FOTO 1 | Ubicada a pocos cientos de kilómetros de la costa de África, y a medio camino entre España e Iberoamérica, Fuerteventura, como el resto de las Islas Canarias fue durante muchos años tierra de emigrantes. De aquí salieron, buscando una vida mejor, muchos isleños sobre todo a Montevideo y Buenos Aires, pero también a Venezuela, algunos a México sin olvidarse de los que se asentaron en Texas.
Fuerteventura

Ubicada a pocos cientos de kilómetros de la costa de África, y a medio camino entre España e Iberoamérica, Fuerteventura, como el resto de las Islas Canarias fue durante muchos años tierra de emigrantes. De aquí salieron, buscando una vida mejor, muchos isleños sobre todo a Montevideo y Buenos Aires, pero también a Venezuela, algunos a México sin olvidarse de los que se asentaron en Texas.

Hoy, por el contrario, muchos europeos la han convertido en su destino predilecto para vacaciones, y muchos la han convertido en su residencia. Su turismo natural, con una infraestructura de primer mundo y un clima tropical todo el año, la han convertido en un destino en auge pero aún no masificado.

Miguel de Unamuno, en su destierro, fue el primero que llamó “la guapa” a la isla de Fuerteventura, enamorado de su calma y su paisaje lunar. Fue un pionero en una época en la que el turismo huía del sol hacia balnearios del norte o hacia las grandes capitales de Europa. Parece ser que el tiempo le ha dado la razón, porque hoy Fuerteventura se ha convertido en un apreciado destino para quienes huyen de la masificación y quieren disfrutar del clima y los paisajes para relajarse, o para activarse con su amplia oferta deportiva al aire libre.

Esta isla canaria, la segunda en extensión del archipiélago, es mundialmente conocida por sus playas. Sin embargo, su propuesta para el viajero es mucho más amplia. Al turismo de descanso y de playas, se le unen interesantes propuestas de turismo activo tanto de mar como de montaña, una oferta cultural singular y, por supuesto, la gastronomía local. Estos son solo algunos de las opciones, pero no las únicas.

Trekking

La isla, que geológicamente es una de las más antiguas del archipiélago canario, ofrece cientos de kilómetros de senderos de todo tipo. Caminatas cortas o largas, difíciles y para todos los públicos, su paisaje lunar jalonado de antiguos volcanes es perfecto para disfrutar del trekking y la soledad. La ruta GR 131 es su máximo exponente con 255 kilómetros, recorriendo toda la isla en varias jornadas.

Pero hay otras muchas opciones de varias horas o de un día de de duración. Como el pequeño recorrido de Calderón Hondo-Lajares, cerca de El Cotillo y en el que es posible ascender a la punta de un antiguo volcán desde donde los días claros se puede vislumbrar hasta la isla de Lanzarote. O el recorrido de Tindaya-Vallebrón, siempre con la vista del Tindaya de fondo. Este monolito, que los antiguos guanches consideraban mágico, y donde se conservan restos prehistóricos, no se puede subir por el momento al ser necesario ascender con guías oficiales, un servicio interrumpido por el momento.

Prácticamente toda la isla esta llena de rutas. Para acceder a ellos es necesario desplazarse hasta los mismos en coche de alquiler. Algunas empresas locales también ofrecen servicio de trekking con guías.

Ciclismo

Por su clima benigno, y su amplia oferta, los ciclistas o cicloturistas puede disfrutan a lo grande en Fuerteventura. Prácticamente en todos los pueblos turísticos se ofrece alquiler de bicicletas y mountain-bikes por días u horas. También algunas empresas ofrecen recorridos guiados.

Conocer el parque natural de las Dunas de Corralejo en bicicleta, con la posibilidad en cualquier momento de parar para tomar un baño en las aguas azules de la zona siempre desiertas de gente, es una posibilidad que pocos destinos del mundo ofrecen sin estar saturados. Algunas pocas carreteras ofrecen carriles bicis, aunque en general el tráfico local es bastante respetuoso con los ciclistas. Las prisas no suelen aplicarse al espíritu isleño, y menos en esta isla de 1,650 kilómetros cuadrados y poblada solo por 115,000 lugareños.

Los alquileres de bicicletas rondan los 12 euros al día o 25 euros por tres días. También se ofrecen bicicletas eléctricas en los principales enclaves turísticos, tanto para disfrutar del cicloturismo como para utilizarse en los desplazamientos a las playas. Los tours guiados , en algunos casos, se pagan según la distancia. Los recorridos de hasta 50 kilómetros en mountain bike cuestan 35 euros y hasta 80 kilómetros 50 euros.

Hípica, camello, moto acuática o quads

Aunque no sea tanto turismo activo como actividad familiar, varias empresas ofrecen clases de hípica así como recorridos por la isla en caballo, de una hora para los novatos o tres horas para jinetes con nivel. En algunas localizaciones también es posible realizar excursiones en camellos. Una de estas empresas es Crines al Viento, en la localidad de Antigua. Civitatis ofrece probar con quads o motos acuáticas en su amplio catálogo de Fuerteventura.

Snorkel y buceo

Aunque hay muchas zonas de Fuerteventura para la práctica de este deporte, quizás la Isla de Lobos, en frente de la localidad de Corralejo y cerca de Lanzarte es una de los destinos más populares. En esta localidad hay varias empresas que ofrecen tanto clases de buceo como visitas a la isla y práctica de Snorkel.

Surf

El Cotillo es uno de los puntos más concurridos en la zona este de la isla para la práctica del surf. Para quienes deseen iniciarse en este deporte también se pueden alquilar y contratar clases en esta localidad. El clima suave de Fuerteventura hace que cualquier época del año sea buena para surfear.

Historia, cultura y museos

Pero más allá de los atractivos que la geología y la naturaleza ofrece al viajero que se acerca a Fuerteventura, la isla también tiene una historia muy interesante que contar.

Aunque durante la dictadura franquista, los principales “turistas” que llegaron aquí fueron los desterrados por la dictadura, los primeros europeos llegaron aquí hace ya más de 650 años, cuando en 1404 se fundó la localidad de Betancuria, por los navegantes normandos Bentacurt y Lasalle. La que fuera la capital primitiva de la isla se han convertido hoy en un destino popular para pasear, comer y cenar en sus restaurantes y visitar granjas animales donde comprar sus productos típicos, sobre todo el famoso de cabra local, el queso majorero, que se elabora localmente.

Otro destino histórico majorero es la localidad de La Oliva. Ubicada a media hora de la capital Puerto del Rosario y de Corralejos, y a 15 minutos de El Cotillo o de la montaña de Tindaya, se puede visitar aquí la Casa de los Coroneles, una de las construcciones más importantes de la isla, y cada martes y viernes por la mañana se ofrece una ruta guiada por todos los puntos de interés de la localidad.

Y aunque Puerto del Rosario, capital actual de la isla, es quizás el destino menos popular para los visitantes, a su alrededor se pueden conocer algunos interesantes museos, una opción interesante para los pocos días nublados de Fuerteventura o para conocer la cultura local. El Museo de las Salinas del Carmen o el Museo del Queso Majorero, el producto gastronómico más famoso de la isla, son dos opciones sugeridas, aunque hay más alternativas como la Casa Museo de Unamuno, donde vivió en 1924 el intelectual tras ser desterrado por Primo de Rivera.

Gastronomía

El queso majorero de cabra es el producto más exquisito que produce la isla. Curado o tierno, y frito o con miel, es una degustación obligada para el viajero. Algunas granjas, que también tienen venta de producto local, se pueden visitar en algunos puntos de la isla como Betancuria, la antigua capital del país. La isla también produce aceite de Oliva, muy escaso y que se puede comprar solo en sitos muy específicos, o los famosos mojos (salsas) para las papas arrugas.

La carne de cabra estofada y el cabrito son los platos típicos. Los restaurantes costeros ofrecen algunos pescados locales como la Vieja, muy jugoso, el sargo o la morena. No hay vino en Fuerteventura, pero para algo están los vinos volcánicos de la vecina Lanzarote. Una gastronomía con mucha personalidad para recuperar fuerzas después de un día de turismo activo, o por que no, también de playa. Hay tiendas oficiales con productos de artesanía y gastronomía certificados en los principales puntos turísticas de la isla, aunque cada vez más supermercados los incluyen en su oferta.

Como llegar y moverse

Para llegar a Fuerteventura no hay otra forma más que pasar por Madrid. Los vuelos en línea regulares desde las principales capitales de Iberoamérica o Miami arrancan desde 900 euros ida y vuelta, aunque el precio medio se sitúa en torno a las 1200 a 1400 euros.

Alquilar un auto es imprescindible para disfrutar la isla y perderse por sus caminos. Afortunadamente es muy barato. Según Trabber.es, el precio por día oscila entre los 28 y 35 euros para los automóviles más sencillos.

La temperatura en la isla oscila entre los 18 y 28 grados casi todo el año. Perfecto para quienes huyen del calor en verano y del frió en invierno.