Pese a que en los últimos años hay más modalidades para financiar startups como los fondos de coinversión, inversionistas ángeles y deducción fiscal e incentivos fiscales, estos emprendimientos tecnológicos suelen buscar capitales internacionales cuando están en proceso de crecimiento, es decir, cuando pasan la etapa de scaleup y requieren inversiones mayores al S/ 1 millón.
Este problema las obliga a emigrar. En Europa suelen hacerlo a Qatar, Malasia, Singapur, Israel y Estados Unidos, aseguró Amparo de San José, managing director de la IESE Business School de la Universidad de Navarra durante la Semana Nacional de la Innovación que organizó el Concytec.
No obstante, sostuvo que en los últimos años ha ocurrido una evolución positiva en las grandes empresas europeas, situación que ha originado que “acepten el fomento de la innovación y compren startups en crecimiento, así como la tecnología que generaron”.
Añadió que, por su parte, el financiero público es una agente imprescindible del ecosistema, ya que ha permitido poner a prueba las inversiones ángeles para evitar cometer mayores errores.
De similar opinión fue José Deustua, director de la Universidad de Ingeniería y Tecnología, quien participó como panelista, quien consideró que al igual que en Europa, en Latinoamérica los emprendedores buscan financiamiento extranjero para crecer, “por lo que debemos ponernos de acuerdo como país para mejorar y promover el financiamiento”.
A su turno, Gonzalo Villarán, ejecutivo de Innóvate Perú, consideró que se debe generar la articulación entre el sector público, sector privado y la academia para duplicar la inversión que se realiza a las startups y con ello lograr un mayor beneficio económico y social para el país.
Por su parte, Debora Minayo, ganadora del proyecto I+I de la 2da Hackaton del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, afirmó que en los últimos años, los centros de innovación de las empresas han crecido. “Conectar al sector privado, público y la academia es importante para nosotros los jóvenes. Nos ayuda a cometer menos errores y ser más competitivos”, concluyó.
También participaron como panelistas Brenda Costas, gerente de la Incubadora de a Universidad Nacional Agraria La Molina, y Rolando Cruzado, especialista del proyecto “Ideas Audaces” del Concytec - Fondecyt.
Articulación para establecer mejores roles
El segundo panel -durante la Semana Nacional de la Innovación- titulado “Instrumentos del Estado para la promoción de la innovación”, comenzó con la presentación de María Soledad Hidalgo Guerra, de la Universidad de Chile.
Ella definió la crucial diferencia entre desarrollo e innovación: mientras el primero constituye el uso sistemático del conocimiento para crear prototipos y evaluar su factibilidad; la segunda es el proceso lineal que transforma ideas en nuevos o mejorados productos, gracias a componentes que dan desde lo productivo hasta el mercadeo, y cuya valoración debe provenir del mercado o la sociedad.
A partir de ello, explicó que en Chile -líder latinoamericano en innovación según el Global Innovation Index- la ponderación del valor de proyectos en esta línea pasa por tres criterios: el nivel de innovación (si se trata de una copia, una adaptación, una mejora o una creación), el de novedad (si los es a nivel local o global) y el de impacto (sobre determinado territorio o cantidad de personas).
La segunda exposición, presentada por Rosmary Cornejo, del Programa Innóvate Perú del Ministerio de la Producción, señaló que Innóvate Perú financia proyectos de I+D+i+e (investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento) para startups, empresas y entidades de soporte en el ecosistema.
En particular, señaló que las startups beneficiarias han sido más de 425, de las que 57% han logrado generar ventas a nivel nacional en 2017, generando más de 3,000 empleos y atrayendo S/ 77 millones de inversión privada a sus emprendimientos.
Asimismo, el monitoreo de estos proyectos ha permitido concluir que las startups con equipos que incluyen al menos una mujer reportaron ventas 45% mayores; una inversión privada 38% mayor; así como una valorización 94% mayor.
Los comentaristas en el panel abordaron el tema desde sus perspectivas institucionales variadas. Estrella Aco, especialista de Promperú, señaló que desde esta oficina han logrado articular a 12 universidades con startups en 17 regiones del país, por lo que resaltó la necesidad de descentralizar aún más estos esfuerzos.
Por su parte Jesús Caldas, del Instituto Nacional de Innovación Agraria, anunció que desde esta dependencia vienen concluyendo una política y plan nacional y regionales en innovación agraria, que por primera vez ordenará los esfuerzos en esta línea, con la participación de la empresa privada.
A su turno, John Carlos Ríos, coordinador de la red nacional de los Centros de Apoyo a la Tecnología e Innovación del Indecopi, habló de la necesidad de proteger las innovaciones mediante la creación de patentes y registros similares, que otorgan ventajas competitivas a los emprendimientos e impiden que sean copiadas por la competencia, resguardando con ello su valor en el mercado.
Katia Samanamud, representante de los Centros de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica (CITE) del Instituto Tecnológico de la Producción, puso el foco en el rol de los CITE para señalar la necesidad de monitorear la efectividad de los instrumentos financieros. Para ello, destacó, los CITE sirven de intermediarios entre la universidad y el empresariado, dando sostenibilidad a los proyectos gracias a asistencia técnica permanente, incluso después de la implementación de las iniciativas.
Finalmente, Hans Vásquez, jefe del Instituto Nacional de Salud (INS), resaltó las iniciativas que desde su institución se viene gestando en la innovación para la investigación y tratamiento de enfermedades, en el marco del convenio firmado a inicios de año con el Concytec, que dispuso la transferencia de 6 millones de soles, para el financiamiento de 17 proyectos de investigación.