El costo del financiamiento con tarjetas de créditos muestra un incremento en lo que va del año, más acentuado desde el inicio del periodo electoral.
Según datos de la SBS, la tasa de interés promedio anual para el financiamiento en soles con tarjetas pasó de 47.93% en febrero a 51.12% a la fecha, es decir, aumentó en 3.19 puntos porcentuales desde que empezó la incertidumbre política.
En particular, para los plásticos de los bancos más enfocados o más especializados en consumo la magnitud del alza es mayor.
Así, en el periodo mencionado, la tasa de interés para las tarjetas del banco Falabella subió en 6 puntos porcentuales (de 62.6% a 68.4%), y en 5 y 4.8 puntos porcentuales para Interbank (de 52% a 57%) y banco Ripley (de 61.85% a 66.68%), respectivamente.
Más golpeados
Esto se da en un contexto en que el consumo privado se viene recuperando y se acerca a niveles prepandemia.
Pese a ello, la tarjeta de crédito es uno de los productos financieros más golpeados por la crisis sanitaria y por el ruido político, pues el monto de financiamiento con el dinero plástico se contrae en 41.9% a agosto (ver nota vinculada).
¿Qué factores, entonces, explican la tendencia al alza de las tasas de interés de los plásticos? Uno es el aumento del costo de los fondos que obtienen los bancos para prestar a sus clientes, señaló una fuente del sector financiero vinculada al negocio de tarjetas de crédito.
La incertidumbre política de los últimos meses ha elevado la percepción de riesgo de la deuda peruana en general. Asimismo, más recientemente se redujo la calificación crediticia del país.
Empleo
“Ambos temas han incrementado el costo de los fondos para los bancos, el cual se está trasladando a los clientes”, sostuvo la fuente.
Además, las tasas de interés de los plásticos se elevan por las expectativas negativas respecto de la generación de empleo.
“La inversión privada tiene perfecta correlación con la generación de empleo y esta, a su vez, con los niveles de capacidad de pago de las personas”, afirmó el ejecutivo.
El BCR proyecta que en el 2022 la inversión privada no crecerá, mientras que consultoras estiman incluso una caída.
En tanto, la recuperación de empleo adecuado es insuficiente.
En esa coyuntura, los bancos, en promedio, suben sus tasas de interés para compensar el mayor riesgo de los deudores.
Efectivo
Renato Reyes, director de Top4 Casters Finanzas y Estrategia, distinguió entre el costo de disposición de efectivo y el costo de financiar compras con las tarjetas.
En el primer producto, que tiende a tener una morosidad mayor, ha habido más encarecimiento, sostuvo.
“Los bancos está haciendo una segmentación del riesgo, pero subiendo el costo para la disposición de efectivo”, enfatizó.
Reyes consideró que el incremento de tasas es mayor en las entidades financieras especializadas en consumo teniendo en cuenta la alta concentración de sus carteras de crédito que incrementa su riesgo.
Tendencia
Que la tendencia alcista de las tasas de interés de las tarjetas continúe dependerá del comportamiento del costo de los fondos para la banca y de las expectativas empresariales, que hoy están en terreno negativo, estimó la fuente financiera.
Si esas expectativas no mejoran difícilmente se revertirá la subida de tasas, agregó.
“En los siguientes meses, vamos a seguir viendo una mayor oferta para los clientes con menor riesgo, pero la disposición de efectivo va seguir con costos altos”, proyectó Reyes.
En cambio, para compras con tarjeta podría bajar la tasa de interés por la competencia, añadió.
Ven dinamismo en segmento afluente
El saldo del financiamiento con tarjetas de créditos totalizó S/ 13,135 millones al cierre de agosto. Dicho monto representa una caída de 41.9% respecto de igual lapso del 2020, según estadísticas de la SBS. “La gente, en general, está muy cauta para tomar nueva deuda y al mismo tiempo está pagando sus créditos con los recursos de las AFP y CTS”, indicó Renato Reyes, director de Top4 Casters Finanzas y Estrategia.
Refirió que la oferta está siendo mayor que la demanda.
Pero esa oferta de financiamiento con tarjetas está más dirigida a los clientes de menor riesgo, dijo a Gestión una fuente del sistema financiero. Para el segmento de menor calidad crediticia las ofertas desaparecen o se vuelven más caras, afirmó.
Sin embargo, está dinámica la demanda del segmento afluente, es decir de la clase media alta, dijo la fuente. “Definitivamente ahí se está moviendo un montón, en los clientes afluentes, que están usando sus tarjetas para viajes, mejoramiento del hogar, entretenimiento y restaurantes”, detalló.
Estimó que la demanda del segmento masivo, de clase media emergente, todavía tardará en recuperarse.