A tres meses para finalizar el 2021, la ejecución presupuestal es uno de los puntos a observar, pues da información de la capacidad de gestión de las autoridades. Según información del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) encontrada en su portal de Transparencia Económica, la ejecución presupuestal de manera agregada a nivel nacional y regional, es de 62.7% y 64.1%, respectivamente, en lo que va del 2021.
Sin embargo, el porcentaje de ejecución anterior contempla gastos corrientes e inversión pública. En ese sentido, si se observa solo la ejecución en proyectos, los porcentajes de manera agregada están por debajo del 50% (48.4% a nivel nacional y 44.9% a nivel regional).
Si se desglosa por región, son 11 las que tienen una ejecución por encima del 50%: Moquegua con 66.3%, San Martín con 63.7%, Lima con 59.6%, Loreto con 58.8%, Huánuco con 57.9%, Madre de Dios con 57.8%, Ucayali con 57%, Lambayeque con 55.7%, Cusco con 54.4%, Amazonas con 51.5% y Tacna con 51.3%.
En contraste, regiones como las de Huancavelica (29.5%), Cajamarca (27.7%) y Puno (26.4%) se encuentran por debajo incluso del 30% de avance.
Según Silvana Huanqui, profesora de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico (UP), una ejecución entre 60% y 70% a la fecha estaría en un rango correcto tomando en cuenta años anteriores y que la postura típica es gastar la mayoría del presupuesto de manera acelerada en los últimos meses.
“Siempre ocurre que la mayoría del presupuesto se ejecuta en los últimos meses e incluso días. Una ejecución cercana al 70% sería relativamente alta tomando en cuenta que ya se entra al cuarto trimestre, y que muchos gobiernos regionales tienden a no ejecutar todo su presupuesto. Hablamos de gobiernos regionales que ya tienen cierta experiencia en la gestión”, señaló.
Añadió que lo ideal sería una ejecución sostenida y planificada con un horizonte mayor a un año, pues así se podría evitar que se tenga que acelerar el gasto, no se perjudique la calidad del mismo y garantizar una ejecución alrededor del 75% antes del último trimestre.
“Se debe evitar los retrasos en procesos principalmente cuando se habla de la ejecución de la inversión pública que es la más fuerte. Si se tiene una lógica multianual; es decir, saber cuales son los proyectos de inversión que se van a ejecutar, no se va a esperar a inicios del año para hacer los documentos técnicos, sino se podría hacer antes. No obstante, para ello se necesita de una mayor predictibilidad de los ingresos”, afirmó.
Respecto a la diferencia en nivel de ejecución, según Huanqui, se debe tener en cuenta la diferenciación de ingresos que tienen las regiones, lo cual hace que su capacidad de gasto se reduzca. Esto además de la capacidad de gestión y planificación de las autoridades de cada región.
“Hay que tomar en cuenta que hay regiones que reciben ingresos por canon, ello determina que el ente regional reciba una cantidad enorme de ingresos y, por lo tanto, el gasto se hace más complejo. Asimismo, debido a la calidad a las autoridades, muchas obras pueden no ejecutarse y encontrarse paralizadas”, indicó.
Sobre la calidad
Más allá del nivel de gasto, la calidad es el foco a garantizar. Según Huanqui, es importante mejorar todo el proceso de planificación y programación de presupuesto.
“La poca predictibilidad ocasiona que los proyectos ejecutados sean de mediana envergadura y se desplacen los más grandes, los cuales necesitan un horizonte mayor de planificación. Si no hay predictibilidad más allá de un año, entonces tienes una gestión miope para ejecutar proyectos que responden a la reducción de brechas”, afirmó.
Señaló que se necesita de un acompañamiento permanente a los gobiernos regionales desde el MEF, con el fin de establecer cuales son los proyectos que finalmente si satisfacen las necesidades de la población. “El MEF tiene un conjunto de brechas identificadas, por lo que se debe guiar los proyectos a cubrir estas”, señaló.
Por otro lado indicó que, dado que muchos gobiernos regionales tienden a contratar consultores no calificados para encargarse del sustento técnico de sus proyectos, sería necesario establecer parámetros para la elección de los mismos.
“Es poco probable que así se pueda garantizar la calidad del producto. Debería hacerse una suerte de certificación de consultores y que solo los certificados con capacidades probadas puedan hacer los documentos técnicos”, precisó.