¿Eres feliz? ¿Ríes mucho? Quizás no sepas que desde el año 2010 se celebra el Día Internacional de la Felicidad, una iniciativa de las Naciones Unidas para recordarnos cada 1 de agosto el papel que desempeña la felicidad en el bienestar de las personas. En este sentido, no son pocas las evidencias científicas que han demostrado la relación existente entre sonreír y ser más feliz. Sin ir más lejos, el último estudio de Salud Bucodental de Clínicas W refuerza esta afirmación.
La encuesta, realizada a más de 1,200 pacientes, reveló que existe una asociación (causal o no) entre considerarse una persona feliz y la satisfacción con la estética de los dientes, según Esquire. El 92% de los encuestados satisfechos con sus dientes afirmaba sentirse una persona feliz, mientras que en el lado opuesto la cifra de personas felices descendía hasta el 85%. Dicho esto, Primitivo Roig, formador, emprendedor y dentista, creador de Clínicas W y pionero en aplicar la tendencia “slow” a la odontología, recuerda los beneficios de sonreír cada día para ser más feliz… entre otras muchas cosas.
Un gesto tan sencillo (y barato) como sonreír puede tener un impacto directo en el bienestar diario. Si eres de los que te preguntas si sonríes porque estás feliz o estás feliz porque sonríes, una investigación publicada en Biological Psychology en 2014 demostró que no solo sonríes cuando eres feliz, sino que el simple esbozo de una sonrisa incrementa el bienestar de una persona de forma considerable. Por tanto, la sonrisa es una respuesta a un estado de felicidad.
Estos son algunos de los beneficios de sonreír para la salud y de hacerlo en en el trabajo:
Reduce el dolor físico y emocional
La sonrisa libera endorfinas, serotomina y adrenalina. Hormonas neurotransmisoras que se asocian con estados de ánimo positivo y que contribuyen a reducir el dolor físico y emocional. Todo un fármaco natural que te ayuda a mejorar tu salud. La Organización Mundial de la Salud asegura que cerca del 90% de las enfermedades más comunes tienen un origen psicosomático. Es decir, la manera en que cada persona afronta los estados de estés, el conflicto y las frustraciones.
Estimulación positiva
Un estudio llevado a cabo por el gigante informático Hewlett Packard sugiere que solamente con ver a alguien que nos sonríe generamos niveles de estimulación en nuestro cerebro y corazón parecidos a los que recibiríamos en el hipotético caso de comer 2,000 tabletas de chocolate o recibir unos 12,000 euros en efectivo. Ahí es nada.
Genera mayor confianza
¿Sabías que las personas que sonríen tienen un 10% más de probabilidad de que confíen en ellas? Así lo demuestra un estudio publicado en 2001 con la colaboración de la Universidad de Oxford. Ver a una persona sonreír hace que te inspire mayor confianza, además de percibirla como amistosa y social. Si quieres mostrarte así, aprovecha los beneficios de sonreír en ambientes sociales.
Contagia alegría
La sonrisa es contagiosa. Por eso no es de extrañar que cuando sonreímos, incluso aunque se trate de un desconocido, es probable que recibamos otra sonrisa como respuesta. Un estudio de la Universidad de Harvard evidenció que si una persona está contenta, los que le rodean tienen un 25% más de probabilidad de mostrar su alegría también. Es decir, sonreír no sólo te ayuda a estar mejor sino que también tiene un efecto positivo con los de alrededor.
Reduce la tensión
La sonrisa no sólo tiene efectos positivos en la persona en ambiente social. Sonreír a diario en el trabajo ayuda a disfrutar de un ambiente cómodo, más amable y agradable. Contagiar un buen ambiente hará que afrontes tu día a día más feliz. La Universidad de Harvard compartió tres claves fundamentales sobre los beneficios de trabajar contento. Según esta prestigiosa universidad, los trabajadores que están felices tienen mayo sentido de pertenencia, visión de futuro y mayor compromiso y apoyo entre los compañeros y directivos.
Así que ya sabes. Tienes que reír mucho más. Al fin y al cabo, el gran beneficio de sonreír es que te ayuda a ser más feliz. Sonreír tiene un efecto directo sobre uno mismo. La teoría de la retroalimentación se remonta incluso al siglo XIX, ya que el propio Charles Darwin afirmó entonces que la expresión intensifica la emoción, mientras que la supresión la suaviza. Incluso se produce el efecto contrario. Un estudio reciente demostró que las personas que se realizan tratamientos estéticos en la cara pueden perder la capacidad de sonreír con naturalidad y por tanto tienen más tendencia a estar deprimido.
Haz caso a Darwin.