FOTOGALERÍA. Es normal en la vida que cuando deseamos algo con muchas fuerzas tenemos que superar diversos obstáculos a fin de alcanzar nuestras metas; esto puede aplicar en varias áreas importantes de nuestro día a día, pero centrémonos hoy en el aspecto profesional.
Cuando decidimos comenzar nuestra propia startup, la mayoría de estos obstáculos suelen ser externos, como la falta de financiamiento, de maduración de nuestra idea, de la formación del equipo adecuado, etcétera, pero, ¿qué podemos hacer cuando el principal obstáculo viene de nosotros mismos debido a la procrastinación?
Es fácil procrastinar, basta con decirnos a nosotros mismos que tenemos tiempo suficiente para realizar una actividad (aunque no sea así) para posponerla y dedicarnos a otros asuntos menos importantes. Sin embargo, Paul Graham establece en su ensayo La procrastinación buena y la procrastinación mala de la serie Hackers y Pintores, que podemos hacer uso de la primera para lograr nuestros objetivos, ya que es casi imposible deshacernos de ella por completo.
Entre algunas de las consecuencias que la procrastinación mala puede traer a tu negocio recién creado y a ti mismo, están:
La buena noticia es que esto tiene solución, por lo que a continuación te comparto los consejos que utilizo para manejar la procrastinación, a fin de que puedas comenzar a emprender.
Duerme y come bien:
Al principio puede sonarte un poco extraño que este sea el primer consejo, pero tiene sentido, si te sientes cansado y sin energía por la falta de nutrientes en tu cuerpo es más probable que no te concentres en el trabajo y que sea más fácil ceder ante las distracciones. Come balanceado y dale a tus horas de sueño la importancia que merecen. Consejo extra: Mantén tus actividades laborales fuera de la habitación, te será más sencillo conciliar el sueño.
Difunde tu proyecto:
Esto claro, será mejor hacerlo con tus seres queridos, familia y amigos cercanos, de esta manera sentirás un impulso interno de terminar, concretar y avanzar más en tus actividades diarias. Además, si tu proyecto en verdad te provoca emoción, notarás al hablar de él unas ganas indiscutibles de ponerte a trabajar, por otro lado, nunca está de más recibir el apoyo y consejo de los demás.
Usa la tecnología:
Utiliza aplicaciones, calendarios, recordatorios y establece rutinas de trabajo con la ayuda de la tecnología, de esta manera podrás distinguir mejor las prioridades y dedicar tiempos específicos de tu día para realizar las tareas tediosas, las urgentes y para resolver los pendientes.
Tu empresa, tu pasión:
Este es quizá un punto que te recomiendo considerar desde la planeación de tu empresa. Dedica tu tiempo a proyectos que te apasionen, que incluso formen parte de tus hobbies o de actividades en las que eres bueno, aunque no exclusivamente, lo importante aquí es que en lugar de representar un peso, tu startup represente todo lo que te emociona hacer.
“La principal razón por la que a las personas les resulta difícil trabajar en un problema en particular es que no disfrutan eso. Cuando eres joven, especialmente, a menudo te encuentras trabajando en cosas que realmente no te gustan, porque parece impresionante, por ejemplo, o porque te han asignado para trabajar en ellas”, dice Graham en su ensayo, así que enfócate primero en hallar tu pasión.
Aleja las distracciones:
Y por último, el consejo más famoso, aléjate de las distracciones: si eres propenso a revisar tus redes sociales cada cinco minutos o si eres de los que revisan sus mensajes al momento en el que su celular suena (aunque no tengan nada que ver con el trabajo), entonces lo mejor es que te tomes un tiempo lejos de tu celular y demás aparatos tecnológicos que no estén estrictamente relacionados con el trabajo. Ya volverás a ellos luego.
Si bien para emprender no necesitas eliminar la procrastinación de tu vida, es una buena idea que comiences a gestionarla, de este modo tal vez no verás tantas películas o saldrás tanto con tus amigos, pero por fin lograrás poner tu negocio en marcha, y creéme, valdrá la pena.