Titulares de finanzas de todo el mundo se comprometieron a normalizar la política monetaria de una manera bien comunicada, planificada y calculada para calmar las preocupaciones sobre los efectos colaterales globales del aumento de las tasas de interés.
El gobernador del banco central de Indonesia, Perry Warjiyo, y la ministra de Finanzas de ese país, Sri Mulyani Indrawati, compartieron ese mensaje el viernes después de que concluyeran las conversaciones entre los ministros de finanzas del Grupo de los 20 y los gobernadores de los bancos centrales del grupo en Yakarta.
“Lo importante ahora es estabilizar la recuperación económica y permitir la transición de regreso a la normalidad”, dijo el viernes el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, en su propia sesión informativa posterior a la reunión.
Entre los temas discutidos esta semana, el G20 ha estado bajo una creciente presión del Fondo Monetario Internacional para fortalecer el llamado Marco Común para el Tratamiento de la Deuda, un plan para reestructurar las deudas de las naciones en peligro de caer en default. Ese esfuerzo ha estado plagado de retrasos y falta de interés de los países deudores desde su inicio en noviembre de 2020.
Las conversaciones sobre el nuevo marco de deuda fueron “desafiantes”, dijo Indrawati el viernes, citando eso como una razón para la demora en la publicación programada del comunicado final.
El Club de París, un grupo de acreedores occidentales en su mayoría ricos, ha liderado el plan de alivio de la deuda, que ha cobrado importancia a medida que aumentan los temores de que el fin del estímulo pandémico pueda desencadenar incumplimientos en los países pobres.
“Las condiciones en los países de bajos ingresos son vulnerables” después de recurrir a deuda para ayudar a financiar programas de apoyo durante la pandemia, señaló Indrawati. “Esa debería ser la preocupación del G20″, ahora que ha expirado un acuerdo anterior de suspensión de pagos, dijo.
El FMI y el Banco Mundial han estado advirtiendo sobre los riesgos que enfrentan las naciones en desarrollo por el efecto indirecto de los inminentes aumentos de tasas de interés en EE.UU. y el lento avance del marco.
Ambas entidades han pedido que el G20 permita una pausa en los pagos para las naciones que soliciten una reestructuración. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, también instó a una expansión en el número de naciones elegibles, y repitió el llamado en un comunicado el viernes. Alrededor del 60% de los países de bajos ingresos están en alto riesgo de default o ya están sobreendeudados, el doble de los niveles de 2015, según el FMI.
Georgieva dijo que el G20 respalda la iniciativa propuesta por el FMI de US$50.000 millones para el cambio climático y la estabilidad económica –el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad– que también atendería a las naciones de ingresos medios. El mes pasado, funcionarios del fondo dijeron que esperan que el directorio ejecutivo apruebe el fideicomiso a más tardar en sus reuniones de primavera en abril y que esté en pleno funcionamiento para fin de año.
Funcionarios del FMI señalaron en enero que el nuevo fondo fiduciario sería financiado por las naciones más ricas que canalizarían sus reservas del FMI, conocidas como derechos especiales de giro, hacia las más pobres, y que necesitaría movilizar US$50.000 millones para satisfacer la demanda proyectada. Los países se han comprometido a redirigir US$60.000 millones, en comparación con una amplia meta de US$100.000 millones, dijo Georgieva el viernes.
Inflación y Rusia
Los líderes financieros se reunieron debido a que las perspectivas de inflación global están lejos de ser uniformes. Si bien se espera ampliamente que la Reserva Federal comience a aumentar las tasas de interés, el Banco Popular de China está flexibilizando. Hace poco, el FMI recortó su pronóstico de crecimiento económico mundial para 2022, citando perspectivas más débiles para EE.UU. y China, junto con una inflación persistente.
El aumento de los precios del petróleo y las tensiones con Rusia por Ucrania también aparecieron en los comentarios de los funcionarios. El tesorero australiano, Josh Frydenberg, dijo que la situación era “profundamente preocupante” y que era de interés colectivo que estas tensiones se resolvieran.
Lindner se hizo eco de Frydenberg: “A pesar de las positivas señales, existen importantes riesgos que podrían amenazar la recuperación, como los riesgos geopolíticos, y especialmente la situación en Europa Oriental y Ucrania”.
Los funcionarios también advirtieron que deben comenzar ahora los preparativos para la siguiente pandemia, al tiempo que reconocieron que el mundo no ha salido de la crisis actual.
“Pese a que el mundo continúa enfrentando el covid, se ha establecido una cruda realidad. Esta no será la última pandemia”, indicó el jueves Indrawati en un seminario del G20.
También había en la agenda discusiones sobre flujos de capital, estabilidad financiera y finanzas sostenibles.