En Perú aún no hay cultivos comerciales de cereza, solo proyectos piloto divididos en dos tendencias: productores interesados en variedades tradicionales que necesitan un clima a temperaturas muy bajas, y quienes están apostando por otras variedades que requieren menos frío durante su cultivo, comentó Odilo Duarte, consultor internacional en agronegocios y fruticultura.
El experto explicó que las variedades que necesitan más frío deben estar entre 800 y 1,000 horas en frío y son las llamadas santina, sweet heart y lapins, que generan el mayor interés a las grandes agroexportadoras peruanas con cultivos piloto en Arequipa, Cajamarca, Huaraz y otras zonas de la sierra. Se estima que habrían cerca de diez empresas realizando pruebas.
“Parecen ser buenas alternativas para la sierra, pero se busca ampliar cultivos hacia la costa peruana en el mejor de los casos. El nivel de frío más efectivo es estar alrededor de los 4° centígrados, pero en Perú no se dan las condiciones climáticas para esto”, refirió.
Ante estas observaciones para el desarrollo de la cereza en Perú, otros productores están apostando por variedades adaptadas al clima peruano costero y comienzan a instalarse desde Huacho hasta Tacna, incluso en Huarochirí con quebradas y valles donde también se produce durazno, manzana y ciruela todo el año.
“Los productores consideran que esta variedad se adaptaría mejor a estas zonas menos frías, pero todavía es un cultivo teórico, se está estudiando y no se puede asegurar cómo resultará”, agregó.
Duarte afirmó que se prevé que esta variedad no tradicional podría tener un menor tamaño frente a las más comerciales, pero diversos productores consideran que de igual manera podría ser una oportunidad para la costa peruana. La cereza que llega de Chile, por ejemplo, cuesta S/ 20 el kilo, precio que alienta a los productores nacionales interesados.
Chile y Argentina son los mayores productores de cereza de la región sur. En Chile se puede obtener entre US$ 70,000 y US$ 80,000 de ingresos por hectárea, su única complicación es que si llueve 15 días antes de su cosecha, la cereza presentará rajaduras y dejará de ser comercial. Si cae granizo, se producen huecos en el fruto y cae su rendimiento.
Duarte remarcó que aún tomará tiempo para Perú iniciar de manera concluyente y exitosa la producción de cereza, puesto que una planta tarde regularmente de dos a tres años para florecer y recién después de cuatro años se conocería el resultado final de estos cultivos piloto.
Se espera que la producción se de entre los meses de setiembre y noviembre, época comercial que se iniciaría antes de la campaña chilena. Se lograrse, empezaría la programación para el cultivo de este fruto. Los mercados con interés para su exportación son principalmente China y del hemisferio norte.