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Al típico estilo del emprendedor, quieres que las cosas se hagan bien. Puedes pensar que es más rápido hacerlo tú mismo en vez de tomarte el tiempo para explicarle la tarea a otra persona. Luego, por supuesto, está la calidad. De una forma u otra, tu nombre está en él y no quiere aceptar nada menos que perfecto. Así que simplemente lo haces tú mismo.
Pero si crees que tienes que hacer todo por tu cuenta (lo cual por supuesto no se puede), entonces no delegas y no puedes escalar. Al no depender de otros también estás perdiendo la oportunidad de innovación y expansión. Si crees que tienes que hacer todo tú mismo, estás limitado por tus propias capacidades. (Foto: iStock)
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1. Crees que debes hacerlo todo tú mismo

Al típico estilo del emprendedor, quieres que las cosas se hagan bien. Puedes pensar que es más rápido hacerlo tú mismo en vez de tomarte el tiempo para explicarle la tarea a otra persona. Luego, por supuesto, está la calidad. De una forma u otra, tu nombre está en él y no quiere aceptar nada menos que perfecto. Así que simplemente lo haces tú mismo. Pero si crees que tienes que hacer todo por tu cuenta (lo cual por supuesto no se puede), entonces no delegas y no puedes escalar. Al no depender de otros también estás perdiendo la oportunidad de innovación y expansión. Si crees que tienes que hacer todo tú mismo, estás limitado por tus propias capacidades. (Foto: iStock)

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Con los ojos fijos en lo que persigues, ¿podría haber mejores oportunidades frente a ti que no estás viendo? La ambición ciega es cosa seria. Un colega mío, en la cima de su carrera y de su ambición, expresó estar preocupado porque, con todo lo que había conseguido, ¿podría haber logrado más? Es como llegar a tu destino después de un viaje rutinario y no recordar si te paraste en un semáforo en rojo o en una señal de alto. Llegaste a tu destino, pero la ambición había bloqueado tu conciencia. (Foto: iStock)
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2. No ves lo que tienes delante

Con los ojos fijos en lo que persigues, ¿podría haber mejores oportunidades frente a ti que no estás viendo? La ambición ciega es cosa seria. Un colega mío, en la cima de su carrera y de su ambición, expresó estar preocupado porque, con todo lo que había conseguido, ¿podría haber logrado más? Es como llegar a tu destino después de un viaje rutinario y no recordar si te paraste en un semáforo en rojo o en una señal de alto. Llegaste a tu destino, pero la ambición había bloqueado tu conciencia. (Foto: iStock)

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La ambición puede llevarte a comprar la mentalidad de “fingir hasta que lo logres”, pero ¿a qué costo? Posiblemente el de no dar la impresión de ser quien realmente eres. Leslie Ehm, autora de bestsellers del Wall Street Journal, dice en su libro Swagger: “Para que la ambición sea legítima, nunca debe tener el costo de su autenticidad. Eso es una compensación demasiado grande. Ser perfecto no es la puerta de entrada al logro; ser humano lo es”.
Todos los hemos conocido: es la persona súper ambiciosa que te hace dudar si algo de eso es real. No seas esa persona. Puede haber una delgada línea entre la ambición y la agresividad. Como te percibe la gente y si eres auténtico es más importante ahora que nunca. Asegúrate de que tu ambición no impida que lo mejor de ti salga adelante. (Foto: iStock)
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3. No te muestras de forma auténtica

La ambición puede llevarte a comprar la mentalidad de “fingir hasta que lo logres”, pero ¿a qué costo? Posiblemente el de no dar la impresión de ser quien realmente eres. Leslie Ehm, autora de bestsellers del Wall Street Journal, dice en su libro Swagger: “Para que la ambición sea legítima, nunca debe tener el costo de su autenticidad. Eso es una compensación demasiado grande. Ser perfecto no es la puerta de entrada al logro; ser humano lo es”. Todos los hemos conocido: es la persona súper ambiciosa que te hace dudar si algo de eso es real. No seas esa persona. Puede haber una delgada línea entre la ambición y la agresividad. Como te percibe la gente y si eres auténtico es más importante ahora que nunca. Asegúrate de que tu ambición no impida que lo mejor de ti salga adelante. (Foto: iStock)

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Al igual que la confianza abierta, la raíz de la ambición puede estar en la inseguridad. A veces somos demasiado ambiciosos para poder rechazar los golpes. Si siempre te empujas hasta el principio de la fila, no tienes que lidiar mucho con lo que se siente no ser elegido. El problema es cuando esta ambición se convierte en un bucle. Si no está dispuesto a lidiar con las emociones de no ser elegido o de no esforzarte más, nunca conocerás la sensación de conseguir lo que deseas sin trabajar tan duro. Esto es como ponerle frenos a la ambición. Estás presionando con fuerza y yendo por ello, pero las emociones inseguras en tu interior te mantienen en constante fricción y te hacen poner el pie en los frenos todo el tiempo. La mejor manera de obtener lo que deseas puede ser soltar el control de lo que estás persiguiendo y ver lo qué se te ocurre. (Foto: iStock)
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4. Te sientes como si estuvieras en una persecución constante

Al igual que la confianza abierta, la raíz de la ambición puede estar en la inseguridad. A veces somos demasiado ambiciosos para poder rechazar los golpes. Si siempre te empujas hasta el principio de la fila, no tienes que lidiar mucho con lo que se siente no ser elegido. El problema es cuando esta ambición se convierte en un bucle. Si no está dispuesto a lidiar con las emociones de no ser elegido o de no esforzarte más, nunca conocerás la sensación de conseguir lo que deseas sin trabajar tan duro. Esto es como ponerle frenos a la ambición. Estás presionando con fuerza y yendo por ello, pero las emociones inseguras en tu interior te mantienen en constante fricción y te hacen poner el pie en los frenos todo el tiempo. La mejor manera de obtener lo que deseas puede ser soltar el control de lo que estás persiguiendo y ver lo qué se te ocurre. (Foto: iStock)

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No importa cuán ambicioso seas y cuán grandioso sea tu sueño, si tu ambición hace que sientas que todo depende de ti, tu éxito estará limitado por lo que puedas llevar a cabo. Comparte tu abundancia de ambición con las personas que te rodean y conseguirás un sistema de apoyo que puede llevar parte de la carga. Lo más probable es que consigas lo que te propongas.
Quizás incluso más de lo que ambiciosamente creíste posible. (Foto: iStock)
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5. Sientes que el peso del mundo está sobre tus hombros

No importa cuán ambicioso seas y cuán grandioso sea tu sueño, si tu ambición hace que sientas que todo depende de ti, tu éxito estará limitado por lo que puedas llevar a cabo. Comparte tu abundancia de ambición con las personas que te rodean y conseguirás un sistema de apoyo que puede llevar parte de la carga. Lo más probable es que consigas lo que te propongas. Quizás incluso más de lo que ambiciosamente creíste posible. (Foto: iStock)

Para muchos, la ambición consiste en perseguir lo que uno quiere. El problema es que el comportamiento de la ambición y algunas de las formas de pensar que la acompañan en realidad podrían estar impidiendo que consigas lo que quieres, según el portal .

¿Cómo es eso? Te preguntarás. Estas cinco señales te dirán si tu ambición se interpone en tu camino al éxito.

Vas tras lo que quieres, pero...

1. Crees que debes hacerlo todo tú mismo

Al típico estilo del emprendedor, quieres que las cosas se hagan bien. Puedes pensar que es más rápido hacerlo tú mismo en vez de tomarte el tiempo para explicarle la tarea a otra persona. Luego, por supuesto, está la calidad. De una forma u otra, tu nombre está en él y no quiere aceptar nada menos que perfecto. Así que simplemente lo haces tú mismo.

Pero si crees que tienes que hacer todo por tu cuenta (lo cual por supuesto no se puede), entonces no delegas y no puedes escalar. Al no depender de otros también estás perdiendo la oportunidad de innovación y expansión. Si crees que tienes que hacer todo tú mismo, estás limitado por tus propias capacidades.

2. No ves lo que tienes delante

Con los ojos fijos en lo que persigues, ¿podría haber mejores oportunidades frente a ti que no estás viendo? La ambición ciega es cosa seria. Un colega mío, en la cima de su carrera y de su ambición, expresó estar preocupado porque, con todo lo que había conseguido, ¿podría haber logrado más? Es como llegar a tu destino después de un viaje rutinario y no recordar si te paraste en un semáforo en rojo o en una señal de alto. Llegaste a tu destino, pero la ambición había bloqueado tu conciencia.

3. No te muestras de forma auténtica

La ambición puede llevarte a comprar la mentalidad de “fingir hasta que lo logres”, pero ¿a qué costo? Posiblemente el de no dar la impresión de ser quien realmente eres. Leslie Ehm, autora de bestsellers del Wall Street Journal, dice en su libro Swagger: “Para que la ambición sea legítima, nunca debe tener el costo de su autenticidad. Eso es una compensación demasiado grande. Ser perfecto no es la puerta de entrada al logro; ser humano lo es”.

Todos los hemos conocido: es la persona súper ambiciosa que te hace dudar si algo de eso es real. No seas esa persona. Puede haber una delgada línea entre la ambición y la agresividad. Como te percibe la gente y si eres auténtico es más importante ahora que nunca. Asegúrate de que tu ambición no impida que lo mejor de ti salga adelante.

4. Te sientes como si estuvieras en una persecución constante

Al igual que la confianza abierta, la raíz de la ambición puede estar en la inseguridad. A veces somos demasiado ambiciosos para poder rechazar los golpes. Si siempre te empujas hasta el principio de la fila, no tienes que lidiar mucho con lo que se siente no ser elegido. El problema es cuando esta ambición se convierte en un bucle. Si no está dispuesto a lidiar con las emociones de no ser elegido o de no esforzarte más, nunca conocerás la sensación de conseguir lo que deseas sin trabajar tan duro. Esto es como ponerle frenos a la ambición. Estás presionando con fuerza y yendo por ello, pero las emociones inseguras en tu interior te mantienen en constante fricción y te hacen poner el pie en los frenos todo el tiempo. La mejor manera de obtener lo que deseas puede ser soltar el control de lo que estás persiguiendo y ver lo qué se te ocurre.

5. Sientes que el peso del mundo está sobre tus hombros

No importa cuán ambicioso seas y cuán grandioso sea tu sueño, si tu ambición hace que sientas que todo depende de ti, tu éxito estará limitado por lo que puedas llevar a cabo. Comparte tu abundancia de ambición con las personas que te rodean y conseguirás un sistema de apoyo que puede llevar parte de la carga. Lo más probable es que consigas lo que te propongas.

Quizás incluso más de lo que ambiciosamente creíste posible.