los currículums no tradicionales.
Es el tipo de CV más extendido. Como su propio nombre indica, el CV cronológico se estructura mostrando toda la experiencia laboral en orden cronológico inverso, es decir, mostrando en primer lugar la experiencia más reciente, y a continuación colocaríamos el resto de ellas.
Se trata de un documento sencillo en su concepto y que nos permite mostrar de una manera directa nuestro historial laboral. Esto es importante y da puntos a quien tiene un historial consolidado, es decir, no solo que tenga experiencia, sino que no tenga lagunas en su CV (períodos de tiempo inactivo, por ejemplo, por el motivo que sea).
Para el caso de personas que comienzan su trayectoria profesional, puede ser mejor optar por otros tipos de CV.
Por otro lado, hay que entender que, si queremos enfocarnos siempre en la misma línea profesional, es decir, progresar en nuestra trayectoria, este CV puede sumarnos puntos. En cambio, si queremos cambiar o evolucionar por otros derroteros, será preferible optar por otro tipo de CV que resalte mejor nuestras habilidades principales.
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Es el tipo de currículum que se va a centrar en nuestras habilidades y fortalezas. En este CV se distribuye la información por temas y está enfocado para que el reclutador pueda tener de un vistazo una impresión exacta de nuestra formación y de la experiencia que atesoramos en un ámbito determinado.
No sigue, por tanto, una progresión cronológica. Así, nos permitirá destacar nuestros puntos fuertes los logros que son interesantes o que aportan valor al puesto de trabajo al que optamos, y obviar aquellos que no aportarán nada a la entrevista.
Que sea un CV funcional no implica que no podamos incluir, de manera opcional, una breve lista con nuestro historial de trabajo reciente hacia la parte final del documento.
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Por contraposición al tipo de CV anterior, el cronológico, el CV funcional está indicado para personas que quieren variar el rumbo de su trayectoria profesional, para recién egresados y para personas que tienen lagunas de inactividad en su historial.
La idea de este currículum es incluir un perfil personal destacando logros, habilidades y cualidades, seguido por una sucesión de secciones, cada una relacionada con una habilidad o capacidad diferente.
Aquí tendríamos un híbrido entre un currículum cronológico y un currículum funcional. Podemos estructurarlo comenzando, en la parte inicial, con una lista de nuestras principales capacidades y cualificaciones.
Después, detallamos el historial de experiencias cronológico. Hay que tener en cuenta que detallado no implica exhaustivo, y que este apartado no debería ser protagonista del documento, sino una mera referencia adecuada al puesto al que nos postulamos.
Este tipo de currículum vitae nos permite resaltar nuestras habilidades más relevantes para el trabajo que solicitamos, y además incluir el historial de nuestros trabajos ordenados cronológicamente. Es un punto a favor de este formato porque casi todos los empleadores tienen interés por ver a qué nos dedicamos en el pasado, siendo casi lo de menos si es un historial muy extenso, o breve.
Sin duda, este tipo de CV concentra lo mejor de los dos tipos anteriores.
Dependiendo del sector, del puesto de trabajo en concreto y, sobre todo, si optamos a un puesto creativo, puede ser una buena idea innovar en el CV tomando un camino menos ortodoxo o tradicional.
Por ejemplo, un CV en vídeo puede ser diferenciador, pero también lo puede ser organizar nuestra experiencia como una infografía, utilizar medios sociales para elaborarlo o, por qué no, organizar una lista de canciones en Spotify.