La economía peruana se estancó en el primer trimestre y apunta a tener un crecimiento lento en el 2023 con una inversión privada cayendo. ¿Hay pesimismo por la situación?.
Según una encuesta de Datum, realizada entre el 10 y 12 de abril, el 57% de peruanos, o seis de cada 10, no esperan que haya una reactivación económica en el 2023, sino recién el próximo año.
“Es mejor esperar reactivación que esperar estancamiento o recesión. Los resultados van mas o menos en línea con las expectativas empresariales que publica el Banco Central de Reserva (confianza empresarial en el tramo pesimista desde marzo del 2021). Asimismo, debe estar muy influenciado por el corto plazo. En el primer trimestre la economía habría crecido 0%, y ello influye en las expectativas (del consumidor)”, indicó Elmer Cuba, economista y socio de Macroconsult.
Enrique Castellanos, docente de Economía de la Universidad del Pacífico (UP), mencionó que el pesimismo obedece a la crisis política que se ha venido arrastrando en el último periodo, situación que ha escalado hasta la convulsión social en el primer trimestre.
“Tenemos un Estado casi inoperante. Si bien la economía se sostiene ya por razones históricas con instituciones como el BCR y MEF, como peruanos hay percepción muy influenciada por la parte política y la necesidad de orden para poder tener crecimiento. La coyuntura actual, con los eventos sociales y desastres naturales lleva a un mayor pesimismo. Es difícil pensar en un peruano que identifique que la situación mejorará”, señaló.
En particular, si bien los datos por región son bastante parejos, en Lima (63%) y en el norte del país (58%) hay un mayor pesimismo.
El exministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, señaló que debido al “choque” fuerte que está atravesando el consumo (viene desacelerándose desde el año pasado), se tendría una visión negativa sobre la recuperación este año.
Precisó que al haber un golpe mayor en la parte norte y Lima por las lluvias de marzo habría más pesimismo en estas zonas.
“Hemos visto un choque fuerte al consumo, y esto probablemente sea lo último que se vaya recuperando, quizá hacia finales del 2023 o 2024. Esto es por el deterioro de los ingresos de las familias, que han sido golpeados también por las lluvias. Se han destruido viviendas también y eso significa que se tiene que ahorrar para luego afrontar ello. Lima y, sobre todo el norte, han sido las regiones con mayor destrucción por las lluvias”, apuntó.
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Percepción sobre el modelo económico
El 70% de la población, según los resultados de Datum, señala que el modelo económico del país importa poco en su economía familiar.
“Que no crean no es que no ocurra. Obviamente, lo que pasa con la economía afecta a los mercados laborales. Es decir, tipos de empleo e ingresos”, indicó Cuba.
Alfredo Thorne, por su parte, manifestó que se tendría que preguntar también qué es lo que se entiende por modelo económico.
“Habría que saber qué entienden por modelo económico, el cual ha sido un debate bastante manoseado últimamente. Bajo una perspectiva, lo que estarían diciendo es que el cambio de constitución no los afectaría para nada, pese a que, contrario a ello, para que estén mejor se necesita de una mayor estabilidad”, apuntó.
Vinculado al modelo económico, el 53% de la población indica que la economía ha tenido un performance negativo en los últimos 30 años. El 15% indica que a la actividad económica le fue bien o muy bien, mientras que otro 30% tienen una postura neutral.
“Lo que se tendría que preguntar es si los beneficios del modelo económico les ha traído beneficios a ellos, y se puede inferir que para muchos no es así. Es un resultado que es reflejo de los altos niveles de informalidad (76% de informalidad laboral), y también de pobreza (25.9% de la población) que hay en el país. Pese a que ha habido crecimiento, hay muchas familias a las que la riqueza no les llegó”, dijo Thorne.
El economista de Macroconsult, en la misma línea, indicó que el resultado podría estar influenciado por la última crisis sanitaria, y la reducción de bienestar que provocó en muchos hogares.
“Hay una narrativa de izquierda que niega la realidad de los avances en los niveles de vida de los peruanos. Hay cierto malestar luego del aumento de la pobreza por la crisis del covid-19 y las cuarentenas. Y ahora por la inflación. Ya debe mejorar hacia el 2024″, anotó.
El estudio señala también que el 19% de la población peruana se considera de centro izquierda o izquierda, mientras que el 36% se ubica como de derecha o centro derecha.
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Sectores con mayor potencial
La agricultura familiar y la minería son las actividades, según los resultados de Datum, identificadas como aquellas más capaces de mejorar la calidad de vida de la gente de su región. En particular, el 23% y 21% de los encuestados las mencionaron, respectivamente.
Castellanos consideró que, por el lado de agricultura familiar, podría ser una respuesta uniforme de la población rural que se identifica más con esa actividad, pese a que está muy vinculada a la economía de subsistencia.
“Por otro lado, se está reconociendo al sector minero, que es uno de los motores de la economía local. Posiblemente esta percepción positiva sobre la minería se encuentre más en zonas urbanas”, apuntó.
En la misma línea, Thorne , destacó también el factor de identificación con actividad agrícola, pese a que esta no aporte mucho al PBI (participa con el 3.6% del producto).
“Hay una asociación de la agricultura familiar con alimentos y también en subsistencia, y saltan un poco el hecho que buena parte de los alimentos son importados. Para las familias un sector que les es cercano es la agricultura. Lo que sorprende es que, a pesar de que la minería no emplea mucha gente, sí se está tomando en cuenta que es un sector importante para el beneficio del país”, anotó.
Percepción negativa sobre las grandes empresas
El 64% de los peruanos no considera que las grandes empresas se preocupen por el desarrollo de su ciudad o región, según Datum.
“Parte de la explicación es que es en tiempos recientes, cuando muchas empresas se están comprometiendo con una labor social, por ejemplo, en el sector minero. Sin embargo, en el pasado han estado como ausentes y dejaron que el rol lo tome el Estado. Por otro lado, tampoco hay una identificación, sobre todo fuera de Lima, con las grandes empresas, las sienten lejanas. Hay aún reto de comunicación y también de participación por parte de las empresas hacia la sociedad”, dijo el exministro de Economía y Finanzas.
Castellanos, por su parte, sostuvo que el poco soporte que hubo en la economía local para hacer frente a los efectos de la pandemia, quizá explique mayores reparos hacia actores visibles como las grandes empresas. Afirmó también que estas últimas aún tienen que sumar esfuerzos para ganarse la licencia social.
“Hay un poco ese sentir político o discurso anti-empresa, pero sí se debe hacer un trabajo importante, por parte de las grandes empresas, en conseguir esta licencia social de las personas. Quizás no estén haciendo lo suficiente y tampoco lo están comunicando bien. La minería es uno de los sectores, o aquellos que están en zonas de alto componente rural, son quizá los más señalados”, expresó.
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