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Dentro de esta categoría encontramos dos formas: pasivo o activo.
El descanso físico pasivo consiste en dormir y tomar siestas. El activo, hacer actividades como yoga, mindfulness, estiramiento, meditación, reiki, masajes, entre otras disciplinas. (Foto: iStock)
Primer tipo: descanso físico

Dentro de esta categoría encontramos dos formas: pasivo o activo. El descanso físico pasivo consiste en dormir y tomar siestas. El activo, hacer actividades como yoga, mindfulness, estiramiento, meditación, reiki, masajes, entre otras disciplinas. (Foto: iStock)

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La sugerencia es que tomes pausas de al menos 20 minutos cada 2 horas en la jornada de trabajo, y si lo haces virtualmente, cada hora y cuarto aproximadamente. Mueve el cuerpo, estírate, da un pequeño paseo, e incorpora algún hábito saludable, como tener siempre a mano una libreta para volcar las ideas que se te ocurran -de trabajo o temas personales-, para liberar la cabeza y bajarlo a un sistema de organización. (Foto: iStock)
Segundo tipo: descanso mental

La sugerencia es que tomes pausas de al menos 20 minutos cada 2 horas en la jornada de trabajo, y si lo haces virtualmente, cada hora y cuarto aproximadamente. Mueve el cuerpo, estírate, da un pequeño paseo, e incorpora algún hábito saludable, como tener siempre a mano una libreta para volcar las ideas que se te ocurran -de trabajo o temas personales-, para liberar la cabeza y bajarlo a un sistema de organización. (Foto: iStock)

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También podrías desconectar conscientemente tantas pantallas, y usar solamente una a la vez; y poner un horario tope en el que silenciarás el celular. Así conseguirás tener momentos intencionales de privación sensorial. (Foto: iStock)
Getty Images/iStockphoto
Tercer tipo: descanso sensorial

También podrías desconectar conscientemente tantas pantallas, y usar solamente una a la vez; y poner un horario tope en el que silenciarás el celular. Así conseguirás tener momentos intencionales de privación sensorial. (Foto: iStock)

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Para conseguir descansar creativamente puedes hacer pausas para disfrutar del aire libre, caminar sin rumbo fijo, disfrutar del arte en todas sus formas, leer, escuchar música, adecuar tu espacio de trabajo para que cree un clima favorable, utilizar aromas y visualizar imágenes de recuerdos gratos de tu vida. (Foto: iStock)
Cuarto tipo: descanso creativo

Para conseguir descansar creativamente puedes hacer pausas para disfrutar del aire libre, caminar sin rumbo fijo, disfrutar del arte en todas sus formas, leer, escuchar música, adecuar tu espacio de trabajo para que cree un clima favorable, utilizar aromas y visualizar imágenes de recuerdos gratos de tu vida. (Foto: iStock)

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El apego a lo que sucede, la búsqueda de aprobación y el estar pendientes de la mirada externa son parte del agotamiento que padecen muchas personas.
El descanso emocional consiste en empezar a trabajar internamente en la auto consciencia para conocerte mejor, explorar y procesar los aspectos de desafío de tu vida actual y pasada, y poder enfocarte en construir y fortalecer un sentir y ser más equilibrado. (Foto: iStock)
Quinto tipo: descanso emocional

El apego a lo que sucede, la búsqueda de aprobación y el estar pendientes de la mirada externa son parte del agotamiento que padecen muchas personas. El descanso emocional consiste en empezar a trabajar internamente en la auto consciencia para conocerte mejor, explorar y procesar los aspectos de desafío de tu vida actual y pasada, y poder enfocarte en construir y fortalecer un sentir y ser más equilibrado. (Foto: iStock)

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Ligado con el tipo anterior, el descanso social implica poder tomar consciencia de las relaciones que mantienes y que te agotan, versus aquellas que te nutren y te ayudan a crecer. También incluimos aquí tu vínculo con las redes sociales, que muchas veces puede caer en dependencia.
Rodearte de personas positivas, comprensivas, con las que puedas compartir tus metas, anhelos y tu forma de ser con autenticidad y sin prejuicios, es un primer paso para empezar a descansar de esta forma. (Foto: iStock)
Sexto tipo: descanso social

Ligado con el tipo anterior, el descanso social implica poder tomar consciencia de las relaciones que mantienes y que te agotan, versus aquellas que te nutren y te ayudan a crecer. También incluimos aquí tu vínculo con las redes sociales, que muchas veces puede caer en dependencia. Rodearte de personas positivas, comprensivas, con las que puedas compartir tus metas, anhelos y tu forma de ser con autenticidad y sin prejuicios, es un primer paso para empezar a descansar de esta forma. (Foto: iStock)

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Llegamos al momento del spa del alma. Esta instancia de descanso te permite conectarte con algo superior, más allá de tu cuerpo físico y de la mente. Un espacio profundo contigo, con aceptación, perdón por tus errores, y enfocado en un propósito mayor que te guíe.
El estado de descanso espiritual lo puedes lograr, entre otras formas, haciendo servicio a alguien que lo necesita, conectándote con una tarea de voluntariado o ayudar con consciencia. Esa energía te carga las pilas y ayuda a equilibrar los desgastes cotidianos. Como posiblemente hayas experimentado alguna vez, hacerlo te llena el alma. (Foto: iStock)
Séptimo tipo: descanso espiritual

Llegamos al momento del spa del alma. Esta instancia de descanso te permite conectarte con algo superior, más allá de tu cuerpo físico y de la mente. Un espacio profundo contigo, con aceptación, perdón por tus errores, y enfocado en un propósito mayor que te guíe. El estado de descanso espiritual lo puedes lograr, entre otras formas, haciendo servicio a alguien que lo necesita, conectándote con una tarea de voluntariado o ayudar con consciencia. Esa energía te carga las pilas y ayuda a equilibrar los desgastes cotidianos. Como posiblemente hayas experimentado alguna vez, hacerlo te llena el alma. (Foto: iStock)

Te cuento un secreto: dormir, hacer pausas y descansar no son lo mismo. Está comprobado científicamente que puedes cerrar los ojos y estar en la cama muchas horas, e igualmente levantarte con agotamiento físico y mental. Es que el ritmo acelerado y vertiginoso del mundo de hoy a veces lleva a la exigencia al extremo con tal de rendir y obtener resultados; y esa tensión no permite que te recuperes, según el portal .

Estoy convencido de que lo más importante que puede hacer una persona por su salud es tomarse un tiempo y tener un descanso de calidad. Sin embargo, muchas luchan por hacerlo, ya sea por culpa, por inseguridad, por miedo a lo desconocido o por cualquier otra razón, y así la gente pospone el reposo que necesita.

Los 7 tipos de descanso

He descubierto que no siempre es fácil saber cuál es el mejor tipo de descanso para el cuerpo, la mente y el espíritu. Para conocerlo, es necesario reconocer la diferencia entre los siete tipos de descanso, y que cada uno sirve para un propósito diferente.

Siempre se nos ha dicho que hay que dormir al menos entre 7 y 8 horas diarias para reponer energía; sin embargo, no es esa la única forma de descansar, porque, como verás, podemos hacerlo con los ojos abiertos.

Basado en las investigaciones de la Dr. Saundra Dalton-Smith presentadas en sus charlas Ted y en CNN, repasemos los 7 tipos de descanso para que, combinándolos, obtengas el máximo beneficio de energía a tu favor:

Primer tipo: descanso físico

Dentro de esta categoría encontramos dos formas: pasivo o activo.

El descanso físico pasivo consiste en dormir y tomar siestas. El activo, hacer actividades como yoga, mindfulness, estiramiento, meditación, reiki, masajes, entre otras disciplinas.

Segundo tipo: descanso mental

El reposo mental consiste en tomar momentos para desenchufar la mente lo máximo posible. Lo lograrás cambiando el foco, abandonando las tareas, preocupaciones y problemas momentáneamente.

Por ejemplo, las tensiones del día laboral se arrastran como una mochila pesada dentro y fuera de la jornada de trabajo; y es por eso por lo que, a pesar de dormir o tomar descansos en tu casa, igual sientes cansancio y no llegas a recuperarte por completo.

La sugerencia es que tomes pausas de al menos 20 minutos cada 2 horas en la jornada de trabajo, y si lo haces virtualmente, cada hora y cuarto aproximadamente. Mueve el cuerpo, estírate, da un pequeño paseo, e incorpora algún hábito saludable, como tener siempre a mano una libreta para volcar las ideas que se te ocurran -de trabajo o temas personales-, para liberar la cabeza y bajarlo a un sistema de organización.

En lo posible, no desvíes el descanso mental en ocupar tu mente en otra cosa, por ejemplo, mirar televisión, ya que la pondrás nuevamente a trabajar.

Tercer tipo: descanso sensorial

Si bien no es posible apagar los sentidos con los que nos conectamos con el mundo, sí puedes disminuir la luminosidad de un ambiente, las pantallas como el celular, la computadora o los ruidos que interrumpen y agotan.

Para hacerlo, además de tomar las pausas sugeridas más arriba, puedes cerrar los ojos un minuto y respirar profundamente, tomando aire por la nariz y soltando lentamente por la boca. Hazlo repetidamente durante el día.

También podrías desconectar conscientemente tantas pantallas, y usar solamente una a la vez; y poner un horario tope en el que silenciarás el celular. Así conseguirás tener momentos intencionales de privación sensorial.

Cuarto tipo: descanso creativo

Fundamental en cualquier proceso de innovación y de generar ideas, se estimula despertando la curiosidad, el pensamiento crítico y la apreciación de las situaciones desde distintas perspectivas para evaluarlas mejor. También se da cuando necesitas procesar información, estás corto de inspiración y necesitas salir del entorno habitual para clarificarte.

Para conseguir descansar creativamente puedes hacer pausas para disfrutar del aire libre, caminar sin rumbo fijo, disfrutar del arte en todas sus formas, leer, escuchar música, adecuar tu espacio de trabajo para que cree un clima favorable, utilizar aromas y visualizar imágenes de recuerdos gratos de tu vida.

Todas estas pequeñas acciones contribuyen a que reposes tu mente y se estimule la creatividad que todos tenemos. Así sentirás que hay un estado de fluir con las situaciones, en vez de forzarlas (que es justamente lo que agota la energía).

Quinto tipo: descanso emocional

El apego a lo que sucede, la búsqueda de aprobación y el estar pendientes de la mirada externa son parte del agotamiento que padecen muchas personas.

El descanso emocional consiste en empezar a trabajar internamente en la auto consciencia para conocerte mejor, explorar y procesar los aspectos de desafío de tu vida actual y pasada, y poder enfocarte en construir y fortalecer un sentir y ser más equilibrado.

Un paso fundamental es aprender a decir que no, y a evitar querer satisfacer a todas las personas. No se trata de egoísmo, sino de una sana autoestima.

Al abandonar lo que te pesa del pasado, que a veces se mide en toneladas de culpa y resentimiento, de dolor y angustia, sentirás una mayor fortaleza interior y una liviandad para encarar las situaciones, que facilitarán un mejor descanso desarrollando al máximo tu inteligencia emocional.

Sexto tipo: descanso social

Ligado con el tipo anterior, el descanso social implica poder tomar consciencia de las relaciones que mantienes y que te agotan, versus aquellas que te nutren y te ayudan a crecer. También incluimos aquí tu vínculo con las redes sociales, que muchas veces puede caer en dependencia.

Rodearte de personas positivas, comprensivas, con las que puedas compartir tus metas, anhelos y tu forma de ser con autenticidad y sin prejuicios, es un primer paso para empezar a descansar de esta forma.

También, darte prioridad en la elección de qué cosas quieres hacer y a cuáles dirás que no de acuerdo con lo que sientes honestamente. Esto implica evitar aquellas obligaciones sociales innecesarias o que no tienes interés o ganas genuinas, para enfocarte en vivir experiencias acordes con lo que sí quieres hacer.

Con las redes sociales, determina momentos específicos en el día donde te conectarás a mirarlas. Hay algunas aplicaciones en los teléfonos que permiten configurar horas de descanso de apps.

Séptimo tipo: descanso espiritual

Llegamos al momento del spa del alma. Esta instancia de descanso te permite conectarte con algo superior, más allá de tu cuerpo físico y de la mente. Un espacio profundo contigo, con aceptación, perdón por tus errores, y enfocado en un propósito mayor que te guíe.

El estado de descanso espiritual lo puedes lograr, entre otras formas, haciendo servicio a alguien que lo necesita, conectándote con una tarea de voluntariado o ayudar con consciencia. Esa energía te carga las pilas y ayuda a equilibrar los desgastes cotidianos. Como posiblemente hayas experimentado alguna vez, hacerlo te llena el alma.

Aunque te parezca que no tienes tiempo para descansar más, los investigadores han descubierto que las personas que lo hacen con regularidad son más felices y tienen más vitalidad. Practica estos tipos de descanso y tú también lo podrás lograr.